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Israel excluye de las urnas a una lista árabe mientras avala a un candidato judío racista

El Comité Electoral Central, integrado por los partidos, desoye el dictamen del fiscal general

Juan Carlos Sanz
El primer miistro de Israel, Benjamín Netanyahu, el jueves en una visita a la frontera con Egipto.
El primer miistro de Israel, Benjamín Netanyahu, el jueves en una visita a la frontera con Egipto. JIM HOLLANDER (AFP)
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Una gran coalición de centroizquierda desafía la hegemonía de Netanyahu

Todos los partidos y candidatos son iguales ante la ley en Israel, pero aparentemente unos son más iguales que otros. El Comité Electoral Central invalidó en la noche del miércoles la lista que un partido árabe -–comunidad que representa una quinta parte de la población israelí– acusado de apoyar el terrorismo presentó a las legislativas del 9 de abril, a pesar de estar avalada por un dictamen favorable de la Fiscalía General. El mismo órgano, integrado por los partidos en función de su representación parlamentaria, ha aprobado a un candidato judío que se había declarado heredero de un movimiento racista antiárabe proscrito desde hace tres décadas.

Si el Tribunal Supremo no lo remedia, el Partido Balad-Lista Árabe Unida no podrá concurrir a los comicios. El Comité Electoral Central lo descartó por 17 votos frente a 10. El conservador Likud – formación encabezada por el primer ministro, Benjamín Netanyahu– había instado su exclusión por “negar el carácter judío del Estado de Israel” y “apoyar a grupos armados” contrarios a su existencia. “Quienes respaldan el terrorismo no tienen cabida en la Kneset (Parlamento)”, advirtió Netanyahu a través de Twitter. Las fuerzas políticas árabes se presentaron unidas a las anteriores elecciones. celebradas en 2015, y se convirtieron en el tercer grupo parlamentario tras el Likud y el laborismo. Ahora acuden divididas, lo que incrementa el riesgo de que alguna de ellas no pueda superar el umbral mínimo de 3,25% de los votos que da acceso a la Cámara.

Ofer Cassif, el único candidato judío de la lista Hadash-Taal (coalición árabe-judía liderada por el Partido Comunista de Israel) ha sido también apartado de la carrera electoral. “La Comisión Central Electoral ha actuado en abierta contradicción con la ley y la jurisprudencia para humillar a los candidatos árabes”, denunció el abogado Hasan Yabarin, director de la ONG Adalah, dedicada a la defensa legal de la principal minoría del país. “La descalificación de Cassif se ha basado solo en unas declaraciones en las que expresaba su oposición a la violencia y defendía un Estado igualitario”, agregó el letrado en un comunicado de la organización.

Nacionalismo extremista de Poder Judío

La misma Comisión avaló, sin embargo, la candidatura de Michael Ben Ari, líder del partido nacionalista extremista Poder Judío, que había sido impugnada por diputados laboristas y de Meretz (izquierda pacifista). Ben Ari se ha declarado heredero político de la formación Kach, fundada en los años ochenta del siglo pasado por el rabino Meir Kahane. Su partido fue prohibido por propugnar el racismo, la prohibición de los matrimonios de religión mixta y la deportación masiva de palestinos. Netanyahu contribuyó hace dos semanas a forjar la alianza de Poder Judío con otros grupos de extrema derecha en interés propio. Su objetivo era favorecer el voto útil conservador y garantizarse futuros socios de coalición. Para ello les prometió las carteras ministeriales de Educación y Vivienda.

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Los sondeos asignan actualmente al Likud 30 parlamentarios en una Kneset de 120 escaños, por detrás de la lista de centro Azul y Blanco (35 diputados) encabezada por el exgeneral Benny Gantz, candidato sorpresa en los comicios. Netanyahu –acosado por los casos de corrupción tras una década en el poder– no ha querido correr el riesgo de que se pierdan votos en el campo conservador. Las encuestas demoscópicas coinciden en apuntar un virtual empate técnico entre el bloque formado por la derecha y los ultraortodoxos frente al bloque de centro-izquierda.

El cordón sanitario impuesto por el resto de los partidos desde hace más de 30 años a los kahanistas, que tuvieron presencia en la Kneset entre 1984 y 1988, se ha roto ahora en Israel. El proscrito partido Kach figura en las listas de grupos terroristas de Estados Unidos y de la Unión Europea. Uno de sus seguidores, el colono radical Baruch Goldstein, mató a tiros a 29 palestinos en la mezquita de Ibrahim (la Tumba de los Patriarcas para los judíos) de Hebrón en 1994. El rabino radical Kahane murió asesinado en 1990 en un hotel de Nueva York.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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