_
_
_
_
_

Al Sisi prohíbe la venta de chalecos amarillos en Egipto

Arrestado un abogado disidente tras colgar una foto suya en una red social luciendo un chaleco amarillo en apoyo de los manifestantes franceses

Consciente de su creciente impopularidad y temeroso de un estallido de protestas masivas, el mariscal Abdelfatá Al Sisi no quiere dejar ningún cabo suelto. Y menos cuando podría adoptar la forma de un chaleco amarillo, la nueva enseña de las protestas en Francia. De forma discreta, durante los últimos días, las fuerzas de seguridad se han dirigido a tiendas y distribuidores de material de construcción para informarles de la prohibición temporal de vender chalecos amarillos a la ciudadanía. El lunes, las autoridades incluso arrestaron al abogado disidente Mohamed Ramadán por haber colgado en su cuenta de Facebook una fotografía suya vestido con esa prenda en solidaridad con los activistas franceses.

El mariscal Al Sisi durante su intervención en un foro económico pan-africano.
El mariscal Al Sisi durante su intervención en un foro económico pan-africano.AMR ABDALLAH DALSH (REUTERS)

Según la abogada y activista Mahienour Masry, Ramadán fue arrestado el lunes en Alejandría después de salir de un interrogatorio en el que había acompañado a uno de sus clientes. De momento, permanecerá en detención durante 15 días mientras la fiscalía estudia los cargos en su contra, que incluyen “pertenencia a un grupo terrorista”, “difusión de noticias falsas” y “posesión de panfletos y chalecos amarillos para organizar protestas”. La acusación de integrar un grupo terrorista es habitual en los procesos contra cualquier opositor al régimen. 

“El registro falsificado dice que tenía panfletos y cinco chalecos amarillos … ¿Y qué haría él con esos cinco chalecos?, ¿salir [a manifestarse] con la familia? … Y aunque realmente fueran suyos, ¿es acaso un crimen?”, reza un mensaje escrito por Masry en su cuenta de Twitter. De momento, en las redes egipcias no se ha detectado la voluntad de replicar las acciones o símbolos de los activistas franceses.

Varios comercios e intermediarios de material de construcción y seguridad han restringido severamente la venta de chalecos amarillos a instancias de las fuerzas de seguridad, según se recoge en un reportaje de la agencia de noticias AP. A partir de ahora, esta se limitará solo a empresas del sector previo permiso de las autoridades. Aunque no existe ninguna ley que prohíba las transacciones de los chalecos, los agentes advirtieron a los comerciantes que se enfrentarían a una sanción si no cumplían las órdenes.

“Parece que no quieren que nadie haga lo mismo que en Francia” , declaró un tendero a AP, en referencia a las protestas antigubernamentales que han tenido lugar en Francia en las últimas semanas, y en las que han participado cientos de miles de personas y se han saldado con disturbios y arrestos.“La policía vino hace unos días y nos dijo que dejáramos de venderlos. Cuando preguntamos el porqué, dijeron que cumplían órdenes”, deslizó otro comerciante que prefirió guardar el anonimato.

Más información
Las medidas de Macron subirán el déficit sin garantizar la calma social
Macron anuncia el aumento del salario mínimo en 100 euros
“Este fenómeno puede llevar a Francia hacia otra fase política”

A pesar del temor de las autoridades egipcias, las manifestaciones multitudinarias han desaparecido de Egipto desde 2014, un año después del golpe de Estado que ejecutó Al Sisi, entonces ministro de Defensa. El nuevo régimen se apoya en la brutalidad policial y una legislación draconiana que en la práctica prohíbe cualquier protesta antigubernamental. Su violación se castiga con severas penas de cárcel, como han comprobado iconos de la juventud revolucionaria como Alaa Abdelfatá.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Algunas estimaciones apuntan a que hasta 60.000 personas podrían haber sido arrestadas por razones políticas desde la asonada, la mayoría por participar en manifestaciones ilegales. Sin embargo, el régimen de Al Sisi, cuya popularidad se ha desplomado tras aplicar un durísimo plan de ajuste estructural económico, no quiere dejar ningún resquicio al estallido de una revuelta espontánea como la que derrocó a Hosni Mubarak en 2011. Sus miedos se disparan los días previos a la conmemoración de la Revolución del 25 de enero, que suelen llegar acompañados de una ola de arrestos entre la disidencia. Hoy su peor pesadilla la encarna un chaleco amarillo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_