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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

LATAM: alianzas a prueba

En estos momentos, bloques como el Mercosur y la Alianza del Pacífico resultan cruciales para desarrollar estrategias conjuntas de crecimiento

Este viernes la atención mundial estará volcada en la toma de posesión de Donald Trump. Su ascenso al poder va a redefinir el esquema internacional hacia políticas más proteccionistas y que pondrán a prueba a muchas de las economías que dependen en gran parte de su relación con Estados Unidos.En el caso de LATAM, y vista su histórica relación con el gigante del norte, es en estos momentos cuando bloques como el Mercosur y la Alianza del Pacífico resultan cruciales para desarrollar estrategias conjuntas de crecimiento y fortalecimiento.

Esta integración, basada en los principios de libre mercado, no deja indiferente a Estados Unidos, que podría ver en ella una vía para optimizar sus relaciones comerciales y por qué no, expandir su influencia en la región, sobre todo si se convierte en miembro de la Alianza Popular, como algunos se atreven a pensar. No obstante, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos pondrá a prueba la solidez de estos acuerdos, pues aún está por determinar la estrategia del nuevo presidente en términos políticos, económicos y sociales hacia los países de América Latina.

Si bien es verdad que siempre ha existido una unidad en cuanto a la necesidad de una integración económica sin afectar a la soberanía nacional, no todos los países comparten o compartían la misma idea en cuanto al modelo a seguir, menos con ideologías políticas tan polarizadas en la región. Hubo varios procesos de integración, pero ninguno tuvo la dimensión territorial que tienen los dos mayores bloques económicos creados en los últimos 25 años: La Alianza del Pacífico y Mercosur.

Creada en 2011, la Alianza del Pacífico, constituida como una comunidad económica y formada por Chile, Colombia, Perú y México representa hoy el 52% de los intercambios comerciales y el 36% del PIB de América Latina. Considerando su producción total y sus 220 millones de habitantes, estos cuatro países constituyen la sexta economía mundial. Cohesión interna, modelos económicos similares y una misma visión compartida por sus dirigentes políticos explican el éxito de esta Alianza que está seduciendo a otros países como Argentina o Costa Rica.

Inicialmente la Alianza del Pacífico fue ideada para ser un contrapeso al otro bloque regional: Mercosur. Éste se creó en 1991 como una unión aduanera entre cuatro países (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) con miras a la creación de un mercado común. Sin embargo, con el paso del tiempo, los pensamientos políticos de sus mandatarios consolidaron la prevalencia de la visión política sobre los asuntos económicos lo que hizo perder a esta organización sus propósitos iniciales y le dio alas para alejarse de la dominación de Estados Unidos.

Frente a esta situación y para preservar su influencia en la región, Estados Unidos rediseñó su estrategia en LATAM y repitió su experiencia exitosa con México firmando acuerdos comerciales bilaterales con Colombia, Perú y Chile. Posteriormente estos 3 países se unieron a México para crear en 2011 la Alianza del Pacífico cuyas grandes líneas se adecuan a los objetivos de Estados Unidos en Latinoamérica.

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Sin embargo estamos asistiendo hoy a una convergencia de estos dos bloques sin descartar a futuro, una posible fusión de estas dos organizaciones. Tendencia ésta muy apoyada por el Presidente liberal de Argentina, Mauricio Macri, en su voluntad clara de conseguir una máxima apertura económica para su país. Apertura muy perseguida también por cada país miembro de la Alianza del Pacífico. Algunos hablan incluso de una América Latina unida en el liberalismo. Sea cual sea la hoja de ruta, debe ir orientada al objetivo común del desarrollo, el crecimiento económico, la consolidación de un área de fronteras abiertas que favorezca intereses comunes y la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Esto permitirá mayor competitividad a la hora de enfrentar los obstáculos que presente el escenario global y los muros, físicos o no, que se impongan a la región.

Thierry Planet es director del Área Internacional de March JLT.

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