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Tras el polvo, los cadáveres de tres amigos

Los supervivientes del terremoto de Italia comienzan a relatar sus historias

Los equipos de rescate liberan a una niña de 10 años atrapada bajo los escombros.

Las historias y testimonios de los afectados por el seísmo que este miércoles golpeó el centro de Italia comienzan a ser conocidos con el paso de las horas. Como la de Giorgia Rinaldo, una niña de diez años que fue rescatada a última hora del miércoles tras 17 horas atrapada bajo los escombros. O la de Francesco Morelli, de 17 años, que una vez disipado el velo de polvo pudo ver a tres amigos muertos en su pueblo, Pescara del Tronto, donde veranea. Las autoridades temen que aún haya víctimas atrapadas bajo los escombros. Al día siguiente de la catástrofe, la cifra de víctimas asciende a 241. Hay 270 heridos hospitalizados y unas 5.000 personas entre policías, bomberos, soldados y voluntarios trabajan en las operaciones de rescate, según fuentes de Protección Civil citadas por Reuters. 

Alrededor de 1.200 personas han dormido en tiendas de campaña, y las autoridades han habilitado 3.400 camas en diversas instalaciones de la zona. Durante la noche, más de 300 réplicas han sacudido las provincias centrales; las mayores, de magnitud 5,1 y 5,4, al filo del amanecer. Este jueves por la tarde se ha producido otro temblor de 4,3 que ha derrumbado algunos edificios dañados —entre ellos la pared de la escuela secundaria de Amatrice—, provocando de nuevo el miedo de la gente.

Las historias con final feliz que se van sabiendo son ensombrecidas por las tragedias. La hermana de Giorgia Rinaldo, de 9 años, que estaba acostada junto a ella, no ha sobrevivido. "Cavamos con las manos durante horas", ha explicado a la agencia italiana Ansa Angelo Moroni, el policía que sacó a Giorgia de los escombros en Pescara del Tronto. "En esos momentos puedes continuar sin pensar y sin sentir sed", ha continuado el agente, que ha afirmado que espera que la niña recuerde poco de lo ocurrido. "De hecho yo espero poder olvidarlo todo".

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A pocos metros, los bomberos buscaban a dos niñas y una abuela que también fueron extraídas de los escombros, pero esta vez sin vida, según informa el diario Corriere della Sera. La víctima mortal más joven registrada hasta ahora es un bebé de ocho meses, en la vecina Arquata del Tronto. Sus padres fueron rescatados de entre las ruinas de la casa, según informa la agencia Efe.

Otra de las fallecidas en el mismo municipio es Marisol Piermarini, una niña de 18 meses. Fue sacada con vida junto a sus padres de entre los restos, pero murió en el camino al hospital de Ascoli Piceno. Sus progenitores, Massimiliano y Martina, ya habían sobrevivido al terremoto de L'Aquila, en 2009, según informa el medio italiano La Repubblica.

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Los pueblos de la región son destino de veraneo de muchas familias italianas con sus hijos, según confirmó el obispo de Rieti, Domenico Pompili. "Hay muchos niños. Muchos. Estos son los lugares donde los romanos venimos con nuestros hijos, nuestras familias son originarias de estos lugares y había muchísimos abuelos con sus nietos", explicó la ministra de Sanidad, Beatrice Lorenzin, al salir del hospital de San Camillo De Lellis, en Rieti. Las localidades peor paradas por el seísmo —Amatrice, Pescara del Tronto, Arquata del Tronto y Accumoli— aumentan su población hasta diez veces en los meses de verano, informa Reuters.

Franceso Morelli vive en Roma durante el año, pero pasa los veranos con sus abuelos en el tranquilo pueblo de Pescara del Tronto. El joven, ahora en un campamento para desplazados en Arquata del Tronto, ha contado a Efe su vivencia la noche del desastre: "Estaba paseando con un grupo de amigos cuando, de repente, se produjo un estruendo y nos encontramos rodeados de polvo y en el pánico mas absoluto". Cuando la nube de polvo se disipó, Morelli pudo ver a sus tres amigos, que se habían quedado atrás durante el paseo, muertos bajo los cascotes.

La religiosa italiana sor Mariana dormía en un convento de Amatrice cuando a las 3.30 de la madrugada del miércoles se despertó con el temblor. Lo primero que hizo fue ponerse ropa y meterse debajo de la cama. Allí espero hasta que un héroe anónimo llegó a rescatarla. "Me ha salvado un joven, un héroe". "Arriesgó su vida para salvarme. Hizo un acto heroico y el Señor le recompensará", contó la monja a La Repubblica. Otros tres religiosos fueron puestos a salvo por los equipos de rescate, mientras que siguen buscando entre los escombros del convento a tres hermanas y cuatro invitados que están desaparecidos tras el terremoto, informa el medio italiano.

A medida que avanza el jueves, las esperanzas de encontrar supervivientes van menguando. Uno de los oficiales que lidera las labores de rescate, Giovanni Coviello, ha sugerido en la emisora de radio de la BBC que los esfuerzos en la búsqueda de personas con vida podrían dar paso esta noche a los de recuperación de cadáveres. "Creo que pueden sobrevivir 12 o 15 horas más, pero al final de la tarde tendremos que declarar el fin de la búsqueda porque no habrá posibilidades de encontrar gente viva". Otro portavoz de los equipos de rescate, Lorenzo Botti, ha afirmado sin embargo que trabajarán "incansablemente hasta que la última persona sea encontrada". El último superviviente del terremoto de L'Aquila, en 2009, fue sacado tras pasar 72 horas bajo las ruinas, según The Guardian.

 La pasta a la amatriciana, origen de una iniciativa solidaria

En Amatrice, la localidad más afectada —con unos 200 muertos, según su alcalde— todo estaba preparado para que este fin de semana se celebrase el 50º festival del spaghetti de la localidad. El pueblo devastado da nombre a una de las recetas de pasta italianas más populares, espaguetis a la amatriciana, una variedad con tomate, picante de guindilla y trocitos de panceta que se consume en todo el país. Ahora, una iniciativa que se ha hecho viral en las redes sociales ha conseguido que 600 restaurantes que en Italia sirven la famosa receta se comprometan a cobrar dos euros más por cada plato que sirvan, un dinero que irá destinado íntegramente a ayudar a los afectados del seísmo. La campaña de fundraising ha sido impulsada por el bloguero gastronómico italiano Paolo Campana.

Esta tradición gastronómica de Amatrice data del siglo XVIII. Los carteles anunciando el festival adornaban las paredes polvorientas del pueblo derruido, que acoge todo los años un gran número de turistas; esto complica el cálculo de cuánta gente había en el municipio el miércoles por la noche, cuando el terremoto golpeó el pueblo.

El histórico hotel Roma, que se ha venido abajo, estaba lleno de turistas en los días previos al festival. Abierto en 1897 como restaurante, se había transformado también en un hotel familiar y era famoso por sus espaguetis a la amatriciana. En un principio Reuters informó de que había 70 huéspedes alojados, pero la cifra ha sido después rebajada a 32, de los que muchos escaparon antes de que el edificio se derrumbara. Cinco cuerpos fueron sacados de los escombros y diez clientes continúan desparecidos, según la agencia británica.

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