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Cadena perpetua para el exdictador de Chad por crímenes de guerra

Es la primera vez que un autócrata africano es sentenciado por crímenes tan graves en un tribunal local

El exdictador chadiano Habré, de blanco, este lunes ante el tribunal.Foto: reuters_live | Vídeo: C. PETERSCH (AP) | REUTERS-QUALITY

El exdictador chadiano Hissène Habré ha sido condenado a cadena perpetua y confiscación de todos sus bienes por crímenes de guerra, torturas, crímenes contra la humanidad, violación y esclavitud sexual. El veredicto fue leído este lunes en Dakar por el juez especial de las Cámaras Africanas Extraordinarias y da por finalizado un proceso histórico. Por primera vez un mandatario africano ha sido juzgado en el continente por jueces africanos en aplicación del principio de justicia universal y gracias a la perseverancia de sus víctimas, que lograron sentarle en el banquillo un cuarto de siglo después de que cometiera los crímenes por los que ha sido condenado.

“Esta condena representa una inmensa victoria para las víctimas chadianas”, aseguró Reed Brody, abogado de Human Rights Watch, apodado el cazador de dictadores que ha sido parte activa en el proceso, “sin su tenacidad este juicio no se hubiera celebrado nunca. Además, envía un poderoso mensaje: la época en la que los tiranos podían maltratar a su pueblo, saquear las riquezas de su país y luego huir al extranjero para beneficiarse de una vida de lujos ha llegado a su fin”.

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A juicio de Brody, “este día permanecerá grabado en la Historia como el día en que un grupo de obstinados supervivientes tuvo éxito al obligar a su ex dictador a rendir cuentas de sus crímenes ante la justicia”.

Tras la sentencia y al igual que ocurriera el primer día del juicio, Habré ha roto su silencio para lanzar gritos contra el neocolonialismo. El exdictador ha estado presente en todas las sesiones del juicio, llevado a la fuerza tras la orden dictada por el juez burkinés Gberdao Gustave Kam, presidente del tribunal creado ad hoc para este proceso. Salvo el primer día en el que intentó boicotear la sesión gritando contra el “neocolonialismo” y acusando a quienes le juzgaban de ser unos traidores y “agentes del imperialismo”, Habré ha permanecido el resto del juicio en silencio cubierto con un turbante blanco y luciendo unas gafas de sol. El último día del proceso, la Fiscalía solicitó la cadena perpetua para el ex dictador, así como la confiscación de todos sus bienes, petición que ha sido finalmente aceptada por el tribunal.

Hissène Habré gobernó Chad con mano de hierro entre 1982 y 1990. Durante este tiempo su régimen torturó a decenas de miles de personas y se calcula que unas 40.000 fueron asesinadas o murieron en los distintos centros de detención creados por su régimen. Se trataba tanto de militantes de la oposición como de miembros de las etnias Hadjarai y Zaghawa que fueron acusados de conspirar contra la seguridad del Estado, así como población civil del sur del país, todo ello en un contexto de sublevaciones armadas y guerra contra el expansionismo libio de la época en la que Habré contó con el decidido apoyo de potencias occidentales, como Francia y Estados Unidos, que hicieron la vista gorda en materia de Derechos Humanos.

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Durante el juicio ha quedado probada la existencia de una maquinaria de represión cruel e inhumana que sometía a las más variadas torturas a las personas detenidas, todo ello bajo la coordinación del jefe supremo, el propio Hissène Habré, a quien una víctima, Khadija Hassane Zidane, llegó a señalar como autor directo de su propia violación. La existencia de numerosos actos de violencia contra las mujeres que las convertía en esclavas sexuales en manos de oficiales del Ejército también ha quedado en evidencia a partir del testimonio de numerosas víctimas durante el juicio. Tras su derrocamiento en 1990, el dictador huyó del país con todo el dinero que pudo llevarse de los bancos y se instaló en Senegal, donde contó con la protección del régimen de Abdou Diouf.

Sin embargo, las víctimas encabezadas por un contable tenaz llamado Souleyman Guengueng comenzaron a organizarse y, con la ayuda de organismos internacionales de Derechos Humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, lograron iniciar un proceso judicial lleno de retrocesos y avances que ahora concluye. Tanto este lunes como durante todos los días que ha durado el juicio, que comenzó el pasado 20 de julio, Guengueng, Clement Abeifouta, actual presidente de la asociación de víctimas, y otros supervivientes de esta represión han estado presentes. Este lunes rompieron en aplausos, emocionados.

“El proceso de Habré muestra que es posible llevar ante la Justicia a un dictador. Esperamos que otros supervivientes y otros activistas sean inspirados por lo que han logrado hacer las víctimas de Habré”, decía un satisfecho Reed Brody tras conocerse la sentencia. El caso Habré es heredero directo del caso Pinochet, en el que participó el propio Brody, pues sirvió de inspiración a las víctimas chadianas para llevar ante a la Justicia a Hissène Habré.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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