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Exlíderes conservadores y socialistas exhortan a votar ‘sí’

Un nuevo sondeo da una ligera ventaja al voto afrimativo en el referéndum griego

María Antonia Sánchez-Vallejo
Manifestantes que apoyan el "Si" en el referéndum
Manifestantes que apoyan el "Si" en el referéndumSIMELA PANTZARTZI (EFE)

A la campaña por el en el referéndum se han sumado varios ex primeros ministros y destacados políticos griegos tanto de la derecha como de las filas socialistas. Entre ellos, los socialistas Yorgos Papandreu y Kostas Simitis (bajo el que Grecia entró en el euro), y Costas Karamanlis, Antonis Samaras y Constantine Mitsotakis, de Nueva Democracia. En el país aún tiene mucho peso el pronunciamiento de viejas glorias de la política, y todas han apelado a la ciudadanía a no correr el riesgo de salir de la Eurozona con un voto contra el acuerdo propuesto por los acreedores.

Karamanlís, considerado líder natural de Nueva Democracia, recurrió al solemne mensaje grabado, para ser difundido por televisión. Simitis lo hizo mediante un comunicado, y Papandreu, en distintos actos públicos.

Karamanlis (2004-2009) afirmó: “Al empujar a Grecia fuera del contexto europeo, exponemos al país a peligros. Esto no debería ocurrir de ninguna manera. Aquellos que, con buena intención, creen que votando que no mañana refuerzan la posición del país en la negociación cometen un error... El no será interpretado por todo el mundo como la decisión de abandonar el corazón de Europa. Será el primer escalón hacia la salida”, dijo el antiguo mandatario informa The Guardian.

Antonis Samaras, que fue primer ministro entre 2012 y enero de este año, dijo que “un regreso al dracma mataría la economía y las esperanzas de los griegos”, recoge Business Insider.

El socialista Yorgos Papandreu ya advirtió a mediados de la semana en una entrevista con La Repubblica que la victoria del no mañana sería una “catástrofe” para el país, y apostó por la creación de un “Gobierno de unidad nacional” que aglutine a todas las fuerzas políticas del país. “Espero de corazón que Tsipras consiga alcanzar un acuerdo de última hora que le permita revocar el referéndum o hacer campaña por el sí”, confió el socialista. “Si gana el no nos deslizaremos lentamente fuera del euro”, previno, subrayando que “los que lo pagarán serán precisamente los pobres y jubilados a los que el primer ministro dice defender”.

Los resultados de las encuestas no se ponen de acuerdo, confirmando únicamente la volatilidad del juicio. Ayer, la de la encuestadora GPO para un portal de noticias preveía casi un empate (47% a favor del sí; 43%, por el no), pero la publicada la víspera por el diario Efimerida ton Syntakton (izquierda) auguraba, ya con el corralito en vigor, una victoria del no (46%) frente al sí (37%), si bien antes del cierre de los bancos el no sacaba aún más ventaja (11 puntos). Muchos atribuyen este vuelco a la estruendosa campaña por el sí que realizan los principales canales privados de televisión –peones de un entramado de intereses inextricable, económicos y políticos-, que “puede hacer bascular un resultado inicialmente favorable a Syriza, con buena parte del apoyo que le dio la victoria en enero intacto”, explica el especialista en demoscopia Sotiris Yassos. “Pero esta es una situación excepcional que ni siquiera las encuestas van a poder desentrañar con precisión”. Los indecisos son en torno al 20%.

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Desde la convocatoria del referéndum, hace una semana, Grecia vive una crisis financiera, política y nacional inédita desde el restablecimiento de la democracia, en 1974; en nada comparable a 2012, cuando parecía inminente su salida de la eurozona y el arrastre del resto de países miembros. Replegada como en un búnker ante los mensajes de Bruselas, maniatada económicamente –comerciantes incapaces de hacer frente a sus pagos o medrosos de aceptar tarjetas, empresas extranjeras preparando las maletas -, hay otro escenario aún más temible, por lo potencialmente furioso: el día que los bancos se queden a cero. “Podremos habernos quedado sin dinero el martes si la gente sigue sacando 60 euros al día”, decía un alto responsable bancario citado por la agencia Reuters.

A pocas horas ya del referéndum, también se ha pronunciado el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien ha alertado de las consecuencias que considera derivarán del no. “Si sale el no, la posición griega será dramáticamente débil. Incluso con el sí tendremos que hacer frente a negociaciones difíciles, pero el no empeoraría la posición negociadora del Gobierno griego”, ha asegurado en Luxemburgo, informa Lucía Abellán.

Juncker fue el primer político europeo que convirtió el referéndum griego en un plebiscito sobre Europa, algo que más tarde han realizado otros políticos comunitarios. El presidente de la Comisión Europea se siente especialmente frustrado con el fracaso de la negociación porque lideró las discusiones con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y pronosticó sin matices que habría un acuerdo seguro a finales de la semana pasada.

Más neutro que Juncker, el presidente del Eurogrupo (la reunión de ministros del euro), Jeroen Dijsselbloem ha manifestado: “Les toca a los griegos decidir”. “Es importante para Europa, pero sobre todo para Grecia”, ha añadido a preguntas de los periodistas.

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