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EE UU y Cuba siguen negociando para restablecer relaciones diplomáticas

La cuarta ronda de conversaciones concluye con “avances” pero sin anuncios concretos

Silvia Ayuso
Cuba y EE UU vuelven a negociar en Washington
Cuba y EE UU vuelven a negociar en Washington KEVIN LAMARQUE (REUTERS)

No ha habido fumata blanca. La cuarta ronda de conversaciones entre Cuba y Estados Unidos para restablecer las relaciones diplomáticas ha concluido este jueves en Washington con “avances” pero sin ningún anuncio concreto. No obstante, ambas partes se han apresurado a anunciar que el diálogo bilateral continua este viernes. Esto no estaba previsto inicialmente, por lo que podría indicar que no se descarta que se llegue a algún acuerdo al término de la nueva jornada negociadora.

“Las conversaciones han concluido por este día. Seguirán mañana”, declaró la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf. También la parte cubana anunció por las redes sociales que continuará el diálogo. Ambas delegaciones pretenden además hacer declaraciones a la prensa al término de su nuevo encuentro.

Poco más se sabe de las más de siete horas que duró la primera jornada de conversaciones a puerta cerrada en el Departamento de Estado entre las delegaciones lideradas por la alta funcionaria estadounidense Roberta Jacobson y la cubana Josefina Vidal. A través de Twitter, el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano dijo que hubo “avances” en el diálogo, pero no especificó cuáles. Tampoco la parte estadounidense quiso dar detalles de lo negociado durante la jornada.

Y eso que la agenda era muy concreta en esta nueva ronda negociadora, la primera desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro refrendaron con un histórico encuentro en abril su voluntad de continuar el proceso de normalización iniciado en diciembre. Se trataba de cerrar los cabos sueltos para poder anunciar, de una vez, la reapertura de las embajadas.

Algunos de los principales obstáculos para ello parecían superados. La semana que viene, Cuba saldrá de la lista negra estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo. Este era un requisito clave de La Habana en el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas. De hecho, el propio Castro dio su beneplácito personal al siguiente paso al declarar, hace una semana, que el nombramiento de embajadores podrá tener lugar tras la salida formal de Cuba de la lista negra, el 29 de mayo.

Mientras, se ha resuelto también otra de las trabas para Cuba en el proceso de negociación: su Sección de Intereses en Washington ha encontrado, tras más de un año de búsqueda infructuosa, un banco con el que poder realizar sus operaciones en territorio estadounidense. Se trata, según medios locales, de Stonegate, un pequeño banco de Florida que asumirá las cuentas de la Sección de Intereses y, cuando cambie su estatus, de la embajada cubana. "Han quedado restablecidos los servicios bancarios a esta sede, lo cual garantizará el normal funcionamiento de la misión diplomática cubana y permitirá reanudar plenamente los servicios consulares que esta brinda", confirmó hoy la legación cubana en un comunicado.

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Cuba había declarado que estos dos pasos crean el “contexto apropiado” para proceder a nombrar embajadores. Pero, tal como demuestra la prolongación del diálogo en Washington, todavía no está allanado del todo el camino.

EE UU quiere que sus diplomáticos en Cuba tengan mayor libertad de movimiento. Hasta ahora, no pueden salir de La Habana sin permiso. También los diplomáticos cubanos tienen limitados sus movimientos en Washington y en Nueva York, donde están representados ante la ONU.

En declaraciones ante el Senado el miércoles, Jacobson, máxima responsable para América Latina del Departamento de Estado, reiteró que para Washington este punto es uno de los “más importantes” en su lista para reabrir embajadas.

“Una de las cosas más importantes es poder viajar por Cuba y poder interactuar con el más amplio número posible de ciudadanos cubanos”, señaló. “Y es clave también que nuestros diplomáticos puedan observar las cosas en primera persona, algo que no ha sucedido en el pasado”, agregó.

EE UU también quiere que los cubanos puedan ingresar a su Sección de Intereses —y futura embajada— en La Habana sin sufrir el acoso de los agentes cubanos apostados en su exterior. Y se declara dispuesto a continuar —para indignación de Cuba— con los “programas de democracia” que imparte dentro del recinto diplomático, como cursos de periodismo criticados directamente por Castro. Aun así, en declaraciones previas a la cita de este jueves, una alta funcionaria del Departamento de Estado recordó que este tipo de programas no son “estáticos”, sino que podrían evolucionar, igual que han cambiado las circunstancias en la isla, donde ahora más cubanos tienen libertad para salir del país, entre otros.

Independientemente de que las partes solucionen o no en esta nueva ronda negociadora los detalles pendientes, la apertura de embajadas no será tampoco inmediata. Entre otros, el Gobierno de Obama tiene que notificar al Congreso su intención de dar este paso al menos 15 días antes de que efectivamente se abra la legación diplomática. Tanto Washington como La Habana deberían además informar de sus intenciones previamente a Suiza, el país bajo cuya protección han estado operando las respectivas secciones de intereses abiertas en 1977.

Aunque la reapertura de embajadas está considerada un gesto de alto valor simbólico y, en cierto modo, el sello al restablecimiento de relaciones diplomáticas, tanto Cuba como EE UU han sido muy claros al subrayar que eso no es más que el primer gran paso de un largo camino hacia la normalización total de relaciones. Y los obstáculos en ese trayecto son aún enormes: no solo está la cuestión del embargo a la isla, en lo que es el Congreso y no la Casa Blanca el que tiene la última palabra. También queda el diferendo por el territorio de Guantánamo donde EE UU tiene una base militar y la denostada prisión. La Habana exige su devolución, pero Washington asegura que este tema ni siquiera está en la actual mesa de negociaciones.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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