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Un texto viral y un bumerán

El manifiesto, que el Gobierno considera la prueba de un golpe de Estado de la oposición, reúne miles de firmas. Capriles no lo apoya

Nicolás Maduro, en un acto de gobierno
Nicolás Maduro, en un acto de gobiernoEFE

El Acuerdo Nacional para la Transición se ha convertido al mismo tiempo en símbolo de resistencia de un sector de la oposición venezolana y en prueba reina e incriminatoria de supuestos planes golpistas para el chavismo.

El documento fue publicado el pasado 11 de febrero en el diario El Nacional. Iba firmado por tres políticos de oposición: la diputada Maria Corina Machado, el dirigente Leopoldo López y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma. En él, los tres líderes que constituyen una vertiente conocida como La Salida, porque desde el año pasado vienen haciendo una llamado a exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, hacían un llamamiento a los venezolanos para superar la crisis actual y prepararse para una alternativa distinta. En el documento señalan acciones que hay que tomar para restaurar el balance institucional, las libertades y el Estado de Derecho, atender la emergencia social y a los sectores más vulnerables, y una serie de medidas para estabilizar la economía.

Para el Gobierno, el acuerdo es la prueba que confirma que los tres opositores buscaban dar un golpe de Estado a Maduro e implementar un plan de gobierno distinto, una vez se tomara el poder y que, en palabras del vicepresidente Jorge Arreaza, incluía “neoliberalismo, eliminar Misiones, ir al FMI, privatizar todo”.

Machado ha convocado para el próximo sábado un acto de firmas en Caracas y otras ciudades del país

Ante las acusaciones y en señal de solidaridad, otros partidos de oposición como el socialcristiano Copei, anunció que también adherían sus firmas al documento. A ellos se empezaron a sumar políticos de la vieja guardia como Luis Miquilena, quien fuera mentor de Hugo Chávez y otras personalidades de la oposición, que incluyen al historiador Germán Carrera Damas, y el exembajador y diplomático Milos Alcalay.

La diputada Machado ha convocado para el próximo sábado un acto de firmas en Caracas y otras ciudades del país para que los venezolanos demuestren su apoyo. “Esta ya no es un documento, es un movimiento, y el sábado va a la calle”, dijo Machado. Añadió que el Gobierno le tiene “pánico” a la palabra “transición” y que la firma de ese documento es señal de que la sociedad venezolana no tiene miedo, a pesar de los hechos de los últimos días.

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En las redes sociales también se ha impulsado la recolección de firmas, y jóvenes de los movimientos políticos que representan Machado, Ledezma y López —el movimiento Vente Venezuela, Voluntad Popular y Alianza Bravo Pueblo— iniciaron la recolección. Según unos dirigentes juveniles ya habían recaudado más de 30.000 firmas. El partido Primero Justicia, donde milita el ex candidato presidencial Henrique Capriles, quien ha tenido amplias diferencias con el sector de La Salida, anunció que no firmaría el acuerdo.

Extracto del documento opositor

“El pueblo de Venezuela vive una de las circunstancias más difíciles de su historia, a la que ha sido llevado por un régimen que en los últimos dieciséis años aplicó un modelo fracasado y ha ejercido de manera impune la antidemocracia; un régimen ineficiente y corrupto que robó, regaló y despilfarró recursos públicos cuantiosos, con los cuales se hubiese podido impulsar el bienestar y el progreso de todos, en lugar de generar la ruina que hoy sufrimos. En fin, el desastre que vivimos responde al proyecto de una élite sin escrúpulos de no más de cien personas, que tomó por asalto al Estado para hacerlo totalitario, que se ha apoyado en grupos violentos y en un militarismo de cúpulas corruptas para controlar a la sociedad a través de la represión, que degradó las instituciones y que violentó todo ámbito de la sociedad hasta devastar la economía y dañar gravemente las bases de la paz”. (...) Es la obligación de todo demócrata ayudar a resolver la actual crisis, defender la libertad, evitar que el ya ineludible derrumbe del régimen desborde los cauces de la paz y la constitucionalidad y hacer que la transición, es decir, el paso del sistema superado a uno nuevo lleno de esperanza, se produzca de la mano de la mayoría de los venezolanos y nos lleve sin retrocesos a recuperar el espíritu y el orden democrático. (...) Asumiendo ese compromiso hacemos un llamado, sin distingos políticos y trascendiendo las diferencias, para que pongamos en marcha, con la urgencia del caso, un Acuerdo Nacional para la Transición en el que esté representada la Unidad de todos los ciudadanos de Venezuela, a través de las visiones de los trabajadores, los jóvenes, los empresarios, los académicos, los políticos, los miembros de las iglesias y de la Fuerza Armada, en fin, de todos los sectores nacionales. (...) A tal fin, proponemos un programa basado en tres agendas de acciones concretas:

» Una agenda política-institucional dirigida a restituir las libertades conculcadas, la soberanía, la paz social y el Estado de Derecho: restablecer la vigencia plena de las instituciones democráticas y los derechos humanos, liberar a los presos políticos, facilitar el inmediato retorno de los exiliados. (...) Reponer el ejercicio efectivo de la libertad de expresión. (...) Asegurar la lealtad y el apego de la Fuerza Armada Nacional a la Constitución y su desvinculación de toda injerencia extranjera y actividad político-partidista.

» Una agenda para atender la emergencia social y asegurar la atención eficaz a los sectores más vulnerables: restablecer a cortísimo plazo el abastecimiento normal de alimentos y otros bienes de consumo esencial de las familias. (...) Corregir las fallas de los servicios públicos fundamentales en todo el país. (...) Enfrentar como prioridad de Estado la emergencia de seguridad ciudadana.

»Una agenda económica enfocada en estabilizar la economía, recuperar el ingreso familiar y generar confianza en el país: recuperar la capacidad operativa y elevar significativamente la producción de la industria petrolera, revisar los marcos legales y los acuerdos lesivos a la misma y designar una nueva directiva de PDVSA, honesta y con capacidades. (...) Asumir una política cambiaria que promueva la producción nacional y corregir los desequilibrios macroeconómicos generados por años de excesos y corruptelas.

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