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Alemania inicia un segundo proceso para prohibir el partido neonazi

16 estados federados presentan una querella ante el Tribunal Constitucional. La formación tiene 13 diputados regionales

El Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD), de tendencia neonazi, afronta un nuevo proceso judicial que podría terminar en su prohibición. La Cámara alta federal (Bundesrat) presentó este martes una querella ante el Tribunal Constitucional en representación de los 16 Estados federados. Sus 250 páginas buscan demostrar las coincidencias entre la ideología del NPD y aquella del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP) de Adolf Hitler. Tanto en su lenguaje político como en muchos de sus símbolos, empezando por el nombre, el NDP se acerca tanto al NSDAP como puede, muchas veces al filo de las leyes que prohíben el partido de Hitler desde la fundación de la República Federal en 1949.

Desde que comenzó su actividad en 1964, el NPD ha obtenido representación parlamentaria en 7 länder. Hoy tiene 13 diputados regionales; 8 en Sajonia y 5 en Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Ambos son territorios de la extinta República Democrática Alemana (RDA), donde encuentra más apoyos que en los länder occidentales.

Aunque la canciller Angela Merkel, democristiana y del Este, dijo el lunes que espera que tenga éxito, su Ejecutivo rechazó sumarse a la querella. Merkel no se arriesga a participar en una iniciativa que podría terminar en humillación para los querellantes, como ya sucedió en 2003. Hace diez años, una querella de inconstitucionalidad contra el NPD presentada conjuntamente por los tres principales órganos del Estado fracasó tras probarse que parte del material incriminatorio venía de informantes pagados por los servicios secretos internos (BFV). En una decisión bochornosa para los partidos democráticos alemanes, los jueces de Karlsruhe pararon el proceso tras reconocerse incapaces de dictaminar cuántos de los actos delictivos que pesaban sobre el NPD habían sido inducidos por agentes pagados por el Gobierno. Tras aquél sonado fiasco, ni Merkel ni la Cámara baja (Bundestag) quieren apoyar ahora directamente el proceso contra el NPD.

Los ministros de Interior de los 16 länder alemanes han intentado asegurarse de que todas las pruebas incriminatorias estén libres de declaraciones de agentes estatales en el NPD. Los 16 Gobiernos regionales están conformados por sendas coaliciones entre los partidos democráticos alemanes. Cuando se decidieron a tomar la iniciativa hace ahora un año, los ministros ordenaron que se detuvieran los pagos a todos los informantes en los despachos directivos de la formación ultra. Así quieren asegurar la limpieza de la obtención de las pruebas, pero las dudas permanecen. En 2003 también se dijo erróneamente que no quedaban espías pagados en la directiva del NPD. Ahora, la abstención del Gobierno y el Bundestag no es un buen augurio para el proceso.

El impulso para prohibir al NPD partió del descubrimiento, hace ahora dos años, de la existencia de un grupo terrorista nazi autodenominado Resistencia Nacionalsocialista (NSU), cuyas andanzas criminales terminaron con el presunto suicidio de dos de sus integrantes y la entrega voluntaria de una tercera a la policía. La pasada primavera comenzó el juicio contra ella, que se ha negado a declarar, y contra cuatro de sus supuestos cómplices. La NSU asesinó a 9 inmigrantes al azar y perpetró, durante 10 años, atentados terroristas con bomba y atracos por toda Alemania sin que nadie, ni policía ni servicios secretos, repararan al parecer en su existencia. Hay indicios de la relación entre el trío asesino NSU, su entorno inmediato y el partido NPD de la región oriental de Turingia. En 2009, los neonazis cosecharon allí el 4,3% de los votos.

El NPD se mueve entre el neonazismo militante de buena parte de sus estructuras y la aspiración de conquistar apoyos con una imagen de partido burgués y respetable. Para esto organizan ferias locales, guarderías gratuitas o actos deportivos.

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Según uno de los informes presentados ante el TC, una cuarta parte de los directivos del NPD han sido condenados al menos una vez por algún delito violento o de propaganda nazi. La mitad de ellos reincidieron.

Una de las dudas principales que pesan sobre el proceso es la posibilidad de un recurso de los neonazis ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. La prohibición de un partido requiere que éste suponga "una amenaza aguda" al Estado de derecho. Con el 1,3% de los votos que cosechó en las generales del 22 de septiembre, cabe debatir si la amenaza del antisemita, racista y nacionalista NPD es "aguda".

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