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Los candidatos usan las redes sociales a pesar del bloqueo del Gobierno

Aunque el líder supremo tuitea, la organización Reporteros sin Fronteras ha calificado al régimen iraní de "enemigo de Internet" por su censura

Á. E.
Partidarios de Hasan Rohaní en un mitin en Teherán.
Partidarios de Hasan Rohaní en un mitin en Teherán.Reuters

Abbas Aslani se ha hecho un nombre tuiteando en inglés los recientes debates presidenciales iraníes y otras noticias relacionadas con las elecciones. Se trata de una fuente inusual. Aslani es el director de Internacional de la agencia Fars, un medio considerado cercano a los Pasdarán (guardianes de la revolución), algo que él desmiente. Además, Twitter y Facebook están bloqueados en Irán. “La conexión es a veces problemática, no puedo tuitear desde el teléfono”, admite.

Tuitea Aslani, tuitean varios de los candidatos a la presidencia (o al menos alguien de su campaña) y hasta el líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí. Resulta cuando menos curioso el entusiasmo de los responsables iraníes por las redes sociales cuando Reporteros sin Fronteras ha calificado al régimen iraní de “enemigo de Internet” por su censura de contenidos y su acoso a los internautas. Buena parte de los 54 informadores que están en cárceles iraníes son blogueros o periodistas digitales.

“No estoy de acuerdo con el bloqueo de Internet, pero no acepto sus críticas”, señala Aslani, antes de mencionar que en Turquía también detienen a periodistas y las organizaciones occidentales no se ensañan contra su Gobierno. “Estar ausente no es bueno. Hay que usarlos en tu propio interés”, asegura a tras minimizar el bloqueo de Facebook y Twitter porque “todo el mundo usa otros proxies [servidores]”. Tal vez, pero a la velocidad que funciona la Red en Irán, solo enviar un email constituye una tarea titánica. Usar un proxy o una Red Privada Virtual (VPN) no solo ralentiza aún más la conexión, sino que es ilegal.

“La velocidad de conexión es un problema. Incluso los candidatos han dicho que necesitamos mejorar el acceso a Internet”, reconoce Aslani. “Técnicamente es posible, pero se necesita una decisión política”. En realidad, la decisión política ha sido bajar la velocidad hasta niveles que hacen casi inoperante su uso, en especial por la tarde-noche, cuando la mayoría de la gente puede conectarse desde casa. La técnica, que ya se empleó en 2009 a raíz de las protestas que siguieron a la reelección de Mahmud Ahmadineyad, tiene como objetivo evitar que los críticos del régimen puedan utilizar las plataformas digitales para organizar nuevas movilizaciones. “La velocidad nunca ha sido muy alta, pero desde tres o cuatro semanas antes de las elecciones ha caído a ritmos desesperantes”, confirman varios residentes en Teherán.

La velocidad de conexión es un problema. Incluso los candidatos dicen que necesitamos mejorar el acceso a Internet” Abbas Aslani, periodista

Aslani justifica los filtros por “razones éticas”. “De acuerdo con la Constitución, somos un país islámico, y hay muchos padres a quienes preocupa lo que sus hijos pueden encontrar en Internet”, asegura. El periodista también acepta que hay “un problema político”.

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De hecho, el bloqueo de Skype no parece tener mucho que ver con la ética y más con la posibilidad de que los activistas puedan comunicarse con el exterior y transmitir libremente su versión de lo que acontece dentro de Irán. Al menos 16 periodistas reformistas fueron detenidos el pasado invierno con el pretexto de que tenían vínculos con medios extranjeros, en particular la edición en persa en la BBC.

A pesar de esas medidas, hay activistas que siguen arriesgando sus vidas para enviar informaciones e imágenes al exterior. De hecho, el telediario de las ocho de la BBC en persa se ha convertido en la principal fuente de información de los iraníes que desconfían de los controlados medios locales.

“Siguen interfiriendo las emisiones con parásitos, pero la BBC en persa emite por varios satélites distintos y ahora se ha generalizado un tipo de parabólicas giratorias que permiten ir sintonizando la recepción de forma automática”, explica una periodista local que ha dejado de ejercer debido a las restricciones que les imponen las autoridades.

Del mismo modo, a medida que las autoridades han ido cerrando periódicos reformistas, quienes buscan información independiente se han trasladado hacia webs que se editan fuera del país. Aún así, Aslani se muestra convencido de que hay libertad de expresión en Irán.

“Los debates presidenciales, sobre todo el último con su discusión franca, muestran que puede haber un flujo libre de información incluso en los medios estatales. Además, la gente habla en los taxis, en la universidad, en los trabajos… Aún nos queda camino que recorrer, pero no se puede decir que en Irán no exista libertad de expresión”, concluye.

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Sobre la firma

Á. E.
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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