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A la caza de las pitones birmanas

Una polémica cacería de estas serpientes, que se llevó a cabo en Florida durante un mes, se cierra con 68 ejemplares capturados y premios de hasta 1.500 dólares

Varios miembros de la autoridad forestal de Florida sostienen una pitón.
Varios miembros de la autoridad forestal de Florida sostienen una pitón. EFE

La principal regla del concurso era esta: mátenlas, pero que no sientan dolor. El 12 de enero pasado, la Comisión de Pesca, Vida Salvaje y Conservación del Estado de Florida (FWC, por sus siglas en inglés) anunció la apertura oficial de un concurso de un mes para reducir la población de pitones birmanas en los Everglades y recomendó a los participantes tres métodos para matar a las serpientes “de manera humana”: decapitarlas, dispararles en la cabeza o clavarles un perno justo a la altura del cerebro. Unos 1.600 cazadores de Estados Unidos y Canadá, equipados con toda clase de armas, se apuntaron a la cacería que recibió el nombre de “Reto Pitón” y culminó el 10 de febrero pasado. Este sábado, fueron premiados con una estatuilla y hasta 1.500 dólares en efectivo quienes capturaron al ejemplar más grande y el mayor número de serpientes.

“Capturamos un total de 68 pitones birmanas durante la cacería. (Si son muchas o pocas) depende de cómo se mire. En nuestra opinión, es un número de muestras sin precedentes que nos ayudará a responder preguntas acerca de las pitones y nos hará más efectivos al momento de removerlas del sistema”, ha dicho el director ejecutivo de la FWC, Nick Wiley, este sábado, durante la ceremonia de premiación que se realizó en el Zoológico de Miami. “Cada pitón sacada del ecosistema es un gran beneficio, y sabemos que toma una significativa inversión de tiempo capturar a una. Como ocurre en cualquier clase de cacería, no siempre es fácil”, agregó Wiley.

La pitón birmana es una especie invasiva que, de acuerdo a las autoridades, hoy día supera en número a otras especies autóctonas de los Everglades, un área protegida de pantanos subtropicales de 1.900 kilómetros cuadrados, que se extiende por gran parte del extremo sur del Estado de Florida. A estas serpientes se les señala como responsables de la reducción de la población de mamíferos pequeños en los pantanos, como comadrejas, mapaches, conejos y ratones salvajes, y han llegado incluso a alimentarse de cocodrilos. Se cree que las primeras pitones birmanas llegaron a los Everglades hace más de una década y que fueron abandonadas allí por personas que las tuvieron antes en casa, como mascotas.

Las pitones, sin embargo, no son la única especie invasiva que amenaza el equilibrio natural de los pantanos. Los gatos domésticos, las lagartijas y las ranas cubanas también se han convertido en predadores de la fauna local. “Pero un concurso para cazar ranas cubanas no emocionaría a nadie, y esto lo digo en el contexto y en el entendimiento de cómo los humanos respondemos a las cosas”, ha dicho Frank Mazzotti, profesor de ecología y vida salvaje de la Universidad de Florida y asesor del Reto Pitón, al diario The Miami Herald.

La cacería de pitones, en cambio, sí despertó el entusiasmo de los cazadores que, con licencia o sin ella, se inscribieron al concurso; incluyendo, entre ellos, al senador demócrata de Florida, Bill Nelson. Los requisitos para participar no eran demasiado exigentes: ser mayor de 18 años y atender a un curso de media hora de detección de reptiles, para no matar a la serpiente equivocada; no había limitación en el uso de cualquier tipo de armas.

El uso de cámaras sí estaba restringido. “Usted será descalificado si publica fotos inhumanas o vídeos” de la cacería, advirtieron los organizadores a los concursantes. Así se cumplió: los restos de las 68 pitones capturadas fueron enviados directamente a los laboratorios de la Universidad de Florida para su análisis, sin que ninguna imagen cruenta de la cacería saliera a la luz pública.

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