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La Duma rusa aprueba leyes preventivas contra la oposición liberal

El defensor del pueblo intentó en vano convencer a Putin para que aplazara la aprobación de las normas

Pilar Bonet
El presidente Putin, en una reunión de su consejo de seguridad este viernes.
El presidente Putin, en una reunión de su consejo de seguridad este viernes.ALEXEI NIKOLSKY (AFP)

La Duma de Rusia, producto de las elecciones de diciembre de 2011, concluyó su primer periodo de sesiones el viernes dejando aprobadas (en segunda y tercera lectura) dos polémicas leyes que la oposición liberal considera destinadas a restringir sus actividades. Para entrar en vigor, la legislación tiene que ser aprobada por la Cámara alta (Consejo de la Federación) y firmada por el presidente, Vladímir Putin, unos trámites que son de rutina dado el control del Kremlin sobre las dos Cámaras.

Una de las leyes obligará a identificarse como “agentes extranjeros” a las ONG que reciban financiación internacional para realizar actividades políticas, entendiendo por tales los intentos de influir en el proceso de toma de decisiones y en la opinión pública. El documento, que obtuvo 374 votos a favor, tres en contra y una abstención, fue presentado por Rusia Unida (el partido mayoritario dirigido por el jefe del Gobierno, Dmitri Medvédev), y apoyado por el Partido Comunista y el partido populista de Vladímir Zhirinovski (Partido Liberal Democrático). Tanto los comunistas como el partido de Zhirinovski tienen un fuerte componente nacionalista.

De hecho, el diputado comunista Iván Nikitchuk opinó en la Duma que se debería ir aún más lejos. Refiriéndose al desmoronamiento de la URSS, pero sin dar nombres, insistió en que hay que encontrar a “los verdaderos agentes, los que destrozaron el país”.

La segunda ley reestablece la “calumnia” como figura tipificada en el Código Penal, pese a que a partir de principios de este año figuraba como una “responsabilidad administrativa”, ya que había sido excluida del Código Penal durante la presidencia de Medvédev. Esta ley que se presenta como una defensa de los derechos constitucionales de los ciudadanos obtuvo 238 votos a favor y 91 en contra y contó solo con el apoyo de RU. El documento, enmendado para excluir las penas de cárcel previstas en la primera lectura, contempla un incremento de las multas por calumnia (ahora de 5000 rublos o 125 euros) hasta 5 millones de rublos (125.000 euros). Esta sanción se impondrá a quienes calumnien a jueces, fiscales, jueces de instrucción y jurados. Para los calumniadores se preven también penas de hasta 480 horas de trabajos obligatorios.

Más de 100 blogeros habían pedido que se aplazara la aprobación de la ley, que ha sido aprobada en un tiempo récord al igual que las leyes sobre las ONG “agentes extranjeros” y la ley que endurece las condiciones para celebrar mítines. Un grupo de periodistas se manifestó el viernes frente a la Duma en contra de la penalización de la calumnia. Con esta ley, el abogado Alexéi Navalni, la figura más popular de la oposición callejera, se arriesgará a ser condenado si sigue utilizando su popular eslogan que califica a RU de “partido de bandidos y ladrones”.

Las tres normas mencionadas parecen ser parte de una estrategia “preventiva” del Kremlin frente a la oposición. Las opiniones divergen respecto a otra ley aprobada también esta semana que contempla la confección de una lista de páginas de Internet que, en nombre de la protección de la infancia, pueden ser bloqueadas por las autoridades. Contra esta ley protestó la versión rusa de la ciberenciclopedia Wikipedia.

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Tanto el jefe de la comisión consultiva de desarrollo de la sociedad civil y los derechos humanos, Mijaíl Fedótov, como el defensor del pueblo, Vladímir Lukin, trataron de convencer en vano esta semana al presidente Putin de que aplazara la aprobación de la ley sobre las ONG y sobre la calumnia. Putin dijo no estar de acuerdo con la idea de que da igual si las ONG reciben dinero del “Gosdep” (Departamento de Estado norteamericano) o de Gazprom (el monopolio de la exportación de gas de Rusia), porque, según sentenció, “el refrán popular dice que quien paga solicita la música, y esto es un hecho (…). Nadie da dinero por que sí”.

En Rusia, la expresión “agente extranjero” equivale a decir “espía”. El ministerio de Justicia será el encargado de decidir qué organizaciones son “agentes extranjeros” y cuáles no, pero, de entrada, las organizaciones que se consideren políticas y que reciban fondos internacionales deberán hacer constar esta circunstancia en todos sus documentos y publicaciones. En los medios de comunicación y en las caricaturas y chistes que se publican estos días en la prensa rusa este enfoque está siendo tratado como una versión del tema del gueto al que eran enviados los judíos por los nazis. Ser “agente extranjero” es como llevar la “estrella amarilla”.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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