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La policía italiana detiene a Tarantini en el aeropuerto

El empresario de Bari, arrestado por tráfico de drogas, ha confesado a los jueces que llevaban prostitutas y cocaína a las fiestas de Silvio Berlusconi

El empresario Gianpaolo Tarantini, conocido como el Rey de las Prótesis, ha sido detenido esta mañana en el aeropuerto de Bari por la Policía Fiscal italiana. El fiscal Antonio Laudati ha explicado que Tarantini ha sido encarcelado bajo la acusación de tráfico de drogas y porque había "un alto riesgo de fuga" y "de contaminación de pruebas".

El abogado de Tarantini ha explicado que la orden judicial de arresto se basa en la posesión y cesión de cocaína durante el periodo estival de 2008. Según ha contado a los jueces, Tarantini alquiló en agosto de ese año una casa en la isla de Cerdeña, muy cercana a la de Silvio Berlusconi, con la idea de introducirse en el entorno del primer ministro.

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Como medio de hacer relaciones con las amigas del primer ministro, Tarantini llevó una gran cantidad de cocaína a la isla, y la guardaba, según ha declarado al juez su amigo Alessandro Mannarini, hoy en arresto domiciliario, "en una caja fuerte que compró e instaló él mismo y que manejaba personalmente".

Tarantini es el protagonista central de una amplia investigación judicial en torno a la corrupción en la sanidad pública de la región de Puglia, que dirige el magistrado Giuseppe Scelsi. El empresario declaró al juez que facilitaba prostitutas a políticos de izquierda y derecha convencido de que "las escorts y la cocaína son la mejor forma de tener éxito en la vida".

El empresario, de 39 años, ha confesado haber organizado 18 fiestas con al menos 30 prostitutas y velinas (azafatas televisivas) para el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, con la intención de obtener favores e influencia para mejorar sus negocios. Según declaró, Berlusconi no sabía que las jóvenes que él llevaba a sus fiestas cobraban por pasar la noche con el primer ministro, de 72 años.

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Tarantini conoció a Berlusconi en agosto de 2008 en Villa Certosa, la residencia sarda de Il Cavaliere, y desde ese momento se convirtió en el reclutador de confianza de Berlusconi. Los jueces, que intervinieron el teléfono del empresario, han grabado al menos 50 llamadas entre ambos.

Las palabras de Berlusconi

Berlusconi ha admitido en público haber conocido y recibido en su casa a Tarantani y sus chicas, aunque durante la cumbre bilateral con España, la semana pasada, fingió no saber si se llamaba Tarantini o Tarantino. Hablando ante el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, Berlusconi sostuvo que "jamás" ha "pagado por una prestación sexual" porque el placer está en la conquista. "Si pagas, ¿qué placer puede haber?", preguntó.

Sus abogados sostienen que, en todo caso, el primer ministro no habría cometido delito alguno, pues solo era el "utilizador final" de las señoritas de compañía.

El letrado Niccolò Ghedini, tras demandar civilmente a La Repubblica y a L'Unitá por valor de tres millones de euros, ha asegurado además que Berlusconi está listo para, textualmente, "acudir al tribunal a explicar que no solo no es un gran cerdo, sino que tampoco es impotente". Berlusconi, ha dicho Ghedini, desea "explicar a 20 millones de italianos, sus queridos electores, que funciona perfectamente".

En cualquier caso, el primer ministro italiano no puede ser procesado ya que su Gobierno aprobó el año pasado, al poco de iniciarse la legislatura, una ley de inmunidad, el llamado Laudo Alfano, que traslada al final de su mandato las posibles causas judiciales que se interpongan contra él y las otras tres altas autoridades del Estado. El Tribunal Constitucional decidirá el 6 de octubre si la ley es contraria o no a la Carta Magna.

Investigación

Según una investigación de la revista L'Espresso, que ha cruzado las declaraciones judiciales de Tarantini, las fotos de Antonello Zappadu y la agenda oficial del primer ministro, Berlusconi realizó al menos 40 fiestas con prostitutas y velinas entre agosto de 2008 y enero de 2009, los meses más dramáticos de la crisis económica global, a razón de una fiesta cada tres días y medio.

Durante esos meses de frenética actividad nocturna, afirma la revista, el jefe del Gobierno italiano desatendió algunos empeños institucionales, entre otros una reunión con la secretaria de Estado estadounidense, Condoleeza Rice (el 5 de septiembre), la asamblea general de la ONU (el 23), o la presentación de la Exposición Mundial de Milán 2015, esa misma semana.

El 23 de diciembre, recuerda L'Espresso, Berlusconi hizo llegar al Papa esta felicitación que incluía uno de los eslóganes favoritos del Pueblo de la Libertad: "La Navidad es un momento de reflexión sobre el mensaje cristiano de esperanza, la familia es el núcleo central de la sociedad". Esa misma noche no faltó la fiesta con Tarantini y sus amigas, entre ellas Carolina Marconi y Graziana Capone.

Cinco días más tarde, Berlusconi voló a Villa Certosa, donde se encontró a un nutrido grupo de chicas, entre ellas las menores napolitanas Noemi Letizia y su amiga Roberta. Tarantini también estaba allí. Apenas dos meses después, Noemi Letizia cumplió 18 años, Berlusconi asistió a su fiesta en Casoria (territorio cercano a Nápoles y dominado por la Camorra), y su esposa, Veronica Lario, perdió la paciencia y decidió destapar la caja de los truenos.

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