Telefónica ya trabaja en un ecosistema para la implantación de la futura eSIM o SIM remota. Así, ya trabaja con proveedores de equipos y empresas de servicios para desarrollar esta nueva tecnología.
La operadora está probando el uso de estas eSIM en distintos dispositivos de consumo, entre los que figuran los denominados wearables, según ha explicado Pedro Gil, de la unidad global de Terminales de Telefónica, en un encuentro informativo en el seno del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.
El programa de Telefónica está ya en marcha. De hecho, su filial alemana lanzará el segundo trimestre un smartwatch, en este caso, un Samsung Gear S2 Classic 3G, equipado con una eSIM. Un dispositivo que también podría comercializarse en mercados como España puesto que, según Telefónica, no hay ninguna limitación técnica.
La teleco está definiendo ya diferentes casos de uso orientados al mercado de consumo, en los que el cliente pueda tener un alto grande de independencia del operador, del fabricante de los dispositivos o de los proveedores del módulo de la SIM que estos llevan embebida.
La compañía ya trabaja en distintas filiales en España, Chile, Perú y Reino Unido, así como con socios como China Unicom y Ooredoo, en Qatar. De igual forma, en los proyectos en marcha, Telefónica utiliza dispositivos de fabricantes como los citados Samsung, Alcatel, LG y Sony; tarjetas eSIM de Gemalto, G&G, Oberthur y Valid, así como plataformas de gestión remota de grupos como Oberthur y Valid.
El avance de las eSIM podría acelerarse tras el acuerdo en el seno de la GSMA entre operadoras y fabricantes para establecer el primer estándar interoperable. En marcha está ya la denominada primera fase en la que los dispositivos con eSIM ya funcionan de la mano de un dispositivo principal, especialmente un smartphone. Para junio podría llegar la segunda fase, en la que todos los equipos de eSIM podrían conectarse directamente a la red sin el dispositivo principal.
En un entorno de eSIM, la teleco envía un perfil que contiene las claves de acceso. La operadora insiste en factores claves como la seguridad o la privacidad. La eSIM en términos reales es un pequeño chip implantado en la placa, que tiene un tamaño un 90% inferior al de la SIM física.