EL PAÍS

En la piel de un refugiado: África

“Están deteniendo a todos”

No piensas, coges la cinta de la cámara, sales corriendo y logras despistar a la policía. Por la noche, un miembro de vuestro movimiento te llama por teléfono. Te facilita un contacto para que entregues la cinta a la cúpula del grupo, que ha logrado escapar a un país vecino. Así lo haces. Te lo agradecen y te advierten: “No puedes volver a tu casa, están deteniendo a todos”. Te ofrecen ayuda para que inicies una larga travesía para llegar a Europa y pedir asilo político: tendrás que cruzar el desierto y luego el mar en patera.