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El año que salió al revés

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Ha sido un año raro. Como en estas fotos, la expectativa chocó con la realidad. Asistimos al triunfo del no. A la victoria del trol. 2016 fue a la contra y augura un 2017 patas arriba. Este es un relato visual del año que no vimos venir

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© EDICIONES EL PAÍS, S.L.

MIGUEL YUSTE 40 - 28037 MADRID [ESPAÑA]

TEL. 91 337 8200

Créditos

Coordinación: Patricia Gosálvez | Guión: Guiomar del Ser / Patricia Gosálvez | Diseño: Ana Fernández | Infografía: Rafa Hörh / Fernando Hernández / Yolanda Clemente / Tomás Ondarra / Heber Longás | Maquetación: Nelly Natalí Sánchez | Vídeo: Carlos Córdoba (Coordinación) / Edu Ortiz / Jaime Casal / Luis Almodóvar / Carlos Martinez / Paula Casado | Fotografía: Gabriel Bravo | Redacción: Rubén Amón / Carlos Arribas / Tom C. Avedaño / Marc Bassets / Ana Carbajosa / Íñigo Domínguez / Fernando Garea / Patricia Gosálvez / Pablo Guimón / Óscar Gutiérrez / Amaya Iribar / Manuel Jabois / Antonio Jiménez Barca / Natalia Junquera / Javier Lafuente / Ana Marcos / José Marcos / Diego Manrique / Gloria Rodríguez-Pina / Diego Torres

Y ganó Trump

¿Construirá el muro y provocará una guerra entre potencias? ¿O admitirá que el cambio climático existe y finalmente respetará la libertad de prensa? Tras una campaña plagada de insultos, bulos y disparates, Donald Trump tomará posesión como presidente de EE UU el próximo 20 de enero. La gran pregunta es si las instituciones y el sentido común frenarán las descabelladas promesas del magnate o si se cumplirán los malos presagios. Un juego para imaginar los mejores y peores escenarios posibles de la legislatura más temida.

Por Marc Bassets

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Trump

Cada imagen representa un área en el que las decisiones del nuevo presidente pueden resultar trascendentales. Para bien y para mal. Bajo las imágenes se esconden dos escenarios posibles: optimista y pesimista.

Política exterior

Política exterior

Trump mantiene los compromisos con los aliados europeos y asiáticos, escucha a sus consejeros más moderados, y evita caer en provocaciones o embarcarse en aventuras bélicas. Mantiene la política multilateral de su antecesor, se apoya en la ONU y gracias al talento negociador que se atribuye logra una cooperación constructiva con Rusia y China, sin ceder en los intereses de EE UU y sus aliados.

Imprevisible y errático, desconcierta a aliados y rivales con mensajes improvisados en las redes sociales y declaraciones altisonantes. El repliegue de EE UU deja un espacio vacío. China y Rusia ponen a prueba al presidente con acciones puntuales para ganar terreno en el mar del sur de China o en el Este de Europa. La sobrerreacción del presidente lleva a las primeras escaramuzas entre grandes potencias desde la Segunda Guerra Mundial.

Terrorismo

Terrorismo

Tiene la suerte de que ningún atentado golpee a EE UU durante su mandato. Los avances aliados en Irak y Siria logran debilitar al ISIS hasta ponerlo al borde de la desaparición. La cooperación en Siria con Rusia contribuye a esta victoria y da paso a un acuerdo para sustituir a Bachar El Asad en este país. En 2021, al inicio de su segundo mandato y en el vigésimo aniversario del 11S, Trump celebra la derrota final de los grupos yihadistas.

El ISIS aprovecha los primeros pasos de la Administración Trump para lanzar un ataque terrorista. Trump sobrerreacciona con redadas contra los musulmanes y deportaciones a Guantánamo. Reinstaura la tortura, y lanza una ofensiva terrestre en Irak y Siria con el despliegue de centenares de miles de soldados y marines. EE UU se embarra de nuevo en Oriente Próximo, como 15 años antes, mientras los ataques terroristas se repiten en EE UU y Europa.

Libertades

Libertades

El magnate desecha las amenazas que profirió durante la campaña electoral y resulta ser un presidente respetuoso con la Constitución. Limitado por el sistema de contrapoderes, asume que la autoridad del presidente en EE UU es pequeña y para gobernar debe cooperar con el Congreso. Respeta a los medios de comunicación críticos y desautoriza a sus seguidores que propagan noticias falsas y teorías de la conspiración.

Aprovecha los márgenes legales para imponer su voluntad sin tener en cuenta al Congreso, y en otras ocasiones logra el apoyo del Congreso para ampliar sus poderes y limitar derechos básicos como la libertad de expresión consagrada en la Segunda Enmienda de la Constitución. Toma represalias contra los medios de comunicación críticos y, gracias a una reforma constitucional, logra prohibir la quema de la bandera y encarcelar a los autores del delito.

Inmigración

Inmigración

Al llegar al poder se da cuenta de que la inmigración no ha dejado de decrecer en los últimos años, que amplias porciones de la frontera de México ya están valladas y que la economía de EE UU, con una población activa en descenso por la jubilación de la generación del baby-boom, necesitará inmigrantes si quiere seguir creciendo. Anula sus planes para construir el muro fronterizo y para expulsar a millones de inmigrantes.

Crea una fuerza especial para localizar y detener a millones de inmigrantes sin papeles. Algunos son denunciados por sus vecinos. Se moviliza una red de autobuses y trenes especiales para llevarlos a la frontera, o a los aeropuertos desde donde regresarán por la fuerza a sus países. Al mismo tiempo, provoca un enfrentamiento con México por el pago del muro que causa una ruptura de las relaciones. El clima sospecha de extiende a la minoría musulmana.

Economía

Economía

Obama deja la economía encarrilada, con el desempleo por debajo del 5%, el PIB al alza y las bolsas optimistas. El nuevo presidente no altera esta política y, con el respaldo de la Reserva Federal, acelera el ritmo de la recuperación. A esto contribuye un plan de inversiones en infraestructuras que, con los votos demócratas en el Congreso, repara puentes y carreteras dañados, crea empleo, obtiene un amplio apoyo popular y prepara el terreno para reelección de Trump en 2020.

Obama le deja a Trump la economía encarrilada pero una serie de decisiones destruyen la herencia. Las rebajas de impuestos a los ricos, sumadas a un plan de inversiones que enriquece a los amigos del presidente pero está mal diseñado, dispara el déficit. Las medidas proteccionistas —Trump se retira del tratado de libre comercio con México y Canadá y aumenta los aranceles a los productos chinos— dispara los precios y erosiona el poder adquisitivo de las clases medias, que sufren el golpe de la segunda recesión en una década.

Medio Ambiente

Medio Ambiente

Pese a haber dicho en campaña que el cambio climático era un bulo inventado por los chinos, Trump rectifica y asume que el calentamiento global es una realidad y que EE UU debe liderar a la hora de combatirlo. Reafirma el compromiso con el acuerdo de París y, gracias al talento negociador del que constantemente se jacta, puede convencer al Partido Republicano y a las grandes empresas contaminantes de que apoyen sus planes para reducir las emisiones.

Trump se retira del acuerdo de París y anula los decretos de Obama para limitar las emisiones contaminantes. Su apuesta por el carbón y el petróleo disparan las emisiones y arrastran a otros países que, al ver que EE UU se desentiende de la lucha contra el cambio climático, siguen sus pasos. Las alertas de los científicos se cumplen y en unos años aumentan las temperaturas y el nivel de los mares.

Institución presidencial

Institución presidencial

Trump vende todas sus empresas y tanto él como su familia se desentienden de ellas para evitar los conflictos de intereses. Tras resistirse a hacerlo durante la campaña electoral, publica sus declaraciones de impuestos, sin que estas revelen ninguna sorpresa ni irregularidad. El nuevo presidente aparca el mal humor y el carácter errático de la campaña: deja la gestión del día a día a sus consejeros más experimentados y evita batallas estériles que degraden la institución.

Trump cede el control de su imperio empresarial a sus hijos pero mantiene la propiedad, lo que no deshace ninguna de las sospechas de conflictos de interés. En sus relaciones internacionales y en sus decisiones internas, repetidamente da la impresión de actuar como empresario y favorecer los intereses de la Trump Organization. Nombra a sus parientes en cargos clave, intimida a sus adversarios, toma decisiones de forma errática y caprichosa, con un estilo autoritario raramente visto en EE UU.

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El mapa del terror

En Bruselas, en Orlando, en Niza, en Berlín... el terrorismo atacó el corazón de Occidente y la sucesión de atentados de 2016 instaló en el miedo a sociedades cuya paz damos por sentada. El horror ante el sinsentido yihadista es, sin embargo, el día a día en países como Irak, Afganistán, Siria o Nigeria. Un recuento de los ataques a lo largo del año dibuja un gráfico demoledor en el que el mundo musulmán aparece como la víctima principal en el mapa del dolor.

Por Óscar Gutierrez / Patricia Gosálvez / Rafa Horh

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Terror

En este mapa el tamaño de los países corresponde a la cifra de víctimas mortales en atentados de corte yihadista a lo largo de 2016.

Gráfico
12 meses de terror

El retorno de la yihad

Un detalle pasó desapercibido en el análisis del ataque perpetrado en el aeropuerto bruselense de Zaventem el pasado 22 de marzo. Uno de los que asaltaron el aeródromo de la capital belga, Ibrahim el Bakraoui, había intentado entrar en Siria en junio de 2015. No lo logró. Fue detenido por las autoridades turcas en Gaziantep y enviado de vuelta a Europa. Menos de un año después entró en Zaventem e hizo detonar su carga explosiva. Y he aquí el detalle novedoso. Ibrahim el Bakraoui no había pisado suelo del autoproclamado califato del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés), grupo que asumió la autoría de los atentados en Bruselas, con 32 muertos. Tampoco lo hizo su hermano Khalid, que participó ese mismo día en el atentado en el metro de Maalbeek. Ninguno de los dos, delincuentes comunes conocidos por los servicios de inteligencia belgas, había sido entrenado por hombres del ISIS, como sí lo fueron aquellos que atentaron el 13 de noviembre anterior en París. Las pesquisas sobre los atentados en la capital francesa y belga permitieron reconstruir un solo entramado terrorista. Pero los Bakraoui eran la excepción. Fue la primera vez que el ISIS se valía de individuos radicalizados no entrenados en su territorio.

La novedad no está exenta de matices. Los atentados en Bruselas llegaron, a la desesperada, tras la detención de uno de los huidos de Francia, Salah Abdeslam, en el barrio bruselense de Molenbeek. En ese contexto, la célula organizada y comandada desde el califato por el ISIS descargó un nuevo golpe, quizá de forma apresurada. Y ahí es donde entraron dos outsiders como los hermanos Bakraoui. Los dos acometieron el mandato general de una de las grandes voces del ISIS, Mohamed al Adnani, ya muerto: Si no podéis llegar al califato (hijra) y uniros a vuestros hermanos [lo que parece ser que le pasó a Ibrahim el Bakraoui], atacad allá donde estéis con lo que tengáis. El ISIS dio en Bruselas un nuevo paso en la descentralización de su terror. El objetivo: Europa.

Pero Europa, a tenor del análisis de los atentados en 2016, no es en modo alguno la víctima más golpeada del terrorismo de corte islamista. En un mapa del mundo en el que el tamaño de los países guarda relación con el número de ataques/víctimas, objetivos como Bruselas, Orlando, Estambul y Niza son relativamente pequeños en comparación con el día a día de violencia en países como Irak, Afganistán o Nigeria. El contexto tampoco es el mismo: el azote del ISIS en el norte de Irak, con su bastión en Mosul, hizo plantar batalla a las fuerzas iraquíes que, junto a la aviación estadounidense y la artillería francesa, tratan de arrebatarle terreno. En esa batalla, el terrorismo del ISIS es una táctica recurrente como punta de lanza de la guerra de guerrillas que ahora acomete a la defensiva (la cadena de atentados en Kirkuk, tras el inicio de la ofensiva en Mosul en octubre, es prueba de ello). La capital, Bagdad, es además objetivo prácticamente diario de las células del grupo, en su campaña por golpear sobre todo a la minoría chií, pero también a sus correligionarios suníes.

La guerra es también el escenario para interpretar los atentados a los dos lados de la frontera afgano-paquistaní. Por la arremetida de los talibanes, que recuperan distritos perdidos tras la invasión estadounidense de 2001, y por las escisiones en sus filas hacia el entorno del ISIS. Bajo ese mismo paraguas se mueve también la secta islamista radical nigeriana Boko Haram, hoy en retroceso ante la campaña militar regional que la ha expulsado del noreste del país africano, pero con capacidad aún para cometer atentados contra la población civil en el Estado de Borno.

Irak, Afganistán, Nigeria. Los tres encajan en eso que muchos analistas denominan los agujeros negros del terrorismo; pedazos de tierra donde el aparato del Estado ni está ni se le espera y donde los grupos armados operan con libertad y atacan de forma indiscriminada. Y si bien es preocupante por la magnitud de la barbarie, no puede esconder, de nuevo, el objetivo: Europa. Volvamos a Europa. 2016 ha sido el año en el que el ISIS ha puesto una nueva semilla en su tercera etapa: de ataques en territorio controlado o anhelado (Irak/Siria), pasó a atentados organizados desde allí con comandos enviados para perpetrarlos (París), a golpes, en la actualidad, inspirados por el grupo yihadista. Incluso sin que exista hilo alguno de comunicación. Un fenómeno nada nuevo en la historia del terrorismo de corte islamista: Al Qaeda, tras su derrota en Afganistán, optó por descentralizarse y atacar en Occidente a través de células independientes (Madrid, Londres). Así lo defendían líderes como Ayman al Zawahiri o ideólogos como Abu Musab al Suri. Ese es el posible escenario hoy para el ISIS y los miles de combatientes que pueden volver a su país expulsados por la guerra. Es el retorno de la yihad.

¿CÓMO HICIMOS ESTE GRÁFICO?

Contabilizar los atentados terroristas de corte yihadista en el mundo es un trabajo arduo por varias razones. Primero, porque la mayoría de ellos tienen lugar en países como Irak, Afganistán, Siria o Nigeria, donde la guerra, la falta de instituciones estables, la debilidad de la prensa libre, y la mera cantidad de ataques provocan una multiplicidad de fuentes no siempre fiables y en un confuso baile de cifras. Los datos de partida son, en el mejor de los casos, erráticos.

El segundo problema es una cuestión de fondo y una de las claves para entender la situación de la yihad sobre todo tras la entrada en escena del ISIS. Plantea una pregunta muy sencilla con una respuesta muy complicada: ¿Qué es un atentado terrorista? En los países donde el terrorismo es cotidiano, la delgada línea entre terrorismo, insurgencia y actos de guerra es extremadamente difusa. En los países occidentales, donde el terrorismo es excepcional, los llamados “lobos solitarios” y el funcionamiento descentralizado del ISIS dificulta la distinción entre un acto terrorista organizado o inspirado por el Estado Islámico, y otro simplemente perpetrado bajo ese paraguas para conseguir mayor difusión mediática; por parte del individuo que busca ganar cierto estatus, y por parte del ISIS, que se lo apunta para sembrar más terror. Para complicar aún más el tema, está la cuestión de si incluir o no la contrainsurgencia y el terrorismo de Estado.

Varias instituciones, como el Consorcio nacional para el estudio y respuesta del terrorismo de la Universidad de Maryland (autor de la base de datos Global Terrorism, utilizada por el Departamento de Estado de EE UU ) o el Centro de terrorismo e insurgencia de la consultora Jane’s IHS, contabilizan cada verano los atentados del año anterior (según informaciones de prensa y algunas investigaciones propias); es decir, debaten e investigan durante meses qué atentados incluir y cuáles no. Aún así sus cifras no coinciden y no son comparables entre sí, ya que usan fuentes y fechas distintas, y tienen algunos criterios divergentes. En sus informes de 2015, para el Jane’s hubo 19.151 ataques y 31.647 muertos, y para el Consorcio 11.774 ataques y 29.376 muertos. The New York Times y la CNN llevan sus propios recuentos de los ataques exclusivamente del ISIS, sin contar los producidos en Irak y Siria. Al periódico le salen 1.200 entre octubre de 2015 y julio de 2016 y a la cadena de televisión 2.043 entre julio de 2014 y julio de 2016.

¿Cómo hemos realizado entonces este gráfico? Wikipedia lleva un recuento mensual de atentados terroristas publicados como noticias en una multitud de medios internacionales. De ese listado hemos filtrado caso a caso solo aquellos de corte yihadista (no hemos incluido por ejemplo los actos de los independentistas kurdos del PKK y otros). Por cuestiones de tiempo, solo hemos contabilizado los atentados de enero a noviembre, faltaría en el mapa el sangriento rastro del mes de diciembre, en el que se han producido atentados como los ataques de Al-Karak en Jordania (al menos 10 muertos), el terrorista suicida que se inmoló en un cuartel yemení (50 soldados muertos), los 23 muertos del atentado junto a la catedral copta de El Cairo o los 12 fallecidos en Berlín tras el ataque con un camión en un mercadillo navideño. Tampoco hemos incluido ataques enmarcados en el contexto del conflicto palestino-israelí, ni actos que podrían formar parte de técnicas de guerrilla en una batalla (por ejemplo, la reacción del ISIS ante la ofensiva en Mosul). El criterio general ha sido que un atentado terrorista busca intimidar y lanzar un mensaje político, social o religioso a un público más allá de sus víctimas directas. Actos como ejecuciones, asesinatos, o juicios sumarísimos que tienen lugar en territorio controlado por el ISIS tampoco se han contabilizado, aunque se podrían entender como atentados. Es decir, nos hemos ceñido a la idea de atentado que se tiene en Occidente. De la lista resultante también se han eliminado aquellos ataques que no aparecían en al menos dos medios, o que provenían de publicaciones sin una fuente fidedigna. Cuando el número de víctimas referido era una horquilla, siempre hemos tomado la cifra más baja y no se han contabilizado los terroristas fallecidos en los ataques. La tortura, la violación y la extorsión son prácticas comunes del terrorismo, pero solo hemos contado los muertos. Tampoco los heridos en atentados, ya que, si las cifras de fallecidos son poco fiables y varían de una noticia a otra, imaginen cómo lo hacen las de los heridos. La idea no es dar cifras, sino ver cómo se repartió el terror este año por el mundo.

Este gráfico es, por tanto, sólo una aproximación.

Un boceto de un retrato muy complicado.

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La paz de Colombia, en cifras

El “NO” en Colombia ganó por apenas 43.894 votos y sorprendió al mundo. El plebiscito para conseguir la reconciliación pretendía poner fin a 50 años de conflicto armado con un rastro de 8 millones de víctimas. Pero el acuerdo, detallado en 297 páginas, no consiguió salir adelante, al menos no a la primera. A continuación, seis cifras para comprender la grieta que dividió en dos un país.

Por Ana Marcos

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PAZ

0 millones

Más de medio siglo de guerra ha dejado más de 8 millones de víctimas, entre ellas, más de 260.000 muertos. No hay una cifra exacta de desaparecidos. La horquilla va de los 15.000 de la Fiscalía a los más de 100.000 del Comité Internacional de la Cruz Roja. La Unidad de Víctimas [organismo estatal] contabiliza más de 40.000 desaparecidos. El cálculo de Medicina Legal es de 78.973, aunque su responsable, Carlos Valdés, cree que la cifra podría ser un 20% más alta.

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Desde que se firmó la ley de Víctimas de 2011, 637.842 víctimas han sido reparadas, 23.000 colombianos han sido restituidos y cerca de 200.000 hectáreas han sido ya devueltas, según la Unidad de Tierras, creada también a partir de esa misma ley. Pero Colombia suma 6,9 millones de desplazados internos a causa del conflicto armado, lo que sitúa al país en el primer puesto del ranking de desplazamiento, seguido por Siria, según ACNUR. Y el país tiene 11.458 víctimas por minas antipersonas. Únicamente en la isla de San Andrés no hay presencia de estos artefactos.

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Las FARC cuentan con unos 8.000 miembros, aunque no hay cifras oficiales. Como tampoco se sabe cuánto armamento tienen. Hasta 2005, cuando se firmó la ley de Justicia y Paz por la que se juzgaron los crímenes de los paramilitares, la contrainsurgencia había dejado un reguero de más de 7.000 muertos (entre guerrilleros y civiles) en los 32 años que combatieron a las guerrillas, según datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.

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El 26 de septiembre todas las formaciones políticas respaldaron un acuerdo de 297 páginas firmado en Cartagena: solo el Centro Democrático, del expresidente Uribe, lo rechazó en bloque. Algunos miembros del Partido Conservador, como el exmandatario Andrés Pastrana y la excandidata Martha Lucía Ramírez también se sumaron al rechazo.

Imagen del acuerdo

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El 2 de octubre se votó el plebiscito sobre los acuerdos de paz. Ninguna encuesta supo predecir los resultados. El 50,2% de los colombianos votó NO al acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC. El 49,7% que se decantó por el SÍ. La diferencia fue de solo 43.894 votos. La abstención, del 62,59%, y la pésima imagen de la guerrilla fueron determinantes en el sorprendente desenlace.

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El 13 de noviembre, tras poco más de un mes de renegociación, el presidente, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, firmaron un nuevo texto refrendado después por el Congreso. El acuerdo definitivo, con 13 páginas más que el original, incluyó algunas propuestas de los promotores del NO, como definir los lugares donde los guerrilleros cumplirán las sanciones e investigar caso a caso los delitos de narcotráfico para establecer cuáles son conexos a la rebelión y, por tanto, amnistiables, y cuáles no. Los ganadores del plebiscito también consiguieron reducir el número de menciones al enfoque de género y a los derecho LGTBI. Sus principales reclamos, la cárcel y la imposibilidad de que las FARC tengan participación política asegurada, no fueron satisfechas. A falta de que el acuerdo se implemente y de que se cumpla el cese al fuego, Santos recogió el 10 de diciembre el Nobel de la Paz en un acto al que no fue invitada la guerrilla. Con el premio en las manos, el presidente ofreció a la prensa asistente un tajante titular de 4 palabras: “Hay una guerra menos”.

Colombia

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La muerte de Fidel

Con la muerte de Fidel Castro se silencia una de las voces más icónicas del siglo XX. Y también una de las oratorias más prolíficas. Capaz de hablar durante horas, sus biógrafos calculan que pronunció más de 2.500 discursos en cincuenta años de mandato. Buceamos en un millar de ellos para buscar los temas y anatemas del líder revolucionario. ¿Cuántas veces dijo patria? ¿Y cuántas calló democracia?

Por Miguel A. de la Marta / Patricia Gosálvez

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Fidel

La web del Gobierno de Cuba (cuba.cu) conserva las transcripciones de muchos discursos, intervenciones y reflexiones publicadas en prensa de Fidel Castro desde 1959 hasta 2008. De este listado hemos indexado 915 discursos proclamados ante todo tipo de público para buscar en su contenido 40 palabras significativas en la historia de Cuba y en el relato que de ella hizo durante medio siglo su máximo dirigente. Del resultado, ordenado de mayor a menor según el número de apariciones, interesan tanto los vocablos que Fidel repitió insistentemente, como aquellos que prefirió callar. En 50 años dijo revolución 13.595 veces; balseros, solo 2.

  • Revolución: 13.595
  • Pueblo: 13.408
  • Imperialismo: 7.266
  • Cuba: 5.312
  • Patria: 4.935
  • Comunista: 3.882
  • Enemigos: 2.975
  • Capitalismo: 2.464
  • Yanqui: 1.979
  • Compañeros: 1.869
  • Médicos: 1.587
  • Libertad: 1.559
  • Contrarrevolución: 1.298
  • Educación: 1.248
  • Marx: 1.012
  • Lenin: 904
  • Bloqueo: 734
  • Venceremos: 731
  • Patria o muerte: 625
  • Angola: 608
  • Democracia: 589
  • Justicia: 580
  • Elecciones: 441
  • Traición: 390
  • Miami: 325
  • Abastecimiento: 319
  • Ché Guevara: 291
  • Gusanos: 193
  • Héroes: 173
  • Engels: 121
  • Sida: 112
  • Camilo Cienfuegos: 82
  • Racionamiento: 45
  • Gorbachov: 42
  • Elián: 39
  • Disidentes: 14
  • Perestroika: 12
  • Periodo especial: 11
  • Apagón: 5
  • Balseros: 2
  • Cuentapropistas: 1
  • Homosexual: 1
Cuba tras Fidel

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Adiós se dice 'Brexit'

Europa no estaba preparada para que los británicos le diesen calabazas. El 23 de junio el Brexit descolocó al mundo y la gente acudió a Internet para entender de qué iba el asunto. Hemos preguntado a Google cuáles fueron las búsquedas más recurrentes a lo largo del año sobre la salida de Gran Bretaña de la UE. De la muy general ¿cómo va el Brexit? a la muy particular ¿cómo afecta el Brexit al fútbol? Tú preguntaste a Google. Nosotros te contestamos.

Por Pablo Guimón

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Brexit

¿Qué es el Brexit?

Brexit, fonéticamente [ˈbreksɪt], es una palabra creada de la unión de otras dos, Britain (Gran Bretaña) y exit (salida), y se utiliza para referirse a la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Se trata de algo por lo que una parte del Partido Conservador y de la prensa populista británica llevan décadas batallando, pero empezó a ser una posibilidad real en 2013 cuando el entonces primer ministro David Cameron prometió que, si ganaba las generales de 2015, sometería la cuestión a un referéndum vinculante. Fue por entonces cuando se empezó a utilizar la palabra Brexit, como derivada de Grexit, acuñada durante la crisis griega para referirse a la salida del país heleno del euro.

¿Por qué el Brexit?

Porque los referendos los carga el diablo. El Brexit se producirá porque los británicos decidieron abandonar la Unión Europea en el referéndum celebrado el 23 de junio de 2016. A la pregunta “¿Debe Reino Unido continuar siendo miembro de la Unión Europea o debe dejar la Unión Europea?”, un 51,9% votó “dejar” y un 48,1% votó “permanecer”. ¿Y por qué se celebró el referendo? Porque un primer ministro conservador quiso acallar un debate que corroía su partido y fracasó estrepitosamente. David Cameron lo convocó con la esperanza de zanjar para siempre un tema que llevaba décadas envenenando la política británica y, en particular, a su partido. Prometió hacerlo en su hoy famoso discurso de Bloomberg, pronunciado el 23 de enero de 2013. “Tengo que hacerlo. Es un tema de gestión del partido”, le dijo entonces a Nick Clegg, su vicepresidente y líder de los liberal demócratas, con quienes Cameron gobernaba en coalición desde 2010. El populista UKIP se hacía fuerte en el país con un discurso antieuropeo sin matices. La amenaza que representaba para los tories quedó en patente cuando el UKIP resultó la formación más votada en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, relegando a los conservadores al tercer puesto. Cameron llegó debilitado a las generales de 2015 y pudo pensar que la necesidad de volver a pactar con los liberal demócratas le liberaría de su promesa. Pero ganó las elecciones con una inesperada mayoría absoluta y cumplió su palabra. El 20 de febrero de este año, después de firmar un acuerdo con sus socios europeos que prometía nuevos términos para la relación del país con el club, convocó el referéndum para el 23 de junio. Solo entonces, anunció que él defendería la permanencia.

¿Cómo va el Brexit?

Matizándose. El Brexit está copando la política británica desde que se celebró el referéndum. La principal discusión está entre las dos opciones que se conocen como Brexit duro y Brexit suave o blando. La situación ideal para los británicos sería recuperar el control de la inmigración, negando la libre circulación de personas que constituye uno de los pilares de la Unión, y mantener el acceso al mercado único. Pero los socios europeos han dejado claro que esa posibilidad no está sobre la mesa. Hay quien defiende una ruptura radical o Brexit duro –recuperar el control total de las fronteras aún a costa de renunciar al acceso libre al mercado único– y quien prefiere un Brexit suave –mantener el mayor acceso posible al mercado único, aunque eso implique aceptar un grado de libre circulación de ciudadanos europeos y seguir contribuyendo económicamente al Presupuesto de la UE–. Los poderes económicos y la mayoría de los diputados son partidarios de esta segunda opción; quienes con más firmeza defendieron el Brexit en la campaña del referéndum se inclinan por la primera, que también es la que se desprende de las pistas que ha dado el Gobierno sobre la postura oficial. Los “suaves” cosecharon una importante victoria al lograr, en los tribunales, que la activación del artículo 50 deba ser aprobada por el Parlamento, mayoritariamente proeuropeo. Esto no quiere decir que vayan a frenar el Brexit, nadie cuenta con ello. Pero muchos diputados confían en que el escrutinio parlamentario del proceso permita forzar al Gobierno hacia un Brexit más suave.

¿Cuándo es el Brexit?

En principio, dentro de dos años y pico. El artículo 50 del Tratado de Lisboa prevé el procedimiento de salida de un Estado miembro. Su invocación, que corresponde al Estado que desea salir, abre un plazo de dos años para negociar los términos de la salida. Concluido ese plazo, salvo que ambas partes pacten una prórroga, el país está fuera. La primera ministra británica, Theresa May, ha prometido que invocará el artículo antes del final de marzo de 2017. Suponiendo que apura al máximo sus plazos, y en ausencia de prórroga, Reino Unido estaría fuera de la UE el 1 de abril de 2019 convirtiéndose en el primer socio en abandonar voluntariamente la UE.

¿Qué tiene de bueno el Brexit?

Pues depende de para quién. Para los británicos antieuropeos, el Brexit permitirá al fin a Reino Unido ser plenamente soberano y dejar de regirse por normas creadas por instituciones que, según ellos, carecen de legitimidad democrática; controlar sus fronteras y, por tanto, reducir la inmigración; dejar de financiar la, a su juicio, incompetente e hipertrofiada burocracia europea; definir su nuevo lugar en el mundo, como líderes del libre comercio, al margen de una institución torpe y decadente. Para Europa, prescindir de Reino Unido podría ser positivo en la medida en que ha sido siempre un freno a una mayor integración. La salida de Reino Unido podría llevar inversión extranjera a otros países europeos y, en particular, hay quien cree que la City de Londres tendría dificultades para continuar como centro financiero del euro, en beneficio de otros centros como Francfort, París, Dublín o, incluso, Madrid. Por lo demás, la decisión de salir de la UE ha provocado una importante caída de la libra con respecto al euro, lo que beneficia a quienes visiten Reino Unido.

¿Qué tiene de malo?

También depende de para quién y, sobre todo, de cómo se haga al final. A Reino Unido, abandonar la UE le supondrá renunciar al mercado único más grande del mundo y al principal destino de sus exportaciones. Además, limitando la inmigración europea, se arriesga perder acceso a un talento que hoy es clave, según los expertos, para el vigor de su economía y a un colectivo que es aportador neto a las arcas públicas. Todo esto dependerá del tipo de ruptura, más dura o más suave, que se acuerde. En cualquier caso, a corto y medio plazo, el Brexit supondrá para Reino Unido un esfuerzo burocrático, negociador y legislativo sin precedentes: habrá de negociar complejos acuerdos comerciales con otros países que sustituyan a los que hoy tiene en virtud de su pertenencia a la UE. Todo ello producirá años de incertidumbre contra los que alertan los poderes económicos. El Brexit, según los más europeístas, podría aislar a Reino Unido en un tablero mundial cuyo reparto de poder se está redefiniendo. Para Europa, el Brexit supondrá la pérdida de la que hoy es la segunda economía del bloque de 28 y de un país con una sobresaliente y solidísima tradición democrática. Grandes sectores del bloque, como la industria automovilística alemana, perderían un mercado clave si de las negociaciones sale un Brexit duro. Con la salida de Reino Unido, los partidarios del liberalismo económico perderán un socio clave dentro del bloque. Pero, sobre todo, al margen del peso concreto del socio que se pierde, el Brexit supone un duro golpe al proyecto europeo, en la medida en que se trata del primer miembro que decide salir. Ofrece importantes argumentos a las formaciones populistas y nacionalistas que se hacen fuertes en varios países europeos y el efecto contagio es innegable.

¿Cómo afecta el Brexit a España?

Más de lo que cabría esperar. España se encuentra sustancialmente expuesta al Brexit, debido a su fuerte relación con Reino Unido, especialmente en los terrenos del turismo y la inmigración. Reino Unido es el principal mercado para la industria turística española. Uno de cada cuatro turistas que visita España es británico. A largo plazo, los efectos del Brexit en el sector son difíciles de predecir; a corto, la caída de la libra esterlina, que ya se ha producido, restará poder adquisitivo a los británicos y acabará afectando al turismo, y también al sector inmobiliario español. El acuerdo bilateral que se alcance en términos de inmigración será también clave para el futuro del más de medio millón de británicos residentes en España y los más de 200.000 españoles que viven en suelo británico. Reino Unido es el principal país de destino de la emigración española (un 14% del total) y los británicos son la tercera nacionalidad más numerosa en España, después de rumanos y marroquíes. El Ministerio de Interior británico ha reconocido implícitamente que los 3,6 millones de inmigrantes europeos en Reino Unido podrán quedarse en el país tras el Brexit, pero el colectivo está llamado a ser, y así lo han reconocido miembros del Gobierno, un arma negociadora. El superávit comercial de España con Reino Unido alcanza el 1,1% del PIB. Reino Unido es el quinto destino más importante para las exportaciones españolas y el principal destino para la inversión directa española en el extranjero (un 14% del total en 2013). Reino Unido representa un 10% del total de la inversión directa extranjera que recibe España. La inversión de las empresas españolas en Reino Unido prácticamente duplica la de las compañías británicas en España.

¿Cómo afecta el Brexit al fútbol?

El Brexit abre importantes incógnitas en el fútbol profesional británico y, en concreto, en el vigor de la Premier League, la liga de fútbol más rica del mundo. La propia Premier, así como los 20 clubes que la conforman, apoyaron públicamente la permanencia en la Unión Europea, destacando el beneficio económico y deportivo que el fútbol inglés ha obtenido gracias a la libre circulación de jugadores entre los países miembros. El poder contar con los mejores futbolistas europeos mejoró el espectáculo de la Premier; eso atrajo a más inversores y, gracias a la venta de los derechos televisivos de transmisión de los partidos, multiplicó los ingresos de la Liga y los clubes. El propio director ejecutivo de la Premier, Richard Scudamore, reconoció en la BBC que la salida de la UE enviará un mensaje negativo a los inversores y condicionará el futuro del fútbol inglés como el más atractivo del planeta. Hasta ahora, al contrario que los europeos, los jugadores de fuera de la UE deben obtener el correspondiente permiso para trabajar en territorio británico. La obtención del mismo se basa en una fórmula que toma en consideración el porcentaje de partidos disputados por el jugador con su selección en un período de años. Según esto, un centenar de jugadores no habría podido fichar la pasada temporada por clubes de la Premier. Por otro lado, la FIFA solo permite captar futbolistas menores de edad, pero mayores de 16 años, entre los países que forman parte de la UE. Todo ello, podría perjudicar a la liga inglesa frente a sus competidoras española, alemana o italiana.

¿Cómo afecta el Brexit a Gibraltar?

El Brexit convertirá la Verja en una frontera Exterior de la UE. Los habitantes de Gibraltar votaron abrumadoramente por la permanencia en el referéndum por temor a perder su beneficioso ecosistema económico, que cuenta con las ventajas de formar parte de la UE y a su vez puede ofrecer importantes reducciones fiscales. El objetivo del Gobierno español es impedir que mantengan ese estatus particular, siquiera parcialmente, en el marco del futuro acuerdo global entre la UE y el Reino Unido. Así lo expresó el anterior ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que dijo: “Pondré la bandera en Gibraltar mucho antes de lo que [el ministro principal Fabian] Picardo cree”. La única vía, según el exministro, es la negociación bilateral entre Londres y Madrid para un acuerdo de cosoberanía. El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, ha dejado claro que el Brexit no afectará a la soberanía del Reino Unido sobre Gibraltar.

¿Cómo afecta el Brexit al Euribor?

La tendencia bajista de fondo que venía registrando el euríbor, el índice más usado para referenciar las hipotecas a interés variable en España, se ha agudizado tras el referéndum del 23 junio, en el que Reino Unido votó por salir de la UE. El euríbor lleva en valores negativos desde marzo de este año, lo cual proporciona un alivio a los titulares de un crédito hipotecario y agudiza la presión sobre los resultados de la banca. El Brexit afecta al euríbor en la medida en que proyecta consecuencias negativas sobre el crecimiento de la Eurozona (un 1,6% anual en la actualidad) y los mercados financieros.

Adiós se dice Brexit

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Crisis en Brasil

2016 ha sido una montaña rusa para los líderes políticos brasileños. Dilma Rousseff cayó desde lo más alto tras el terremoto del impeachment. Su alter ego, Michel Temer, aprovechó el tropezón para elevarse hasta la presidencia. Eduardo Cunha, en enero movía los hilos del Congreso y en octubre estaba entre rejas por corrupto. Mientras tanto, Lula pasó de ser una figura de referencia a llorar en las ruedas de prensa acusado de lo mismo. Subimos a los cuatro protagonistas a un gráfico de vértigo.

Por Antonio Jiménez Barca / Tom C. Avedaño / Rafa Horh

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Brasil

Para leer las razones de los altibajos de Rousseff, Lula, Cunha y Temer a lo largo del año, hay que pulsar en sus caricaturas cuando caen en desgracia o suben en popularidad.

El 31 de agosto, el Senado brasileño, por 61 votos a 21, destituía a la presidenta Dilma Rousseff, elegida un año y medio antes. El vicepresidente, Michel Temer, antes aliado de Rousseff y en ese tiempo su enemigo declarado (ella le calificó simplemente de “traidor”) tomó las riendas del poder. Como telón de fondo, una crisis económica galopante y la mayor investigación judicial sobre corrupción llevada a cabo nunca en el país, la de petrolera Petrobras, que afectaba –y afecta– a empresarios relevantes y a políticos de primera fila. Entre ellos. El mismísimo Luiz Inácio Lula da Silva, el político más valorado de Brasil en su tiempo y la referencia de la izquierda del país, imputado por unos cargos (aceptar regalos de empresas afectadas por el Caso Petrobras) que él niega. También está involucrado el presidente del Congreso, Eduardo Cunha, que fue el que puso en marcha el impeachment que apeó a Rousseff del poder, y que ha acabado en la cárcel, acusado de aceptar sobornos millonarios.

Crisis en Brasil

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España, 315 días sin gobierno

En menos de un año los españoles votaron dos veces. Vieron pasar por delante la legislatura más corta de la historia del Parlamento. Tuvieron durante meses un gobierno en funciones. Y asistieron, estupefactos, a la incapacidad para pactar de sus políticos. Nadie dijo que el fin del bipartidismo iba a ser fácil. Concentramos diez exasperantes meses de bloqueo político en un entretenido vídeo de minuto y medio

Por Eduardo Ortiz / Natalia Junquera / Patricia Gosálvez / Fernando Garea

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La catarsis del PSOE

Octubre fue el mes más difícil en la Calle Ferraz. La sede del PSOE en Madrid venía bullendo con aires de cambio desde el fracaso en las urnas del 20 de diciembre de 2015. Hicieron falta varios comités federales y algunas desastrosas citas electorales más para que la cosa explotase. Recorremos los inolvidables audios del vodevil socialista. Del “no es no, Señor Rajoy” de Pedro Sánchez al “ayudar a coser” de Susana Díaz. Pasando, claro, por el ya mítico “la autoridad soy yo”.

Por Rubén Amón

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PSOE
  • No es no

    Enero 2016

    Pedro Sánchez Secretario general

    Yo escucho a Mariano Rajoy abogar por la gran coalición y yo le digo 'No es no, Señor Rajoy. No es no'

  • ¿Dónde nos colocan?

    Julio 2016

    Javier Lambán Presidente de Aragón

    Si aplicamos simplemente el sentido común, compañeras y compañeros, no tenemos ninguna opción de liderar en este momento un gobierno en España. Debemos irnos a la oposición, que es donde nos colocan los resultados electorales

  • Una pesadilla

    Julio 2016

    Susana Díaz Presidenta de Andalucía

    Los debates que se han abierto con ese sueño de poder formar un gobierno alternativo se nos pueden volver una pesadilla

  • Todo no puede ser

    Julio 2016

    Miquel Iceta Secretario del PSC

    Porque aquí es verdad que estamos todos de acuerdo: en votar que no, en no abstenernos, en ser oposición y en que no haya nuevas elecciones… pero perdonad, puede llegar el momento en que todo a la vez no va a poder ser

  • La autoridad soy yo

    Septiembre 2016

    Verónica Pérez Presidenta de la Mesa del Comité Federal

    En este momento la única autoridad que existe en el PSOE es la presidenta del comité federal que, les guste a algunos o no, soy yo

  • Ayudar a coser

    Septiembre 2016

    Susana Díaz Presidenta de Andalucía

    Por eso creo que ahora toca este país, España, y luego, el PSOE. Por nosotros no va a quedar, todo lo que tenga el PSOE de Andalucía lo va a poner para ayudar a coser, a unir y a volver a levantar este partido

  • No es la misma cosa

    Octubre 2016

    Javier Fernández Presidente de la Gestora

    Que no se gobernara, o no se apoyara, o no nos abtuvieramos, para favorecer un gobierno a la derecha, que no son la misma cosa, digo abstenerse que apoyar

  • Un big bang

    Octubre 2016

    Ximo Puig Presidente de Valencia

    Se necesitaba un Big Bang, se ha producido. Se necesitaba un punto de inflexión y creo que se cerró de la mejor manera posible

  • Dejar gobernar

    Octubre 2016

    Fernández Vara Presidente de Extremadura

    Lo que no se puede es bloquear y evitar que haya un gobierno, porque yo creo, de verdad, que un partido que es un partido de gobierno o gobierna o tiene que dejar gobernar. Y esto es algo que puede no ser muy popular decirlo, pero es de lo que estoy convencido

  • No se va a olvidar

    Octubre 2016

    Patxi López Diputado por Bizkaia

    Y se dice ‘es que abstenerse no es apoyar’, pero cuando uno sabe muy bien cual es el resultado de la abstención, que es que gobierne el PP, no apoyaremos pero permitimos. Y a la gente no se le va a olvidar

  • ¡Cuánto insulto!

    Octubre 2016

    Susana Díaz Presidenta de Andalucía

    ¡Cuánto tiempo hemos gastado en demonizar a unos compañeros contra otros, cuánta energía, cuánto insulto entre nosotros!

  • Cojo mi coche

    Octubre 2016

    Pedro Sánchez Secretario general

    Que a partir del lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo todos los rincones de España y escuchar de nuevo a todos los que no han sido escuchados, que son los votantes de izquierdas de nuestro país

PSOE

Razón tenía Pedro Sánchez cuando declaró históricos los resultados del PSOE en la resaca del 20D. Históricos fueron, pero en la acepción negativa del adjetivo. Nunca había caído tanto el PSOE en su trayectoria contemporánea. Y nunca había resultado tan embarazosa la manera de amañar o disimular el fracaso, aunque los socialistas no tocaron si quiera fondo en aquella coyuntura electoral. Lo hicieron en la reválida del 26J. Que fue celebrada otra vez con desmedida, insospechada euforia porque Sánchez había neutralizado la amenaza del sorpasso de Podemos.

El increíble hombre menguante sobrevivía a su propia impostura y parecía sobrevivir a los conspiradores de su partido. Pocos al principio y muchos cuando la catástrofe de los comicios vascos y gallegos hizo indisimulable la necesidad de derrocar al líder. Lástima que el método consistiera en un desgarrado vodevil a las puertas de Ferraz. La turba acechaba a los autores del complot y Sánchez exponía su cabeza al sufragio de los camaradas instalando el atrezo de urna de cartón detrás de una cortina.

Debían desfilar por ella los miembros del Comité Federal, pero les resultó un procedimiento norcoreano, cuando no la emulación del referéndum amañado de Artur Mas. Y se produjo un guirigay que degeneró en psicosis colectiva. Fue el contexto en que pasaron a la historia y a la histeria los minutos de gloria de Verónica Pérez, proclamando en un enjambre de periodistas que la única autoridad del PSOE era ella. “Ya, pero ¿quién es usted?”, se hizo contingente preguntar a la espontánea, confundiéndose ella misma con una menina de Luis XIV, pues fue el monarca francés el mayor exégeta del absolutismo: “L’État c’est moi”.

Ya se ocuparía Pablo Iglesias de superarlo cuando se atribuyó los poderes institucionales. Sucedió en enero, al abrigo de las consultas que había inaugurado el Rey con la intención de encargar un Gobierno. Y fue entonces cuando Iglesias nombró presidente a Sánchez y se nombró vicepresidente a sí mismo, concentrando en su persona, por añadidura, las atribuciones del CNI y de la Televisión.

El delirio plenipotenciario se malogró en su propia ambición. "Que sea presidente es una sonrisa del destino que me tendrá que agradecer", dijo Pablo Iglesias. Sánchez rechazó el estrafalario ungimiento, pero la idea del líder de Podemos ya había desvirtuado la posible investidura del socialista. Cerca estuvo Sánchez de suceder a Rajoy en la Moncloa. O lejos, muy lejos, pues Iglesias siempre tuvo claro que el rival político no eran los populares, sino el desarraigo de los socialistas en busca de autor. Pedro Sánchez no se ha rendido y aspira a llegar a la orilla de los militantes. Ha fletado su Peugeot para recuperarlos, como si fuera un pastor mormón, un misionero que reniega del complot que le han organizado. Y que se ha organizado el PSOE a sí mismo, cambiando de postura en la investidura de Rajoy y resintiéndose de su propio maximalismo. Que se lo digan a Antonio Hernando, el portavoz contorsionista. Del “no es no” mutó y mudó el PSOE a la postura de la transigencia, dislocando el partido hasta que venga a redimirlo la esperanza de Triana.

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Corrupción en el banquillo

Noos, Gürtel, Tarjetas Black... En 2016 la justicia española por fin se lanzó contra los grandes casos de corrupción destapados en los últimos años. Aunque tarde, se vio desfilar por el juzgado a todo un expresidente de la Generalitat y a toda una infanta de España. También a Bárcenas, Correa y el Bigotes, personajes que como en un dejá vu resucitaron en los telediarios. Estas fueron las mejores declaraciones de los imputados a sus Señorías.

Por Íñigo Domínguez

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Corrupción
La corrupción en el banquillo

Un año en el banquillo

Moldavia, Kosovo y España son los países más preocupados de Eurasia por la corrupción, según el barómetro de 2016 de la ONG Transparencia Internacional. Es decir, los españoles son conscientes de ello, como los moldavos y los kosovares. Y es normal, porque llevamos años buenísimos en ese campo. Es un ciclo casi mejor que el de la selección española de fútbol. Ha pasado de todo, pero la gran paradoja es que apenas ha tenido traducción en las urnas: al PP, al partido más corrupto, el primero en ser procesado como tal en la historia de democracia –este año, en el caso de los dos ordenadores destruidos de Luis Bárcenas–, le ha costado tres millones de votos, pero al final ha repetido en el Gobierno. La imputación del PP, anunciada en enero, fue una de las primeras noticias de corrupción de 2016. Un año en el que, por fin, muchos de los más sonados escándalos han cristalizado en juicios. Un año pasado en el banquillo.

La gran paradoja de la corrupción en España es que apenas ha tenido traducción en las urnas

Ha sido raro porque, por fin, años y casos tremendos llegaban a los tribunales pero, al margen de la foto, de ver a la Infanta Cristina, o a Rodrigo Rato, o a Francisco Correa, o a Luis Bárcenas sentados en el banquillo, había una sensación de que eso ya lo habíamos visto. Básicamente porque para entonces hacía años que la opinión pública había celebrado el juicio, en el momento en que se descubrió cada asunto. Algunos hasta se habrán sorprendido porque pensaban que el juicio ya había sido. De hecho de lo que nos escandalizamos ahora –los últimos casos surgidos este año, como el del ayuntamiento de Valencia, el de Granada, el de Colmenar Viejo…– nos tendremos que volver a escandalizar dentro de cuatro o cinco años cuando lleguen a los tribunales, pero ya nos pillará cansados. Es cabreo atrasado. Además estaremos pendientes de los escándalos en tiempo real de ese momento, que nos indignarán más, porque serán nuevos.

En todo caso este año ha sido la hora de la verdad en tres grandes procesos de corrupción – Nóos, Gürtel y Tarjetas Black– , que han resucitado a la actualidad personajes que saturaron los telediarios y ya parecían acabados. De Iñaki Urdangarin a El Bigotes, de Miguel Blesa a Diego Torres, de Gerardo Díaz Ferrán a Jaume Matas. Salvo Bárcenas, que sigue de actualidad permanente, con todos los demás era como una reunión de viejas glorias. Se veían más delgados o con otro look, envejecidos por la cárcel y los disgustos.

Nos enseñaron a no hablar cosas de dinero (…) Si me pregunta por el blanqueo, no tengo ni torta idea

De esas apariciones del pasado, pocas y de tan lejos como la de Jordi Pujol. Y familia, para ser exactos. El expresidente de la Generalitat catalana supo que iba a estrenar 2016 a lo grande: la víspera de Nochevieja de 2015 le avisaron de que era citado por la Audiencia Nacional para explicar su misteriosa fortuna en Andorra. Lo hizo el 10 de febrero, aunque no se entendió gran cosa. “No encontramos el momento”, admitió, de legalizar ese dinero. Otra formidable despistada fue Inés de Borbón, prima del rey Juan Carlos I, que tenía 5,9 millones en Suiza y declaró en junio como imputada por blanqueo de capitales en el caso Púnica: “Nos enseñaron a no hablar cosas de dinero y de bancos (…) Si me pregunta por el blanqueo, no tengo ni torta idea”.

El fenómeno de deja vu se refleja perfectamente en otro de los primeros asuntos del año: 11 de febrero, la Guardia Civil registra la sede del PP en la calle Génova por posible financiación irregular del PP de Madrid, dentro de las investigaciones del caso Púnica. La pregunta que se podía hacer todo el mundo era: “Ah, ¿otra vez? ¿pero no lo habían registrado ya?”. Sí, efectivamente, pero es que se solapan los expedientes. El caso Púnica suena a viejo. Y sí, llevan con él más de dos años, desde que en octubre de 2014 arrestaron a Francisco Granados y compañía. Al menos esta vez el registro de febrero tuvo un efecto tangible: a los cuatro días dimitió Esperanza Aguirre. Algo que también podía llevar a preguntarse si no había dimitido ya antes y cómo eso era posible.

Es entrañable recordar que aún en ese momento, en pleno limbo tras las elecciones de diciembre, el aviso de Aguirre a Rajoy de que era “tiempo de sacrificios” se interpretó como una poderosa señal de que el presidente quizá debía pensar en retirarse para facilitar un pacto de Gobierno. Qué risa visto ahora. Entonces acababa de estallar la operación Taula en Valencia, con 24 detenidos (entre ellos el expresidente popular de la diputación, Alfonso Rus), también la operación Frontino, del caso Acuamed (fraude en contratos públicos inflados para obras hídricas y medioambientales entre 2007 y 2014) y Rato había sido citado para una nueva causa. Pero Rajoy aguantó y, a la vista de lo que vino luego, hizo muy bien.

Este año se ha llevado por delante a dos paladines de la justicia, el líder de Manos Limpias, Miguel Bernad, y el presidente de la Ausbanc, Luis Pineda

Aguantó también mucho Rita Barberá. Desde enero, cuando emergió el caso Taula, hasta septiembre, cuando se dio de baja del PP. Pero se encasquetó en su escaño del Senado hasta el 23 de noviembre cuando murió de un ataque al corazón en un hotel madrileño. Sola y apartada del partido. El PP se apresuró a culpar a la prensa y los “tuiters ” de su fallecimiento, a la vez que rendían homenajes a quien días antes esquivaban por los pasillos. Mientras tanto, en Valencia habían sido suspendidos 18 de los 19 concejales populares. Como mérito de esta tropa se puede citar el de un nuevo vocablo para el argot del chorizo ibérico: el pitufeo.

La dimisión es un hecho anómalo en temas de corrupción en España. Si sucede es con bastante retraso, salvo en uno fulminante de este año: en abril José Manuel Soria dimitió en cuatro días, tras contradecirse varias veces sobre su empresa familiar en paraísos fiscales. En cambio uno de los momentos estelares del año, en cuanto a maquinaciones obscenas desde los despachos, se ventiló asombrosamente sin dimisiones: aquella escena del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, grabado en su propio despacho, con el jefe de la oficina antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, buscando la manera de empapelar a independentistas catalanes. Frase para el recuerdo: “Esto la fiscalía te lo afina”.

Sobre conspiraciones acusatorias, este ha sido el año que se ha llevado por delante a dos paladines de la justicia, el líder de Manos Limpias, Miguel Bernad, y el presidente de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), Luis Pineda. Encarcelados en abril acusados de manejar una red de extorsión a cambio de la retirada de acciones judiciales. Ellos, por lo visto, afinaban igual de bien que la fiscalía esa de Fernández Díaz. Será uno de los casos que aún seguirán coleando el año que viene, y al otro. Aún queda mucho para completar el rompecabezas de lo que ha pasado en este país. Deben llegar al banquillo el resto de las numerosas piezas de los casos Gurtel, de Palma Arena, y los papeles de Bárcenas, y la Púnica, los ERE de Andalucía y el no menos célebre Pequeño Nicolás. Pasaremos muchos más años como este.

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Yo, refugiado

Ghassan vive en Madrid. Lleva a sus cuatro hijos al colegio. Busca trabajo desesperadamente. Era cocinero en Homs hasta que le obligaron a coger un fusil. Huyó de la guerra con su familia pero los obstáculos no acaban al llegar a Europa. Salir adelante es tan difícil que se plantea hacer de nuevo las maletas. Como un youtuber, Ghassan abre la puerta de su nueva cotidianidad en España. Y pone cara a un problema cercano que no siempre vemos, el de los refugiados que viven entre nosotros.

Por Ana Carbajosa / Luis Almodóvar

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Refugiados
Yo, refugiado

Ghassan Almehbane es un tipo hipermusculado que se ríe todo el rato. Le acaban de llamar del colegio de sus hijos para anunciarle que le falta el enésimo papel del laberinto burocrático en el que, como el resto de refugiados, se pierde a diario. Él se lo toma con humor porque sabe de primera mano que todo podría ser mucho peor. Asegura que van ya 33 de sus familiares muertos en Siria. A las siete de la mañana, el cocinero de Homs corretea y hace flexiones en un parque pegado a su casa y que él ha bautizado parque Ghassan. Está en San Cristóbal, un barrio de realojo de inmigrantes y gitanos del sur de Madrid y donde el sistema de acogida español le financia a Ghassan el alquiler... pero solo hasta fin de año. Allí prepara su cuerpo y su mente para su batalla, la de la cotidianeidad en su nueva vida.

Haya, Nur, Omar y Qamar. Sus cuatro hijos. Los deja en el colegio y se embarca al centro de la ciudad, donde aprende español en una academia. Sabe que sin el idioma será imposible encontrar trabajo. Aun con el idioma, que ya habla bastante bien, sabe que será muy difícil. “Los españoles me dicen: ‘Pero si yo llevo tres años en el paro, es imposible”.

En Siria Ghassan trabajaba de cocinero para el Ejército. Un día le invitaron a cambiar la espumadera por un arma y le ordenaron matar a sus vecinos. Comprendió que había llegado al hora de salir, corriendo. Veinte días tardó en cruzar Siria junto a su mujer embarazada y tres hijos. De allí a Jordania y pasado el tiempo consiguió llegar por fin a Europa. Superada la prueba del viaje, aquí libra otra carrera de obstáculos. España es un país con el que se siente tremendamente agradecido, pero donde se siente incapaz de salir adelante. No lleva ni dos años, pero en su cerebro, hay un pensamiento que rumia a todas horas: emigrar a Alemania. El año pasado 14.780 personas solicitaron asilo en España (de ellos, 5.722 sirios), una cifra mínima comparada con los 476.510 que lo solicitaron en Alemania, donde solo en 2015 llegaron cerca de un millón de refugiados.

Si consigo aguantar en Alemania sin que me echen, igual acaba la guerra en Siria y puedo volver a Homs

Como muchos refugiados, Ghassan cree que Alemania es una tierra de oportunidades. Y puede que lo sea, pero él entró a Europa por España y sus huellas dactilares le atan a este país como marca el Convenio de Dublín. Si viajara al norte, lo más seguro es que le devolvieran a su casilla de salida. Solo el año pasado, otros países de la UE solicitaron la devolución de unos 5.200 refugiados que habían entrado en algún momento por España. “Sí, lo entiendo, pero ¿qué quieres que haga? Aquí no hay trabajo y tengo una familia. Si consigo aguantar en Alemania sin que me echen, igual acaba la guerra en Siria y puedo volver a Homs”. Los cálculos de Ghassan tienen pocos visos de cumplirse, pero en sus circunstancias aferrarse a lo improbable no resulta tan descabellado.

De su nuevo hogar, todo le sorprende. Ahora se mueve por Madrid sin problema, pero la primera vez que vio el metro se quedó bloqueado. “Iba con mi mujer y mis hijos y no sabíamos qué hacer, cómo entrar. No habíamos visto nada parecido nunca”. Dice que aquí todo es muy distinto: “Los edificios, la comida, todo es nuevo y todo es diferente”.

¿No le gusta la comida española? Menea la cabeza de un lado a otro. “Sí, sí, pero la carne, la podrían hacer más a la brasa ¿no?”. Le chifla, dice, la tarta de manzana, uno de los postres que servían en el centro de refugiados de Vallecas, donde estuvo acogido nueve meses con su familia. “La vida allí era complicada. Horas y horas sin nada que hacer. Son meses perdidos”.

Su vida mejoró mucho con el traslado al piso de Villaverde, del que probablemente ahora tengan que emigrar. Normalmente el Estado Español, a través de ongs como ACCEM, ayuda a los refugiados con un subsidio de unos 700 euros mensuales de media (depende del número de hijos) y durante, como máximo, un año. El piso que Ghassan tiene alquilado gracias a esta ayuda está impoluto. Hay que descalzarse para entrar para no manchar el suelo: “Es por los niños, ¿sabes?”. Allí está también la mujer de Ghassan, que prefiere no aparecer en el reportaje y se calza el velo negro cuando llegan a la casa forasteros. Ella apenas habla castellano y su interacción con el mundo exterior es muy reducida. En España ha dado a luz a Qamar, su cuarta hija, “una señorita españolita”, como la llama el orgulloso padre. En su casa despliegan la hospitalidad propia de cualquier hogar sirio. Eso no lo han perdido. Café, té, –quieras o no quieras– y esta mañana, pizza casera que ha preparado el cocinero de la familia.

El resto del día, este hombre de 33 años y varias vidas vividas a sus espaldas lo pasa dando tumbos por Madrid en busca de un empleo. Su currículum dice que es “un trabajador serio y responsable”, que tiene 11 años de experiencia como cocinero y que es “rápido y trabaja bien en equipo”. Su especialidad es la comida “árabe en general y siria en particular”. Pero los restaurantes orientales españoles no dan abasto para emplear a refugiados. Ghassan es consciente de que ha aterrizado en un momento malo, en el que sus habilidades y determinación tal vez no le basten para abrirse camino. Sobre todo, con el escaso margen de tiempo con el que cuenta: en cuestión de días se le acaban las ayudas, y teme volverse a ver con cuatro niños en la calle. Pese a todo, no se permite caer en el victimismo y huye del lamento. “No me gusta vivir de ayudas. Yo quiero trabajar, y, sobre todo volver a una Siria en paz”, zanja con una sonrisa. Quiere convencerse de que la guerra acabará pronto. Los telediarios le quitan a diario la razón.

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Los héroes de los Juegos de Río2016

Piernas hipermusculadas. Brazos como remos. Un cerebro que se crece ante el rival. ¿Cómo se construye un héroe olímpico? Desmontamos a los cuatro protagonistas de Río 2016. De la capacidad de superación contenida en el diminuto cuerpo de Simone Biles a las desmesuradas extremidades de Michael Phelps. De la fuerza mental de Mireia Belmonte a la ambición que impulsó a Usain Bolt para conseguir ser el hombre más rápido del mundo.

Por Amaya Iribar / Carlos Arribas / Diego Torres

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RÍO

SIMONE Biles

19 años. Con una madre adicta a las drogas y un padre ausente, su abuelo paterno y su segunda mujer se hicieron cargo de Simone cuando esta tenía tres años. La responsable de su desarrollo como gimnasta es Aimee Boorman, su entrenadora desde que la vio aparecer con seis años en la puerta del gimnasio y que vio en esa niña la campeona que sería. Desde entonces no se han separado. Tras los Juegos, reconoció que padecía déficit de atención y que era medicada por ello desde que era una niña.

Biles tiene un cuerpo imponente y diminuto: mide 1,42 metros y pesa 47 kilos, según su ficha oficial.

Michael Phelps

MICHAEL Phelps

De niño fue diagnosticado con un déficit de atención por desorden de hiperactividad. La piscina le tranquilizaba. “Era como un paraíso de seguridad”, recordó en No limits, su autobiografía. “Dos muros en cada extremo, líneas demarcando calles a ambos lados y una raya negra en el fondo para señalar la dirección. En la piscina podía ir rápido porque estar en la piscina ralentizaba mi mente”.

Phelps tiene el cuerpo fino y largo (193 centímetros). Sus brazos tienen una envergadura desproporcionada (203 centímetros). Esto le permite cubrir los 50 metros de piscina con menos brazadas.

Pies de gigante: calza un 46. Pero la gran anomalía de Phelps son sus 31 años. Una edad con la que ningún nadador ha sido capaz de ganar un oro individual. Hasta Río.

Simone Billes Usain Bolt

USAIN Bolt

Mide 1,96m y pesa 95 kilos. Es el recordman del mundo de los 100 metros más alto de la historia.

La parte inferior de las piernas es corta en relación con la longitud total. Las fascias musculares de los isquiotibiales (parte trasera del muslo) son extremadamente largas. Tocado por el gen ACTN3, el llamado ‘gen de los sprinters’, sus fibras musculares se contraen a una velocidad extraordinaria.

Su talón de Aquiles está más cerca de lo normal del centro del tobillo. Los dedos de los pies son larguísimos, con los que logra aplicar sobre el suelo una mayor fuerza en sus apoyos. En cada pisada ejerce 3,6 kN de fuerza (masa por aceleración), equivalentes a 367 kilos.

El suelo rico en aluminio de Jamaica favorece la contractilidad muscular.

Michael Phelps Mireia Belmonte

MIREIA Belmonte

“Ella era una niña normal”, dice su padre José. No estamos ante un fenómeno biológico. Nunca se distinguió por flotar más ni por ser más fuerte que otros niños. “La fuerza de Mireia es mental”, dice su entrenador, Fred Vergnoux.

Mireia fortalece la cintura corriendo, saltando en circuitos, arrastrándose cuerpo a tierra y cargando peso. Vergnoux sostiene que la verdadera condición atlética nunca la proporciona la natación sino “el atletismo”.

Mireia corriendo

“Ya quisiera yo medir más”, dice Mireia, resignada a maximizar los recursos limitados. En un deporte en el que suelen imponerse los más altos, la española es una excepción. En la final de 200 mariposa de Rio, la que le proporcionó el oro, era la participante de menor estatura: 1,70.

Los pies de los nadadores son sus hélices. Pero los pies Mireia son de bailarina, más que de nadadora. Calza un 37. Casi un hándicap en el concierto de patagonas de la natación mundial.

Usain Bolt

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Un sueño llamado conciliación

El español medio ha pasado un tercio del año durmiendo. Lo que más hizo después de dormir fue trabajar: casi tres meses seguidos, las 24 horas. Este año se habló mucho de conciliar, pero así, ¿quién tiene tiempo para los suyos, o lo suyo? Pasamos cinco veces más tiempo limpiando la casa que leyendo. ¿Haciendo el amor? De media, le dedicamos un solo día al año. Este gráfico permite comprobar de un vistazo en qué se nos ha ido, hora a hora, el año. Spoiler: deprime.

Por Gloria Rodríguez-Pina (VERNE)

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sueño

El año tiene 8.760 horas. 2.950 de ellas las hemos pasado durmiendo, 1.968 trabajando. Un gráfico para comprender, hora a hora, cómo se nos ha pasado volando 2016.

Cada cuadro representa una hora.

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Un sueño llamado conciliación

Así hemos pasado el año, hora a hora

A Alex el año se le ha pasado volando. Tiene casi 43 años y ya hace un tiempo que la vida puso el acelerador, sobre todo desde que tuvo a su hija. Pero, ¿cómo es posible que hayan pasado 12 meses desde la cena con sus colegas de clase en la que propusieron verse al menos una vez al mes? ¿A dónde se ha ido el tiempo? Si dividimos su año en horas, como en el gráfico de más arriba, vemos que ha pasado un tercio del año durmiendo. Dicen los expertos que hay dormir entre 7 y 9 horas al día, así que bueno, vale, es un por un buen fin. Peor es darse cuenta de que 82 días, 1.971 horas al año, las ha pasado en el trabajo. Si además suma el tiempo que tarda en ir y volver, son más de tres meses sin parar, día y noche. Añade cosas inevitables como comer y ducharse y ya se la han ido tres cuartas partes del año.

Con los horarios que tiene, Alex se pasa el día haciendo malabares. Este año, cuando Carolina Bescansa se llevó a su bebé al Congreso, se habló mucho sobre cómo millones de españoles -sobre todo españolas- se pasan el día corriendo también. Algunos programas electorales plantearon medidas para mejorar la conciliación entre la vida laboral y personal. Pero mientras se cumplen o no las promesas, la rueda sigue girando: hay que llevar a la niña al cole, hacer la compra, preparar la cena y los ‘tuppers’ para el día siguiente, recoger la casa, pasar por la tintorería, ir al banco, el baño de la niña, las clases de música, llamar al fontanero, acompañar a su madre al médico. A un hombre se le irá en esto una hora y cincuenta minutos al día. A una mujer más de cuatro.

Alex es un personaje de ficción cosido con el perfil de un español medio con trabajo a jornada completa y casa propia, al que según las estadísticas se le van más de dos horas y media al día en las tareas del hogar, o 39 días al año pasando la aspiradora y haciendo recados.

Cuando todo lo ineludible ya está hecho le queda poca energía. Normal que al final esas cenas mensuales con sus colegas se quedasen en apenas tres quedadas. Le gustaría leer más, hacer más deporte, pero al final enchufa la tele o el ordenador. Así se le va un mes al año, mirando a las pantallas, sin hacer nada más. Si suma las horas de ordenador en el trabajo, la tele de fondo mientras cenan y el tiempo que pasa con el móvil y la ‘tablet’ son casi cuatro meses más. Para todo lo demás (ir al cine, jugar con la niña, salir de cañas, ayudar a una ONG, estudiar chino, pasear…) le quedan solo 29 días a repartir. Al sexo le dedica 24 horas de las 8.760 que tiene el año. Un solo día de 365, pero ¡qué día!

¿CÓMO HEMOS HECHO ESTE GRÁFICO?

La encuesta de Empleo del Tiempo del INE agrupa las horas y minutos dedicados al día a nueve grupos de actividades, y ofrece resultados según distintos perfiles (sexo, ocupación, edad, etc). Este gráfico muestra 14 actividades cotidianas que provienen de esas categorías para personas ocupadas, después de aplicar cálculos para agruparlas o desglosarlas según criterios editoriales de EL PAÍS. El tiempo dedicado al sexo -que procede de otra fuente- se ha restado al de tiempo libre, un epígrafe que recoge también otros usos del tiempo no especificados. En los casos en los que una o varias actividades se realizan a la vez, el tiempo se asigna a la actividad principal según las respuestas del encuestado. Hemos decidido destacar, sin embargo, el uso de televisión e internet cuando se consume a la vez que se hacen otras cosas (por ejemplo, comer y ver la televisión, ir en transporte público y consultar internet en el móvil, etc), completando los datos del INE con otras fuentes.

FUENTES

Encuesta de Empleo del Tiempo (2009-2010) del INE

Estudio sobre satisfacción sexual Pfizer (2012)

'Connected Life', 2016. TNS

Análisis televisivo, 2015. Barlovento

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El año que perdimos a Bowie, Prince y Cohen

“¿A qué funeral te habría gustado ir este año?”. Así arranca la conversación entre Manuel Jabois y Diego Manrique. Una charla en la que el periodista y el crítico musical reflexionan sobre la desaparición de los tres iconos de la cultura popular fallecidos en 2016: David Bowie, Prince, Leonard Cohen… Un vídeo y un audio descargable en el que también hubo tiempo para discutir si Dylan merecía o no el Nobel que no fue a recoger

Por Patricia Gosálvez / Paula Casado / Carlos Martínez

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Nobel

Pulsa para escuchar el podcast con la conversación íntegra de Diego Manrique y Manuel Jabois sobre el año que nos quedamos musicalmente huérfanos. Play / Pause escuchar audiopausar audio

El año del Nobel se apagó la música

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Resumiendo

Las encuestas y expectativas chocaron con la realidad. Este año creímos saber quiénes eran ‘todos’. ‘Todos’ los que impedirían que Trump gobernase, ‘todos’ los que votarían que no al ‘Brexit’ y que sí a la paz en Colombia. Pero 2016 se empeñó en llevarnos la contraria. Y dejó una pregunta en el viento.

Por Manuel Jabois

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todos

2016, el año que no supimos quiénes eran 'todos'

A finales de 2016 acabó el siglo XX, o algo muy parecido: lo hizo con la muerte de Fidel Castro, el hombre que reunió en sí mismo la esperanza y el fracaso de varias generaciones.

A finales de 2016 se demostró que el siglo XX estaba más vivo que nunca, o eso pareció: el Nobel Bob Dylan, aún en buena forma, hizo lo mismo que en los 60, dar plantón al mundo.

Fue el año que votamos contra nosotros mismos, o al menos contra lo que dijimos que íbamos a votar. Estados Unidos lo va gobernar un showman multimillonario huido de un cómic abominado por todos. Gran Bretaña anunció que se marchaba de la Unión Europea en contra de lo deseado por todos. La paz se aplazó en Colombia en contra de la opinión de todo el mundo. Esos procesos se votaron democráticamente, lo cual deja una pregunta en el viento: ¿quiénes son todos?

Fue el año de los invisibles. Los que votaron, que no encontró nadie. Los que huyeron del terror del ISIS y encontraron una Europa hostil, ensimismada e indiferente. Una acción política despersonalizada y burocrática para dar respuesta al drama de la huida de una casa propia. Con el agravante de sospechar en qué consiste ese terror al sufrirlo en las calles europeas.

El año transcurrió con Brasil dividido por un impeachment; fueron protagonistas de Dilma Rousseff, una presidenta contra las cuerdas que terminó cayendo, y una reputación dañada, la de Lula da Silva, el héroe sindicalista que levantó el PT hasta ponerlo a gobernar Brasil, hoy acusado de delitos de corrupción. Ahí, en ese escenario, se retiraron de la gloria Usain Bolt y Michael Phelps. Lo hicieron en las alturas, a donde llegaron dos estrellas nuevas, Simone Biles y Katie Ledecky. Para recordar en España, la remontada del oro de Mireia Belmonte.

La España sin Gobierno, por cierto: una etapa insólita en la que se repitieron elecciones y emergieron en el Parlamento dos fuerzas jóvenes, Podemos y Ciudadanos que se aprovecharon de la inercia de un capítulo viejo, la corrupción española de las élites. Gobernantes que pelean todavía a estas alturas por la conciliación, esa palabra tan gastada que a la hora de legislarla no se sabe qué hacer con ella. Un país, España, que asiste a la catarsis de uno de dos grandes partidos, el PSOE, agujereado por dentro y en el centro de la discusión nacional por facilitar por primera vez –los tiempos están cambiando– el poder a la derecha del PP.

Feliz 2017

Brexit Trump
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Brasil Colombia