“Las reinas madres se han unido y se han movilizado para apoyar el desarrollo del país. Esto es algo en lo que se pueden fijar otros países africanos. Se han convertido en un modelo de asociación de mujeres líderes tradicionales, en una fuerza para el cambio cultural, económico y político”, destaca George Hagan, exdirector del Instituto de Investigación, Defensa y Formación (INSRAT, por sus siglas en inglés) de Accra.
Hace dos años, estas mujeres se pusieron en contacto con otros países de África y establecieron una red panafricana de lideresas tradicionales capaz de manifestarse con un mismo criterio sobre temas que afectan a todo el continente y que tienen un impacto real. En la actualidad, la red suma 20 países y espera que pronto se les una el resto de Estados africanos. En 2016 proyectan celebrar un foro sobre la protección a la infancia y están trabajando para erradicar la mutilación genital femenina en los próximos cinco años.
A pesar de todos sus logros, las reinas madres siguen luchando por conseguir la representación plena en las cámaras de los jefes nacionales y regionales, donde se toman las decisiones de mayor trascendencia. Por ahora, pueden asistir a las reuniones de los jefes, pero todavía no tienen derecho a voto, ni siquiera en las decisiones que afectan a las mujeres y a las niñas
Irene Odotei, directora del INSRAT, afirma: “Cuando las reinas madres puedan votar en las Cámaras de los Jefes sobre temas como la propiedad de la tierra y los derechos de las mujeres, van a ser imparables. Serán formidables”.