_
_
_
_
_

Comer en Londres por 10 libras

Seis propuestas ricas y baratas para sentarse a la mesa en la capital británica

Pub The Golden Hind, en Marylebone, Londres.
Pub The Golden Hind, en Marylebone, Londres.Neil A. White

En Londres 10 libras no dan para mucho, pero todavía quedan lugares donde se puede comer por a tenner (un billete de diez libras) como manda los cánones: sentado, con mantel y cubiertos. Comer, en este caso, no incluye primero, segundo, postre, pan y vino –maravillosa tradición que solo se da en España–, ni delicias como boquerones, arroz caldoso, pan gratis, ni raciones abundantes, pero el comensal sí recibirá otras cosas. En la capital británica todavía se puede almorzar requetebién (sin atracones, pero sin arruinarse) cuando sabes adónde dirigirte. Seis lugares donde comer decentemente por unas diez libras, penique arriba penique abajo.

Cócteles en la barra de la Brasserie Zedel, en Londres.
Cócteles en la barra de la Brasserie Zedel, en Londres.Neil A. White

Brasserie Zedel

Este bistro francés es sencillamente magnífico en el amplio sentido del adjetivo: amplísimo, con decoración art déco, servicio exquisito con camareros a la antigua usanza y un menú básico por 9,75 libras a la hora del almuerzo. Hay más combinaciones –a diferentes precios– perfectamente explicadas en la carta, todo ello en pleno Picadilly. El menú, genuinamente francés, incluye dos platos: uno principal (como un filete ruso con patatas fritas) y otro a elegir, que puede ser un entrante o un postre. No incluye nada más pero es insuperable, sobre todo cuando (casi siempre) hay un pianista amenizando la comida. Para acceder al inmenso comedor hay que entrar por el café, a pie de calle. Las escaleras están llenas de fotos de artistas de jazz, y la ornamentación es muy cinematográfica, ya que Zedel (20 Sherwood Street) también tiene, frente al comedor, un teatro y un cabaré, además de la espectacular barra del salón, que funciona como una coctelería. Visita imprescindible.

Fish & chips en The Golden Hin, abierto en 1914, en Londres.
Fish & chips en The Golden Hin, abierto en 1914, en Londres.Neil A. White

The Golden Hind

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

No hay lista de restaurantes londinenses a precio razonable que no incluya uno fish&chips, que básicamente consiste en un filete de pescado (bacalao, generamente) con patatas fritas. La lista es infinita, los hay mejores y peores como en todos lados, pero es difícil encontrar uno con más de 100 años de historia. The Golden Hind (73 Marylebone Ln) se abrió en 1914 y cuenta con una fiel clientela que adora la calidad del pescado y el rebozo. Está en el corazón de Marylebone y tiene un comedor con las típicas mesas y sillas de café. La carta, escueta y sin florituras, ofrece una ración de pescado pequeña (pero suficiente, si no eres Carpanta) por 6,10 libras, más dos libras más por las patatas fritas. A cambio, una fritura nada pesada y producto de muy buena calidad. The Golden Hind ha aguantado estoicamente los vaivenes de las modas culinarias en la zona de Marylebone y, hoy por hoy, es un modesto superviviente que pasa con nota. Cierra los domingos.

Joseph Cooke en su restaurante de comida casera en Hoxton (Londres).
Joseph Cooke en su restaurante de comida casera en Hoxton (Londres).Neil A. White

F Cooke

El pie&mash (pastel de carne y puré de patata) ha sido, desde el siglo XIX, la comida rápida de la clase trabajadora en Londres, sobre todo en el este de la ciudad. Un plato tradicional (casi una institución) que ha ido perdiendo terreno hasta prácticamente desparecer a medida que la working class londinense fue cambiando con los tiempos. La capital británica decidió hace décadas ir por otros derroteros culinarios y el este de Londres es ahora zona hípster, aunque quedan locales supervivientes de comida casera tradicional. Como F Cooke, una de las cantinas pie&mash más conocidas, que cuenta con dos locales, uno en Broadway Market y otra en Hoxton, donde Joseph Cooke lleva trabajando toda la vida. “Soy la cuarta generación de este negocio; yo he nacido en el este de Londres y aquí me quedaré. Tenemos una clientela fija y, cada vez viene más gente joven. Incluso ahora tenemos pie&mash vegano”, asegura orgulloso Cooke.

El restaurante responde al arquetipo de pie&mash: azulejos, grandes ventanales a la calle, mesas sencillas con sal, pimienta y vinagre de malta, y una clientela compuesta por trabajadores, gente mayor del barrio, turistas y algún moderno. El pastel de carne se sirve con salsa verde de perejil llamada liquor (aunque no lleva alcohol), cuya apariencia no resulta apetecible a simple vista. Sin embargo, es comida casera londinense de toda la vida, y todo por unas siete libras. Para quienes se sientan inspirados, el otro plato típico del local son las anguilas picantes en su propia gelatina.

Comida callejera en los puestos de Golborne Road (Londres).
Comida callejera en los puestos de Golborne Road (Londres).Neil A. White

Pescado a la plancha en Portobello

¿Quién no ha ido alguna vez al mercado de Portobello? Para redondear la visita a este clásico londinense hay que dirigirse a Golborne Road, al final de Portobello road, para comer pescado a la plancha con arroz y ensalada por el módico precio de unas ocho libras. Esta vez, el mantel es de papel y el cuchillo y tenedor, como las mesas y sillas, son de plástico. Todo al aire libre, pero merece la pena. La calle y aledaños están llenos de parrillas de pescado y marisco regentadas por la comunidad marroquí, así que hay donde elegir. El pescado es fresco (lubina, besuguitos, caballa, gambas o gambones (un poco más caros) y se acompaña siempre de arroz con verduras (y otros aderezos) y ensalada. Hay siempre muy buen ambiente y es un almuerzo ideal para los días de verano: se evita el mogollón de Portobello, donde todo es más caro y está siempre repleto cuando quieres sentarse a comer. Además, cerca encontrarás un par de cafés portugueses, donde también dan comidas, aunque lo que más apetece, tras el suculento plato marinero, es un café y un pastelito de nata portugués para seguir callejeando.

Interior de un restaurante Dishoom, en Londres.
Interior de un restaurante Dishoom, en Londres.

Dishoom

Hace pocos años se abrió el primer Dishoom, a imagen y semejanza de los cafés iraníes en Bombay. Hoy ya tienen cuatro locales en Londres –King’s Cross, Shoreditch, Covent Garden y Carnaby– e incluso acaban de dar el salto a Edimburgo. Han creado una fórmula exitosa, y no solo por su deliciosa comida a precio razonable, también por la decoración y puesta en escena, que evoca a esos cafés de antaño. Para disfrutar de un almuerzo completo lo más probable es que se superen las diez libras de presupuesto, aunque los platos principales rondan esa cifra. Abren a las 8 de la mañana para desayunos y cierra muy tarde, aunque la hora más recomendable para visitar Dishoom es la del almuerzo londinense (desayuno tardío en España): Bombay omelette (una consistente tortilla francesa) con cebollita, chile verde y cilantro, tomate a la plancha, salsa y tostada. Todo por 6.90 libras. Si lo acompañas de un expreso (dos libras más) y buena lectura, no querrás salir en unas horas.

Una alternativa más modesta para disfrutar de auténtica cocina india es el restaurante del Indian YMCA, en Fitrovia. Se trata de una residencia para estudiantes indios pero su comedor está abierto a todo el mundo. Es uno de los sitios más baratos en Londres donde disfrutar de rica comida india. Un plato combinado, abundante y delicioso, no pasa de las seis libras. Sirven desayunos, comidas y cenas, pero conviene consultar previamente su página web porque los horarios son muy restringidos.

{ "active": true, "code": "186338", "elementType": "offerExtension", "id": 21, "name": "LONDRES", "service": "tripadvisor" }

{ "active": true, "code": "186338", "elementType": "offerExtension", "id": 22, "name": "LONDRES", "service": "tripadvisor" }

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_