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Los vergeles de Rabat

Visita a dos fincas ecológicas en las afueras de la ciudad marroquí que buscan mejorar la relación con la naturaleza

La ecóloga Zineb Benrahmoune Idrissi en su finca biológica, cerca de Rabat.
La ecóloga Zineb Benrahmoune Idrissi en su finca biológica, cerca de Rabat.I. Eléxpuru

Zineb Benrahmoune Idrissi y Catherine Filippone son dos de las mujeres que trabajan para lograr un entorno natural más sostenible en Marruecos desde sus fincas ecológicas, en las cercanías de Rabat. Comprometidas con la permacultura y la agricultura ecológica, respectivamente, ambas son afines a la asociación francesa Terre et Humanisme, conducida por el agricultor y filósofo de origen argelino Pierre Rabhi. Presente en Marruecos, la asociación trabaja por la defensa de la seguridad y la soberanía alimentarias del planeta, al tiempo que, en palabras de Rabhi, apela a la “insurrección de las conciencias” para dejar de convertir la tierra en vertedero.

El vergel de Zineb

En la finca de Zineb Benrahmoune Idrissi, cerca de Rabat, se pueden comprar fruta y hortalizas, siempre de forma contributiva.
En la finca de Zineb Benrahmoune Idrissi, cerca de Rabat, se pueden comprar fruta y hortalizas, siempre de forma contributiva.I. Eléxpuru

Desde esta perspectiva, y con una mentalidad visionaria, la ecóloga Zineb Benrahmoune Idrissi creó hace alrededor de 15 años algo más que un suculento vergel en las afueras de Rabat: una estación biológica para la investigación en permacultura. Su pequeña propiedad de apenas tres hectáreas es un auténtico horror vacui vegetal en el que crecen en perfecto estado de salud coles junto con rosas, tomates, alcachofas, zanahorias, hierbas aromáticas y un sinfín de árboles vencidos por el peso de sus frutos. Zineb, de personalidad desbordante, recibe a toda clase de visitantes. También hace conservación ex situ, cultivando no pocas especies endémicas de Marruecos, entre ellas el Thymus broussonetii.

La permacultura, que significa en su origen “agricultura permanente”, es algo así como devolver a la tierra tanto como ella da. Implica un laboreo mínimo, la creación constante de suelo con materia orgánica local, una gestión impecable del agua y la plantación en asociación de especies animales y vegetales. También, una visión holística y hasta espiritual de la naturaleza. O esa “sobriedad feliz” preconizada por Rabhi.

Pero la sostenibilidad del vergel de Zineb no consiste solamente en el ingenioso tratamiento de la tierra y sus recursos, sino también en el desarrollo local, puesto que con su finca alimenta a las siete familias que trabajan con ella, a las que ha hecho suyas. Su tarea consiste en enseñar –es profesora en la Escuela Nacional de ingeniería forestal de Salé– a los agricultores locales y a los estudiantes, y también formar en nociones básicas como la higiene, la cocina, el procesamiento de los alimentos y hasta la construcción bioclimática.

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De hecho, la finca tiene varios pequeños pabellones destinados a acoger a los visitantes que desean pernoctar, levantados con paredes y cubiertas de adobe, sencillos pero sumamente acogedores. Aquí se puede encargar un almuerzo en grupo, organizar un taller temático o simplemente venir a disfrutar del vergel y comprar aceite, miel, conservas o fruta y hortalizas, siempre de forma contributiva.

Un edén de frutales

Catherine Filippone en su vergel ecológico, ubicado en las afueras de Rabat.
Catherine Filippone en su vergel ecológico, ubicado en las afueras de Rabat.I. Eléxpuru

Catherine Filippone, italiana afincada en Marruecos desde hace tiempo, tiene menos años de experiencia pero no menos empeño e ilusión. Posee desde el 2013 más de dos hectáreas no lejos del vergel de Zineb en las que cultiva árboles frutales de toda clase y en abundancia, así como un huerto. En los elevados y esponjosos caballones dispuestos en semicírculo crecen hortalizas y aromáticas: rábanos, fresas, cebollas, pimientos, ruda, hierbabuena... También un viñedo y un gran emparrado que pronto ofrecerá sombra. El riego por goteo se distribuye por gravitación desde una alberca que también hace las veces de piscina, rodeada de una rocalla de hermosas flores ornamentales.

En construcción: un invernadero y varios pabellones de piedra y barro, amplios y muy agradables, concebidos por su marido Nabil, arquitecto. En ellos, Catherine acoge a visitantes ávidos de tranquilidad y grupos que organizan talleres relacionados con el naturismo. Junto con su pequeño equipo local, experimenta día a día con la apicultura, el compostaje, la lucha biológica contra los insectos, el incremento armonioso de la producción y una mejor calidad de vida para ella, su familia y los campesinos que trabajan en el vergel.

Los vergeles de Zineb Benrahmoune Idrissi (+212 661402345) y Catherine Filippone (+212 661400007) se encuentran en Arbaa Shoul, en la carretera de Meknés. Se puede contactar con ellas llamando o mediante sms.

Más pistas interesantes para una escapada a Rabat y Salé pinchando aquí

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