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Acoso escolar
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Así es el acoso escolar que sufren los niños superdotados

El 55% de los alumnos con altas capacidades sufre 'bullying' y el 25% cree que el profesor ha influido

getty

Por si no fuera bastante con sobrevivir al día a día en escuelas que no destacan por su atención a la diversidad en general y a las altas capacidades en particular. Por si no fuera suficiente con intentar adaptarse cada minuto de las infinitas jornadas escolares a metodologías decimonónicas, a estructuras rígidas, a conocimientos estandarizados y triturados cual puré para todos, a deberes redundantes y obsoletos, a largas horas y días de repeticiones de lo mismo una y otra vez, a escuelas que castigan la creatividad y la iniciativa, que no toleran que se pinte fuera de la línea, que les recuerdan una y otra vez “cómo deben comportarse, a qué deben jugar, de qué deben hablar”, en definitiva, a encajarlos sí o sí en un molde estándar. Que a muchos les queda pequeño y les duele, además de todo eso, muchos de los niños y niñas con alta capacidad deben enfrentar el horror y la lacra del acoso escolar.

En un estudio realizado por la UNIR que denominaron Acoso y ciberacoso en estudiantes de altas capacidades: prevalencia y afectación psicológica, en el que participaron 285 alumnos con altas capacidades y edades comprendidas entre los nueve y dieciocho años, los resultados fueron alarmantes: El 55,1% de los alumnos con altas capacidades encuestados sufre acoso escolar y el 25% cree que el profesor ha influido.

Por otra parte, la asociación No al Acoso Escolar (NACE) pasó una encuesta a 400 padres catalanes con hijos con altas capacidades agrupados en la asociación Fanjac. Respondieron 242 familias de las que la mitad admitieron que sus hijos habían sufrido bullying y el 20% lo había padecido durante el curso que acaba de finalizar. Un tercio de las familias informó de que el maltrato había causado síntomas de depresión y estrés a sus hijos. Y en el 9% se identificaron pensamientos suicidas.

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Estas son solo un par de muestras suficientemente significativas de la intolerancia hacia lo diferente, así como de la tóxica permisividad de una sociedad que desprecia aquello que desconoce o intuye superior.

“Vivimos un orden en el que la media ha dejado de ser una síntesis abstracta que nos permite entender el estado de las cosas y ha pasado a ser el estándar impuesto que estamos obligados a acatar", denuncia Alain Deneault, filósofo y profesor de Sociología en la Universidad de Quebec y autor de Mediocracia, cuando los mediocres llegan al poder. "La mediocracia nos anima de todas las maneras posibles a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante». El sistema no quiere a un maestro que no sepa ni usar la fotocopiadora, pero, menos aún, aceptará a un maestro que cuestione el programa educativo tratando de mejorar la media”. Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social en la Universidad del País Vasco: "Nuestros sistemas masivos de calificación, de evaluación y de indicadores están pensados para gestionar la media. Y la verdad es que lo hacen bastante bien. La parte mala es que también castigan la disonancia, lo disruptivo".

No, no son cosas de niños. Y no, el más capaz no debe pagar una factura extra por ello. Es cierto que siempre ha habido acoso y violencia en las aulas, como también en los hogares. Formaba parte de lo “normal”, entiendo el término como habitual: “Cosas de parejas” en las que no había que inmiscuirse y “cosas de niños”, sin “ninguna importancia”.

Algunas de esas “cosas de niños” terminan en tragedia irreversible con resultados de muerte por suicidio y el resto con secuelas menos visibles, pero igualmente lesivas para el desarrollo, personalidad, salud mental y calidad de vida de las víctimas.

No son casos aislados, es una verdadera pandemia donde los superdotados lideran el ranking de los más afectados. Según datos recogidos por el Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y cuerpos de Policía Local el pasado mes de abril, España superó por primera vez el millar de víctimas de acoso escolar. En concreto, la cifra alcanzó los 1.054 casos, 110 más que el año previo y 164 más que un lustro antes.

Pero hay más. El niño o niña superdotada es, en general, más vulnerable psicológica y emocionalmente porque su intensidad emocional, sus sobreexcitabilidades, su sentido de la justicia, su empatía para con los que sufren, su enorme sensibilidad a la crítica, harán que el daño aumente exponencialmente. Y esto deriva en fracaso escolar, trastorno por estrés postraumático (TEP), depresión, ansiedad, enfermedades de origen psicosomático y, en el peor de los casos, intento de suicidio.

Dice El principio de Hanlon, también conocido como la navaja de Hanlon: “Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”. Lo cual es una muy mala noticia, porque lo segundo abunda mucho más en esta sociedad de la tiranía de la mediocridad.

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