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El ‘e-learning’, el nuevo negocio de la industria de la moda

Las revistas fueron las primeras en ver un filón de la formación, que ahora recogen plataformas digitales con el diseñador Marc Jacobs y la exdirectora de moda Lucinda Chambers como profesores

La diseñadora  Diane Von Fürstenberg, en unas conferencias en Nueva York el pasado septiembre.
La diseñadora Diane Von Fürstenberg, en unas conferencias en Nueva York el pasado septiembre.Getty Images
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Hace un par de semanas, Marc Jacobs se presentaba como el nuevo profesor de Diseño de Moda en la academia online Masterclass. El diseñador estadounidense, que hizo historia en el año 1992 con una colección grunge para Perry Ellis y llevó Louis Vuitton a la popularidad, se estrenará como profesor a principios de 2018. Con este curso, que consta de 15 clases y tiene un coste de 90 dólares (unos 75 euros) por lección, Jacobs quiere compartir su metodología de trabajo: “Estaré explicando cosas que hubiera deseado saber cuando empecé”, comenta en el vídeo de presentación. Desde la búsqueda de inspiración, la selección de tejidos o la concepción del desfile, se propone que sus futuros alumnos encuentren “su propia voz, su propia visión, su propio estilo”.

No es el primer profesor de moda de Masterclass, una start up fundada hace dos años por David Rogier que cuenta en su plantilla de profesores con nombres tan ilustres como la actriz Helen Mirren, el cocinero Gordon Ramsay o el cineasta Martin Scorsese. La diseñadora Diane Von Fürstenberg fue la primera de la industria de la moda que se animó a participar en esta experiencia pionera con un curso sobre emprendimiento el pasado otoño. Ella jugaba con ventaja con lo de tener que hablar frente a una cámara, ya que en 2014 y 2015 protagonizó durante dos temporadas su propio reality show House of DVF.

Con este proyecto, Rogier busca dignificar la industria de la formación online con calidad, el tirón de personajes reputados al mismo tiempo que populares y un precio asequible muy competitivo. Aunque no se conoce lo que han cobrado diseñadores de la talla Jacobs y Von Fürstenberg, Hollywood Reporter apuntaba a una cifra de 100.000 dólares (algo más de 84.000 euros) como punto de partida más un 30% de los ingresos generados con cada curso.

Otra publicación que hace tiempo que tiene la formación como una de sus líneas de negocio importante es The Business of Fashion. Cuando lanzaron su plataforma para el aprendizaje online hace dos años, la revista especializada en moda empezó tanteando el terreno con una oferta de cursos gratuitos que posteriormente amplió con nuevos programas de pago. Si bien hasta la fecha los perfiles han sido más académicos que mediáticos, la incorporación de Lucinda Chambers al claustro parece prometer fichajes de relumbrón similar. Chambers, directora de moda durante más de 30 años de la Vogue Británica y consultora para firmas como Marni y Jil Sander, saltaba a la palestra este verano tras su fulminante despido con motivo de la llegada de Edward Enninful como nuevo director. Si bien la exdirectora de la revista, Alexandra Schulman decidió irse con discreción, Chambers se sintió tan vilipendiada que se explayó a gusto en una entrevista sobre la falta de libertad y creatividad en la industria editorial actual. Ahora, tras la pantalla, Chambers sonríe de nuevo mientras explica en qué consiste su curso de Estilismo de moda e imagen personal, que con una duración de 10 horas, tiene un coste de 195 dólares (unos 165 euros).

De hecho, las publicaciones tradicionales hace tiempo que han encontrado en la educación un filón y una fuente de ingresos importante debido al creciente interés por la moda. Vogue, que lanzó su primer máster oficial en 2005 con el apoyo de la Universidad Carlos III, nombraba en enero de este año a la escritora y presentadora Ana García-Siñeriz como directora del Condé Nast College, reforzando así el proyecto docente del grupo. Por su parte, las revistas Telva y Yo Dona crearon su propio máster en 2009 junto a la Universidad CEU-San Pablo y Elle y Marie Claire hicieron lo propio más tarde, entrando todas ellas a competir con universidades especializadas en Diseño y Comunicación. No sería de extrañar que próximamente Condé Nast, en pleno proceso de transformación, pudiera sorprender con algún proyecto online dedicado a la formación. Llegaron tarde y mal al comercio online, resultaría extraño que de nuevo no captaran la oportunidad de negocio.

Más, si tenemos en cuenta que un gigante como Google lo vio claro cuando detectó el gran número de búsquedas relacionadas con la industria de la moda que acumulaba el buscador. Ese fue el punto de partida del fascinante proyecto We Wear Culture, que con una vocación didáctica digitaliza las colecciones más importantes para ponerlas al alcance de todos, al mismo tiempo que colabora con Escuelas de Moda de todo el mundo.

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