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Mar Vaquero, la mujer que va a estrellar una sonda de la NASA contra Saturno

La ingeniera de vuelo de la sonda 'Cassini', canaria de 32 años, explica cómo será el suicidio controlado de la nave que mejor ha retratado el sexto planeta del Sistema Solar

Nuño Domínguez
Mar Vaquero, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Mar Vaquero, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.EL PAÍS

Mar Vaquero se gana la vida pilotando naves espaciales en los confines del Sistema Solar. Nacida en Maspalomas (Gran Canaria) hace 32 años, es ingeniera de control de trayectoria de la sonda Cassini de la NASA. “Mi trabajo es volar la nave, hacer las maniobras necesarias para devolverla a su trayectoria de referencia, que es la que necesitan los científicos para estudiar el planeta y asegurarme de que está siempre en el sitio adecuado en el momento adecuado”, explica al teléfono desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro, en Pasadena, donde está el centro de control de la misión.

El miércoles Cassini se convirtió en la nave que más cerca ha volado de Saturno. Pasó entre el anillo interno y las nubes en las capas externas de la atmósfera, una región de unos 3.000 kilómetros de ancho totalmente inexplorada hasta ahora. La nave la cruzó y fotografió sin sufrir daños por partículas de hielo u otros imprevistos que podrían echar a perder el Gran Final que la NASA ha planeado para la misión, una vez haya completado otras 21 órbitas similares.

“En cada maniobra siempre hay un margen de incertidumbre”, explica Vaquero. “No sabemos exactamente cuál es la masa del planeta ni de sus lunas, así que siempre hay un margen de error de cuál es su localización exacta. La navegación ha mejorado muchísimo desde que llegamos a Saturno [en 2004]. Al principio el margen de error era de varios kilómetros, pero ahora se ha reducido a unos cientos de metros”, explica. El combustible de Cassini se está agotando y cada uno de los encendidos de los propulsores que realiza el equipo del que forma parte Vaquero, compuesto por seis ingenieros de vuelo que se van turnando en el puesto de control, consume un poco más.

La ingeniera canaria es la primera de su familia con carrera universitaria y doctorado. “Mi padre es guardia civil y mi madre ATS, nadie en la familia se dedicaba la investigación”, explica. “La primera vez que me planteé dedicarme a esto fue a los 12 o 13 años. En Maspalomas iba por las noches con el club de astrónomos a mirar por el telescopio. Quizás fue ver la Luna y los anillos de Saturno lo que me despertó la curiosidad por saber qué hay allí”, recuerda. Menos de dos décadas después, Vaquero será una de las responsables de pilotar la sonda a un suicidio controlado en el sexto planeta del Sistema Solar, programado para el 15 de septiembre. Será la primera vez que una sonda explore la atmósfera de Saturno y puede que desvele alguno de sus mayores enigmas, por ejemplo si hay un núcleo sólido debajo de su impenetrable envoltura gaseosa.

Vaquero empezó ingeniería aeronáutica en la sede madrileña de la Universidad de San Luis. De ese campus pasó al central, en Misuri, y luego realizó el máster y doctorado en la Universidad de Purdue, siempre gracias a becas de esas instituciones, asegura. Su tesis versaba sobre “cómo transportar una nave por el Sistema Solar usando el mínimo combustible o incluso nada”. Una vez la sonda escapa a la atracción gravitatoria de la Tierra, es posible que su empuje inicial le permita hacer ese viaje usando la gravedad de los planetas y sus lunas para acelerar o frenar, lo que los expertos conocen como asistencia gravitatoria.

“Mi padre es guardia civil y mi madre ATS, nadie en la familia se dedicaba la investigación”

Cassini fue creada con unos objetivos determinados, pero  su trayectoria fue diseñada de forma tan tan eficiente que al final de la misión original [2008] le quedaba aún bastante combustible”, explica Katherine Howell, profesora de aeronáutica y astronáutica en Purdue y supervisora de la tesis de Vaquero. Los ingenieros y científicos volvieron a analizar las posibilidades y trazaron una segunda misión. Y después de esta quedó suficiente combustible para una tercera, la actual. Gracias a esto Cassini se ha convertido en la nave que más y mejor ha explorado Saturno, sus anillos y sus lunas. También la que ha realizado la trayectoria con asistencia gravitatoria más compleja de la Historia de la exploración espacial, según un estudio publicado por el Instituto de Aeronáutica y Astronáutica de EE UU. “Cassini está haciendo algo que nunca se pensó que pudiera hacer, algo para lo que no fue diseñada. Mar es el tipo de persona que puede hacer algo así, en este tipo de situaciones en las que hay que adaptarse a los recursos disponibles es muy buena aportando ideas originales que van más allá de lo que se había pensado originalmente”, señala Howell.

Cuatro meses antes de doctorarse, la NASA le ofreció a Vaquero su actual puesto en la misión, en el que lleva tres años y medio. Desde entonces ha hecho contribuciones claves. “Yo diseñé la trayectoria que llevó a Cassini desde Titán a Encélado y luego de vuelta a Titán”, explica Vaquero. Gracias a aquel vuelo rasante la Cassini ha confirmado que esa luna helada puede albergar vida. “ La maniobra tenía que ser muy precisa para tomar los datos. Los resultados científicos son increíbles”, explica la ingeniera.

El 11 de septiembre Cassini realizará su último acercamiento a Titán. Pasará a 118.745 kilómetros de la luna, una distancia suficiente como para que su gravedad desvíe su rumbo hacia la atmósfera de Saturno, a la que llegará cuatro días después, y todo sin usar los motores, explica Vaquero . Se espera que pueda transmitir datos a la Tierra durante uno o dos minutos antes de quedar destrozada. El día después, Vaquero comenzará a trabajar en su próximo proyecto, diseñar la ruta más eficiente para llevar un robot de exploración a la superficie de Europa, la luna de Júpiter donde también es posible que haya vida extraterrestre.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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