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Hillary Clinton: liberación bajo control

La excandidata demócrata regresa con un vestuario más relajado y moderno, pero todo forma parte de un discurso bien planeado

La ex secretaria de Estado Hillary Clinton en el evento Women in the World Summit, celebrado en Nueva York el pasado 6 de abril.
La ex secretaria de Estado Hillary Clinton en el evento Women in the World Summit, celebrado en Nueva York el pasado 6 de abril. Cordon press

El primer post de Hillary Clinton en Instagram —abrió su cuenta en plena campaña como candidata presidencial en 2015— era una foto de un perchero con nueve opciones de diferentes trajes de chaqueta en rojo, blanco y azul, y en el pie de foto escribió: “Elecciones difíciles”. La frase era un guiño a su libro, pero también era un indicio claro de que quería ser parte de este momento y llamar la atención de una generación, la millennial, que se rige por códigos visuales más que nunca.

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Sabiendo que las mujeres, hasta en posiciones de poder como la suya, son más criticadas por su vestimenta que los hombres, Hillary Clinton hizo del traje de pantalón su arma visual y de moda principales, y que copiaron celebridades e influencers como muestra de apoyo a la candidata demócrata. Clinton empezó jugando con esos tres colores de la bandera de Estados Unidos, rojo, blanco y azul; continuó con sus chaquetas y abrigos por la rodilla, que ya eran su seña de identidad mientras fue secretaria de Estado, pero pasó a colores más apagados y neutros para que su aspecto dejara de ser lo importante y se prestara atención solo a su discurso frente a su rival, Donald Trump.

Su control (y el de su equipo) de los códigos visuales y de estilo se volvió a demostrar en la elección de su traje para el discurso de su derrota: negro, de luto, pero también el morado, la unión del rojo y el azul, o el morado sufragista. Meses después, de nuevo les hizo un guiño a las sufragistas vistiendo el blanco —con el que ellas fueron a votar— para acudir a la investidura de Trump como presidente de Estados Unidos.

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Hard choices.

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Después de un retiro temporal tras la derrota, ahora Clinton está volviendo a aparecer y en cada una de estas apariciones públicas ha dado un paso en la evolución de su estilo que muestra mayor libertad, pero siempre controlada. Vuelve a enviar un mensaje con cada una de sus elecciones de ropa. Primero fue el traje rojo al recoger un premio por su trabajo con niñas de la fundación Girls Inc. No era el rojo de la bandera americana, que también, sino el rojo oficial de esta iniciativa y el del movimiento feminista que al día siguiente, el 8 de marzo, se manifestaba mundialmente. Lo combinó con una camisa colorida, un toque más personal, menos estricto.

Después, en una conferencia en San Francisco, eligió una chaqueta de cuero para acompañar su primera crítica contra Trump desde su nombramiento. Un look más agresivo para una Hillary Clinton que sale “del bosque” recuperando su papel como una oposición más directa. No tuvo que nombrarlo, sus palabras y su vestuario ya eran muy claros. Por último, ha vuelto a Instagram para llamar a la generación millennial a seguir activa, aunque no lo ha hecho desde su cuenta sino desde la de Katy Perry, haciendo de modelo para ella con los zapatos que la cantante bautizó en honor a su candidata, The Hillary.

Al liberarse de las restricciones como candidata, Hillary Clinton ha recuperado libertad en su estilo con elecciones más atrevidas, no tan reducidas como cuando optaba a la Casa Blanca e inauguró su Instagram. Detrás de esa libertad sigue escondiendo mensajes cifrados dedicados a todos aquellos a los que se dirige. Y desea que los averigüen. 

Hillary Clinton y Anna Wintour el pasado 16 de febrero en Nueva York.
Hillary Clinton y Anna Wintour el pasado 16 de febrero en Nueva York.Cordon press

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