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<strong>Cómo empezó todo.</strong> El golden retriever más rentable de la historia del cine aprendió a jugar al baloncesto en 'Air Bud' (la saga empezó en 1997 y llega hasta 2013), convirtiendo de paso a su dueño en el chaval más popular de la escuela.
<strong>En qué momento se les fue de las manos.</strong> Si el espectador es capaz de dar el salto de credulidad que requiere aceptar que Bud sea capaz de jugar al béisbol en 'Air Bud 4, el bateador de oro', se topará con un muro de hormigón narrativo con 'Air Bud 5, golpea de nuevo'. En ella, el perro se hace un amigo (un loro parlante) y le da tiempo a ganar la liga de volley playa y detener a una banda de ladrones. Si tenéis ganas de más, buenas noticias: Bud tiene una camada de cachorros que han heredado su envidiable forma física y sus ganas de explorar diversas disciplinas deportivas en siete nuevas entregas en las que incluso viajan al espacio. Esa es la ventaja que tienen las sagas eternas: como nadie les presta atención, pueden hacer lo que quieran. Solo hace falta un guionista con un par de horas libres y una botella de ron.
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Diez sagas de cine que se les fueron de las manos a sus creadores

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