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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo que da de sí un modesto guiso de lentejas

La ambigüedad ha sustituido a las certezas y la situación política sigue desprendiendo una sensación de provisionalidad

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo.
El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo.Oto (EFE)

A partir de un episodio de la Biblia, nuestra cultura tiene claro lo que significa traficar por un plato de lentejas los principios o derechos que crees tener a algo. Fue la expresión utilizada por Fernando Martínez-Maillo, coordinador general del Partido Popular, para explicar a posteriori la razón de que el PP no se parase en barras a la hora de pactar con Ciudadanos lo que hiciera falta a los efectos de lograr su apoyo a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Con ese gesto empezaba a desbloquearse la situación política de España cuando el PSOE discutía agriamente si debía votar no,como sostenía el entonces secretario general, Pedro Sánchez, o abstenerse por falta de otra opción viable.

Fue extraño que un pacto como el del PP y Ciudadanos no fuera firmado por los principales líderes de cada formación, Rajoy y Albert Rivera, sino simplemente por sus portavoces parlamentarios, Rafael Hernando y Juan Carlos Girauta. Como a todos los políticos les gustan las cámaras, los dos se mostraron de lo más sonrientes y camaradas en aquella firma de finales de agosto de 2016. Ahora el PP no quiere o no puede cumplir el acuerdo contra la corrupción suscrito con Ciudadanos y lo hemos entendido: “eran lentejas”, o las tomas o las dejas. Jacob le compró a Esaú su derecho a la primogenitura con un guiso que apetecía a su hermano, como el PP pactó con Ciudadanos solo para salvar el trance de empezar a contar con aliados.

Un acuerdo realizado de esta manera no podía durar mucho sin mostrar grietas. Los primeros meses de rodadura han registrado diversos incidentes. Rajoy y otros en el PP no se privan de criticar y ningunear al partido de Rivera por sus frecuentes cambios tácticos de opinión, el último de ellos en la votación que provocó la derrota parlamentaria del Gobierno para la convalidación del decreto ley de la estiba. ¿Cuánto tiempo se puede continuar así?

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Albert Rivera incurrió en su día en lo que probablemente fueron errores. Firmó un pacto sin reservarse suficientes instrumentos para hacerlo cumplir. Tampoco quiso incorporar gente suya al Gobierno, aunque en realidad no sabemos si recibió una oferta en firme o solo fueron escarceos para la galería. Rajoy prefiere entenderse con los socialistas, que aportan más escaños, pero el PSOE no va a apoyar más propuestas, al menos sin negociaciones muy precisas, Presupuestos del Estado incluidos. Y eso, cualquiera que sea el poder que se constituya en este partido a partir de las primarias y del congreso.

Ya se ve lo que da de sí un guiso de lentejas. Estupendo hasta que se acaba. Lo malo es que no parece que los comensales tengan muy claro si queda más en la despensa o si aquello solo vale para un tente mientras cobro. La ambigüedad ha sustituido a las certezas en este tiempo, y en España la situación política sigue desprendiendo una clara sensación de provisionalidad.

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