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Cinco cosas que las mujeres creen que gustan a los hombres, pero no

Hay estereotipos que todavía hoy permanecen vigentes en las relaciones sexuales

Los sexólogos apuntan a que la autoestima masculina suele centrarse en su capacidad para hacer disfrutar a su pareja.
Los sexólogos apuntan a que la autoestima masculina suele centrarse en su capacidad para hacer disfrutar a su pareja.Getty

Si se hace una búsqueda sobre estudios sexuales se encontrarán decenas de reflexiones sobre lo mismo: son muchos los hombres que desconocen las inquietudes de las mujeres en esta materia. Eso parece claro. Pero nosotros hemos querido verlo desde el otro punto de vista: ¿conocen las mujeres lo que realmente les apetece a los hombres?

Lo hemos consultado con tres expertos; José Bustamante, psicólogo, sexólogo y autor del libro ¿En qué piensan los hombres?; Eva Moreno, sexóloga y miembro de la Asociación Española de Especialistas en Sexología; y Fernando Villadangos, psicólogo y presidente de la Sociedad de Sexología Al-Garaia.

Estas son cinco cosas que la mayoría de las mujeres dan por hecho que gustan a los hombres, pero no es así.

1. Creer que el hombre siempre tiene ganas

El estereotipo de hombre que solo piensa en el sexo, cómo, cuándo y con quien sea, es algo que debería llevar tiempo desterrado de nuestro imaginario colectivo. “Me levanto a las siete de la mañana, trabajo una media de diez horas diarias y voy al gimnasio tres veces por semana. Conclusión: a veces solo me apetece tirarme en el sofá”, explica, lastimoso, Íñigo Marcos, abogado de 27 años. Algunas veces, Íñigo siente la necesidad de excusarse ante su novia cuando no tiene ganas de sexo.

“Los mismos factores que a nosotras nos pueden frenar a la hora de practicar sexo también les valen a ellos. Faltaría más. Sin embargo, a las mujeres nos cuesta entender que ellos también pueden estar cansados”, afirma la sexóloga Eva Moreno. Y lo peor es que ya no es solo una cuestión de ganas, como afirma el psicólogo José Bustamante: “Eso genera una presión añadida porque no es solo que siempre te tenga que apetecer sino que, como hombre, siempre deberías estar dispuesto a tener un encuentro sexual”. Y no, si no les apetece en algún momento no es culpa de que su compañera les resulte poco atractiva o ya no les excite: es que, simple y llanamente, ellos también se cansan.

2. Responsabilizarles de tu placer

“Es una postura muy cómoda para nosotras, pero completamente errónea”, aclara la especialista Eva Moreno. Los sexólogos apuntan a que la autoestima masculina suele centrarse en su capacidad para hacer disfrutar a su pareja sexual. “El hombre espera que ella disfrute muchísimo y que le acabe considerando como el mejor de sus amantes”, señala el especialista en sexo José Bustamante, que avisa de la diferencia entre pasarlo bien con alguien o pasarlo bien debido a alguien.

“Esa frase odiosa de ‘no hay mujer frígida sino hombre inexperto’ sigue redundando en la cabeza de algunos hombres y también de algunas mujeres. Estas ideas preconcebidas no son correctas: el hombre tiene que ser el que sea capaz de hacerla disfrutar a ella; o, si ella no disfruta es porque él no lo hace bien, él no aguanta lo suficiente o porque no tiene la habilidad o la técnica adecuadas”, explica Bustamante. O sea: cada uno debe responsabilizarse de su propio placer.

3. Él siempre es rápido y sin preliminares

El gran mito de la sexualidad masculina: a ellos les gusta -siempre- el sexo más rápido, más visual y con menos preliminares. Algunos estudios vienen desde hace unos años poniendo esto en duda, como el que realizó la universidad canadiense de McGill. El doctor Irving M. Binik y su equipo concluyeron: “No existe diferencia en la cantidad de tiempo que requieren hombres y mujeres para alcanzar su máximo nivel de excitación".

“A pesar de que en la pornografía hay un exceso de contacto directamente genital hacia el hombre, muchos de lo que se quejan es de que sus parejas sexuales les acarician poco”, afirma José Bustamante. De la misma opinión es Eva Moreno: “Les encanta que nos entretengamos en otras partes del cuerpo, como la espalda o los pezones. Cada vez hay más hombres que se están cultivando en una sexualidad más tranquila, más lenta y controlada”.

Asumamos pues, de una vez, mujeres y hombres, que el porno no es más que una ficción. ¿Por qué nadie cree que un hospital funcione realmente como en Urgencias, una redacción como en The Newsroom o un instituto como Física y química, pero se siguen reproduciendo conductas propias de películas porno como si fueran las más placenteras?

4. Tratar las partes íntimas con rudeza

La sexóloga Eva Moreno alerta contra la tendencia a “reproducir un sexo oral como el de las películas porno”. “Ellos prefieren un sexo oral más entretenido, más jugoso y consciente”, explica la experta. Olvidémonos de que lo único que importa es recrear las mejores escenas de Garganta profunda -la película, no el informador del Watergate- y seamos conscientes de que “no tienes una cosa en la mano: es una parte de tu pareja sexual y, lo que haces, se lo estás haciendo a él”, asegura Moreno, que aporta un mantra que suele funcionar a la perfección: “Dar lo mismo que exigimos”.

“Estoy cansado de chicas que tratan mi pene como si fuera un mando joystick”, asegura Daniel Aguirre, historiador de 34 años. Sí, sabemos que puede parecerlo. Sabemos que, dependiendo de su estado, puede ser digno de un montón de adjetivos en el que no se encuentra precisamente el de ‘delicado’, pero lo cierto es que lo es. Y no solo porque es una de las posesiones más preciadas de un hombre, si no la que más, y estar jugueteando con él como si fuera irrompible tensa -y no precisamente para bien- hasta al más temerario.

5. Dominarles

Según varios estudios, una de las fantasías sexuales más recurrentes de las mujeres -entre el 31 % y el 57 % asegura tenerlas- tiene que ver con que el hombre las domine -sin daño o riesgo real, aclaramos. Esto ha dado lugar a una dilatada literatura: científica, para intentar explicar el porqué; y novelesca, aprovechando la coyuntura para vender libros. Sin embargo, esa es una fantasía femenina, no masculina. 

“Muchas mujeres piensan que a ellos les gusta la idea de atarles y jugar un poco a la dominación y, aunque hay hombres que lo disfrutan, muchísimos más lo que disfrutan es poder tener las manos libres”, señala Bustamante. Además, aquí entra en juego otra cuestión, la de que sea la mujer la que lleva las riendas del encuentro sexual, algo que aún cuesta a algunos hombres. “Lo que a ellos les puede servir para su fantasía, luego en la realidad no les funciona porque hay un choque de roles”, asegura Fernando Villadangos, presidente de la Sociedad de Sexología Al-Garaia. Aunque todos los expertos apuntan a que se va evolucionando, esta creencia aún pesa a la hora de disfrutar en los encuentros sexuales. “El hombre todavía no se ha quitado del todo la idea de que es el que domina la escena sexual”, sentencia Bustamante.

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