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“Si su cuerpo acumula tóxicos, necesita un trasplante y no un zumo ‘detox”

Este tipo de dietas prometen depurar las toxinas del cuerpo a base de zumos y batidos de perejil. Le contamos por qué no funcionan y pueden crearle problemas

A pesar de que vivimos tiempos en los que la seguridad y calidad en la alimentación, la medicina o la higiene han conseguido cotas muy altas, existe una creciente industria empeñada en hacernos creer que estamos rodeados de elementos dañinos y perjudiciales para los cuales, por supuesto, siempre existe una solución a un precio asequible. Las dietas detox se han extendido por todo el mundo, una moda que promete “depurar las toxinas del cuerpo a base de zumos y batidos verdes”. Sin embargo, cada vez más especialistas alzan la voz contra esta tendencia alimentaria advirtiendo de que no solo no son eficaces, sino que en muchos casos resultan contraproducentes.

Para empezar, desintoxicarse… ¿de qué?

¿Funcionan estas dietas detox? ¿De verdad un zumo puede desintoxicar? ¿Qué hay de cierto en esta moda de batidos, zumos y preparados alimenticios que prometen limpiarle por fuera y por dentro? Julián Palacios, cardiólogo del Hospital Clínico de Madrid, lo explica claramente: “Nada de lo que se promete en estas dietas ‘detox’ tiene sentido fisiológicamente. Empezando por el concepto de ‘toxinas’, una idea tan arbitraria y difusa que sirve solamente como elemento de ‘marketing’. Nuestro cuerpo ya posee mecanismos más que eficaces de homeostasis para conseguir que todo lo que debemos tener esté dentro de sus confines. En nuestras células, los límites de sodio, potasio o magnesio se encuentran dentro de unos rangos concretos y contamos con rutas celulares que se encargan de mantenerlos, evitando pérdidas o librándose del exceso”.

Añade el cardiólogo que “la sola idea de ‘detox’, apuntando a un absurdo proceso de desintoxicación, no hay por donde cogerla. Nuestro cuerpo ya se libera de las sustancias sobrantes, fundamentalmente, mediante dos órganos: el riñón, que produce orina y se encarga de las sustancias solubles en agua, y el hígado, que se ocupa de las sustancias liposolubles, es decir, solubles en grasa. Si de verdad su cuerpo estuviese acumulando elementos tóxicos y no pudiera él mismo liberarse de ellos, lo que se necesita con urgencia es un trasplante de hígado o riñón, pero no una infusión de perejil y acelgas”.

Además, ¿qué toxinas se eliminan cuando alguien proclama estas propiedades en un jugo? “Ninguna dieta, zumo o batido actúa selectivamente para expeler uno u otro tóxico. Esto es como cuando dicen ‘vamos a curar el cáncer’. No existe ‘el cáncer’, existen docenas de cánceres diferentes”, aclara Palacios: “Aquí es lo mismo: dicen ‘vamos a eliminar los tóxicos’. Oiga, espere, ¿qué tóxicos? ¿metales pesados? ¿urea? ¿cuál en concreto? Porque cada sustancia tiene un mecanismo diferente de eliminación. Cuando nos llega al hospital un paciente intoxicado con mercurio lo tratamos de una manera; si es intoxicación por plomo tiene otro tratamiento; si es por dioxina le tienes que hacer otra cosa, etcétera”. Según el especialista, cada tóxico tiene su metabolismo específico y una forma concreta de suprimirlo. “Nadie puede pretender que todos los parámetros sean correctos con una determinada dieta, zumo o batido. Y si así se lo aseguran, es que le están engañando”, insiste.

Pastillas, ayuno y otras supercherías satélite

En la misma línea se manifiesta Julio Basulto, uno de los nutricionistas más conocidos de la Red, y colaborador en programas de radio como Gente sana (RNE) o Ser consumidor (Cadena SER), quien recuerda: “Bajo la denominación ‘detox’ se engloba una amalgama de creencias y supercherías con más peligros que beneficios, porque no son solamente zumos, en muchos casos se acompaña de comprimidos, cápsulas quemagrasas, infusiones sacadas de herboristerías o, incluso peor, dietas completas que incluyen consejos como el ayuno en días alternos, que cuentan con poco o ningún sustento científico”.

En 2014, investigadores de la Universidad de Medicina y del Instituto de Salud Cardiovascular de Sidney (Australia), publicaron una completa revisión de estos planes detox, alertados por el verdadero boom de lo que ellos mismos denominaron “industria del detox” y las pocas evidencias clínicas que avalaban su uso. Las conclusiones del estudio alumbraban que, ante la ausencia de pruebas científicas que apoyen este tipo de regímenes, la cuestión merece más atención por parte de las autoridades para concienciar a los consumidores de los riesgos que implican. De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha incluido las dietas y zumos detox en su informe anual sobre los riesgos emergentes. Pese a todo, publicidad y famosos se hacen eco sin pudor de esta absurda moda logrando que el mito se extienda y desencadene un problema potencial de salud pública.

En dirección contraria lucha la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que cada año retira del mercado docenas de comprimidos y pastillas con la etiqueta detox, presentados en un principio como simples suplementos alimenticios. Así se han dado casos de productos como Thermogenic Slim, Acai Berry, Extra Slim o Botanical Slimming, que actuaban como supresores del apetito en muchos planes alimenticios y que han sido declarados ilegales por la citada agencia por contener sibutramina, un fármaco proscrito en Europa por su perfil de seguridad desfavorable.

“Cuando se entra en un herbolario y se adquieren cápsulas, hierbas para infusiones o batidos preparados, no se sabe muy bien lo que se está tomando”, señala el cardiólogo Palacios. “Cuando alguien va al médico y le recetan un medicamento, allí le especifican cuánto tiene que tomar, cuándo debe hacerlo, qué dosis debe seguir y qué efectos secundarios puede experimentar. Pero si compra unos sobres o unos comprimidos en una herboristería, no sabe nada. Sumarse a una dieta de este tipo, sin pasar por un experto colegiado, simplemente porque lo ha leído en una revista, porque un amigo se la recomendó en Facebook o porque algún famoso la está siguiendo, es simple y llanamente una temeridad”, advierte este especialista.

La gran paradoja: intoxicados por el ‘detox’

“Está ocurriendo algo realmente irónico”, comenta el nutricionista Basulto: “Estamos consiguiendo verdaderas intoxicaciones a base de beber zumos que supuestamente depuran”. Este experto se refiere al estudio publicado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, en el que se incluyen los “batidos verdes” entre los 13 riesgos emergentes para la salud. “Lo curioso es que han analizado la cantidad de ácido oxálico que contienen estos brebajes, elaborados con espinacas, acelgas y otros tipos de verduras con este compuesto carboxílico y han saltado todas las alarmas”, destaca Basulto. “Con un consumo normal, el ácido oxálico presente en estas verduras no representa ningún problema; la cuestión es que estos zumos consiguen elevar la cantidad recomendada varias veces, incrementando así el riesgo de cálculos renales. Es un contrasentido: intoxicados por el ‘detox”. La advertencia de la EFSA tiene su origen en Alemania, un país que ha abrazado con fuerza la moda de batidos y zumos verdes, con esta perturbadora consecuencia: los diagnosticados de cálculos renales en este país se han duplicado en los últimos siete años.

“Lo explicaré de una manera sencilla”, afirma Basulto. “¿Cuántas espinacas crudas podríamos comer de un tirón? ¿30 gramos, 50 gramos? Pero si preparamos un zumo con ellas y empezamos a echar más cantidad en la batidora, es posible que para hacer un solo vaso de zumo verde estemos utilizando medio kilo de estos vegetales. Además, si encima se mezclan con naranjas o con otras frutas, se enmascara su típico sabor amargo y así se es capaz de beber aún más zumo. Al final, resulta que con un vaso de estas bebidas verdes y batidos detox se acaban ingiriendo más de 180 miligramos de ácido oxálico [las autoridades sanitarias recomiendan que el consumo se minimice: medio puerro, por ejemplo, tiene 15 miligramos, y un tallo de brócoli, 6]”, alerta el nutricionista. “Un zumo verde que supuestamente va a desintoxicar puede acabar formando cálculos renales: una auténtica locura”.

¿Alguna paradoja más? Resulta que esa cantidad de ácido oxálico reduce la biodisponibilidad de calcio, hierro y potasio que el cuerpo necesita. “Es decir, el organismo elimina tanto calcio a través del riñón que, además de terminar teniendo cálculos, es posible que aparezcan otros problemas como anemia o desmineralización. Para redondear el sinsentido, todo este circo ‘detox’, como ocurre con otras muchas de las ‘dietas milagro’, se suelen alternar con ayunos, lo que acaba por empeorar el cuadro”, avisa Basulto.

Uno de los mayores inconvenientes al que nos enfrentamos al analizar estas dietas detox es que no hay un método establecido. “Todos aquellos que las recomiendan tienen su propia fórmula. No existe una definición de dieta ‘detox’. En general, y dependiendo de cada una, los planes depurativos son una mezcla difusa de beber batidos y zumos, hacer ayunos, tomar jarabe de arce, infusiones herbales y cápsulas quemagrasas”, destaca Basulto: “Es un caos. Cada libro o gurú tiene su propia receta”.

Si quiere conocer los peligros asociados a estas dietas, puede hacerlo descargándose la app de BUENAVIDA en Kiosco y más, Apple Store y Google Play.

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