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La reina Isabel II no quiere fiestas

El lunes será un día agridulce para la monarca británica, conmemora la muerte de su padre y sus 65 años en el trono

La reina Isabel II el día de su coronación, el 6 de febrero de 1952.
La reina Isabel II el día de su coronación, el 6 de febrero de 1952. Cordon press

Isabel II, la monarca del reinado más longevo en la historia de Reino Unido, va a protagonizar este lunes un nuevo récord al cumplir 65 años en el trono, el llamado Jubileo de Zafiro. Y lo hará en la soledad de sus recuerdos. La reina no quiere saber de eventos públicos en una fecha con sabor agridulce para ella, pues conmemora la muerte de su padre, Jorge VI, y, por consiguiente, su llegada al trono británico, una responsabilidad que recayó sobre ella cuando apenas era una princesa de 25 años.

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La soberana “siempre ha dejado claro que su largo reinado es la consecuencia del fallecimiento prematuro de su progenitor y que por tanto no es una jornada para las celebraciones”, son palabras de quien fuera su secretario de prensa Dickie Arbiter. Isabel de Inglaterra asistirá la víspera a un oficio religioso, pero el día propio del aniversario permanecerá a puerta cerrada en Sandringham House, su retiro de invierno en Norfolk, consagrada a una “sosegada reflexión” acerca de aquel 6 de febrero de 1952 que dio un vuelco a su vida.

La mansión de Sandringham está llena de recuerdos de Jorge VI, quien falleció en uno de sus dormitorios cuando solo tenía 56 años. La joven Isabel recibió la noticia en Kenia, país que visitaba junto a su marido Felipe en representación del rey. Ese mismo día se convirtió en reina de Inglaterra. “No soporto pensar en Lilibet [su apelativo familiar] y en lo joven que es para aguantar esa carga...”, escribía la madre de la monarca a raíz de la muerte de su marido y la ascensión al trono de su hija mayor.

Isabel II durante su coronación, el 6 de febrero de 1952.
Isabel II durante su coronación, el 6 de febrero de 1952.cordon press

La ceremonia de coronación en la abadía de Westminster no se celebró hasta 16 meses más tarde, el 2 de junio de 1953, entre los vítores de unos tres millones de británicos que abarrotaban las calles de Londres. Todavía princesa, y con motivo de su 21 cumpleaños, Isabel II les había prometido que su “vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a vuestro servicio” y, a tenor de las últimas encuestas sobre la monarquía, ha cumplido su palabra: una mayoría de británicos sigue defendiendo la institución, más de seis décadas después y a pesar de los altibajos que amenazaron su estabilidad en los tiempos del Dianagate —así se llamó a la filtración de conversaciones telefónicas íntimas entre la entonces princesa de Gales, Diana, y un amigo cercano James Gilbey, en 1992—.

La modernización de la Casa de los Windsor en las dos últimas décadas y la percepción pública de que la reina siempre ha antepuesto la vocación de servicio a todo lo demás se traduce hoy en una imagen casi impoluta de la longeva reina.

Pasión por el zafiro

Cumplidos ya los 90 años, Isabel II está a dos días de alcanzar el Jubileo de Zafiro, un hito en Reino Unido aunque no algo inédito en el resto del mundo —el rey Bhumibol de Tailandia falleció el año pasado tras siete décadas en el trono—. La piedra preciosa que simboliza esos 65 años de reinado tiene, además, un especial significado para la monarca, cuyas joyas favoritas son un collar a juego con unos pendientes de zafiro que le regaló su padre el día de su boda con Felipe, en 1947. Les tiene tal estima que tres lustros más tarde encargó una tiara y una pulsera a conjunto. Los lució en su última recepción al cuerpo diplomático el pasado diciembre.

La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo, en junio de 2016.
La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo, en junio de 2016.cordon press

El azul intenso del zafiro también fue el color elegido por la reina para el abrigo con el que reapareció en público el pasado 8 de enero, después de permanecer apartada de la vida pública desde la primera semana de diciembre a causa de un fuerte resfriado, que no precisó hospitalización aunque sí reposo. Debido a su avanzada edad ha comenzado a delegar cada vez más funciones en el príncipe Carlos y en su nieto Guillermo, pero pretende seguir trabajando hasta el final.

A su regreso al palacio de Buckingham la próxima semana, le espera su habitual agenda de actos públicos entre los que destaca la inauguración de un nuevo Centro Nacional de Ciberseguridad en el corazón de Londres. Le acompañará su consorte, el duque de Edimburgo, con quien en noviembre celebrará las bodas de platino, después de 70 años de matrimonio.

De izquierda a derecha: la princesa Margarita, la Reina Madre, el rey Jorge VI e Isabel II, en 1946.
De izquierda a derecha: la princesa Margarita, la Reina Madre, el rey Jorge VI e Isabel II, en 1946.cordon press

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