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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El consenso importa en el TC

La renovación del Constitucional exige mucho acierto sobre la persona que lo presidirá

Miembros del Tribunal Constitucional, en la toma de posesión de Ricardo Enríquez Sancho.
Miembros del Tribunal Constitucional, en la toma de posesión de Ricardo Enríquez Sancho.CLAUDIO ÁLVAREZ

Lo más importante que ha hecho el Tribunal Constitucional (TC) ha sido superar la frustrante división de otro anterior respecto a la cuestión catalana. Frente a los continuos desafíos a la legalidad promovidos por las autoridades separatistas, el Constitucional se ha mostrado hábil para tomar decisiones por unanimidad sobre el independentismo, lo cual ha reforzado sus actuaciones a lo largo de los últimos años.

No solo eso: además, hiló fino cuando esbozó una vía de salida al conflicto planteado. Sin reconocer más soberanía que la del pueblo español en su conjunto, el alto tribunal descartó que la Constitución sea un muro infranqueable y consideró el “derecho a decidir” como “una aspiración política”, a la que puede llegarse mediante un proceso ajustado a la legalidad constitucional. Un camino más sólido y menos traumático que el pretendido por el independentismo.

Estos valores deben ser preservados en la renovación inminente de una parte del Constitucional. El final del mandato del hasta ahora presidente, Francisco Pérez de los Cobos, exige mucho acierto respecto a la persona que deba sustituirle, y por eso es positivo el descarte para el puesto de un aspirante que presentaba un perfil acusadamente partidista.

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Hay críticas al Constitucional por sus retrasos en las sentencias referidas a diversas materias. Pero el objetivo principal es que no se deje influir por los problemas de alta incandescencia política. Parece contradictorio con el hecho de que dos partidos, PP y PSOE, estén negociando los nombres de los candidatos a nuevos jueces constitucionales. Sin embargo, al margen de que eso sea de facto el procedimiento habitual —negociaciones anteriores registraron bloqueos muy conflictivos—, la situación respecto al proceso independentista es tan delicada que debe buscarse, ante todo, el acierto en el manejo de esta cuestión.

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