_
_
_
_
_
en primera persona
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Algo más debe haber para que un bebé se atragante con seis gotas

En el caso del pequeño fallecido en París se apunta al mecanismo de administración como razón. No es suficiente

Un recién nacido recibe un medicamento administrado con pipeta.
Un recién nacido recibe un medicamento administrado con pipeta.Phanie/Cordon Press

A los niños raramente le suelen gustar las medicinas. Es habitual tener que hacer el avioncito, tapar las narices, invertir tiempo y paciencia en conseguir que se tome las gotas o el jarabe prescrito por su amigo el pediatra, pero ni por esas. Es más fácil romper amistades y entrar en guerra que aguantar la intolerancia y perseverancia del peque.

Los bebés inician esta resistencia a todo aquello que no sea su teta o su biberón y dejan bien claro con pedorretas, arcadas o gestos de desaprobación que no va a ser fácil administrar eso que nos recomendaron encarecidamente como remedio a su mal. Muchos padres consultan si no hay alternativas más fáciles al pinchazo, a lo que me niego siempre, o a la vía de retaguardia que tiene menos defensas, aunque un buen gas puede expulsar cualquier supositorio agresivo.

Al final, de cualquier modo, termina tomando lo necesario o un poco menos, con o sin atragantamiento o vomitona, pero no suele pasar de un altercado familiar. Los niños no se ahogan por eso.

Con cuchara, con pipeta o con jeringuilla, según gusto, todos los niños se han -nos hemos- atragantado alguna vez y seguirán haciéndolo sin suponer eso más allá de un susto. Los pequeños toleran los cuatro o cinco mililitros de ibuprofeno a regañadientes, los dos o tres de paracetamol amargo entre lágrimas o los más de cinco del antibiótico. Y no sé de graves problemas con ninguno, eso sí, el susto se lo llevan los padres, pero se resuelve en unos instantes.

Algo más debe haber para que un bebé se atragante con seis gotas, 0,2 mililitros de un preparado de vitamina D.

En el caso de París que ha saltado este miércoles en la prensa se apunta al mecanismo de administración, la pipeta habitual en muchos otros medicamentos, insisto seis gotas se pueden ir por otro camino, pero en sí mismo no lo veo como causa posible de asfixia, aun cuando hubiera una sobredosificación o accidente.

Algo más debe haber.

Una patología de base ya sea cardíaca o una bronquiolitis o alguna malformación…la autopsia nos lo dirá, pero son casos muy raros por fortuna y probablemente ya se hubiera atragantado antes con la propia leche materna.

Algo más debe haber.

¿Por qué el gobierno galo reacciona suspendiendo el medicamento cautelarmente? Por cierto, el Uvesterol D no se comercializa en nuestro país, pero es similar a otros preparados en los que insisten en cuidar la sobredosificación y la forma de administración, recomendando dar gota a gota y no del tirón.

Es complicado dar una opinión sobre qué ha podido ocurrir en este desgraciado incidente, pero me parece correcto retirar el producto y revisar todos los parámetros que pudieran intervenir hasta que tengamos todos los datos sobre la mesa para poder dar unas nuevas directrices de seguridad.

No faltarán voces que achaquen el problema a la manía de dar vitamina D a todo el mundo, como si de repente ni la alimentación materna, ni complementaria, ni en los adultos, ni ancianos, y no digamos nada en menopáusicas, fueran suficientes cantidades y haya que suplementar para no acabar todo el planeta sumido en el raquitismo. Una enfermedad moderna donde el 80 o 90 % de la población la sufre, puede ser porque el estándar está colocado muy alto, absurdo, pero eso es otro tema que daría para otro artículo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_