Un avanzado sistema de fabricación digitalizado con 475 robots y 200 trabajadores por turno trabajan en perfecta armonía para producir cada día salgan 650 Porsches.
La iluminación exterior de la planta de Leipzig es de LED para reducir el consumo energético.Marco Prosch (Porsche AG)Los robots de pintura aplican la primera capa de protección a la carrocería de un Panamera.Marco Prosch (Porsche AG)Los sensores del túnel de luces permiten detectar las imperfecciones de la pintura de la carrocería.Marco Prosch (Porsche AG)A pesar de la automatización el proceso de pintura, el visto bueno final se apoya en la sensibilidad visual de los operarios especializados.Marco Prosch (Porsche AG)La digitalización del proceso y de cada pieza permite montar en la misma línea carrocerías tan diferentes como la del Panamera (arriba en gris) y la del Macan (abajo en azul).Marco Prosch (Porsche AG)Los robots se encargan también del montaje del parabrisas y la luneta trasera.Marco Prosch (Porsche AG)La línea permite girar la carrocería para mejorar la ergonomía y cuidar la salud de los operarios de montaje.Marco Prosch (Porsche AG)En la zona de ensamblaje de carrocería se montan los soportes que luego permitirán anclar el resto de piezas que definen la imagen del coche.Marco Prosch (Porsche AG)El proceso de montaje de la mecánica empieza con la preparación del vano motor.Marco Prosch (Porsche AG)El área de interiores es una de las menos automatizadas. Solo el hombre puede lograr que cada pieza encaje al milímetro en sus sofisticados habitáculos.Marco Prosch (Porsche AG)El proceso culmina con el montaje de los últimos detalles decorativos de estilo y los accesorios de la carrocería.Marco Prosch (Porsche AG)
