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Medellín tiene otro récord: la mayor fosa común urbana

La colombiana Valentina Vargas presenta un documental sobre La Escombrera, las tumbas en la Comuna 13, donde se arrojó a más de 300 desaparecidos en 2002

Trailer de ResilienciaVídeo: Valentina Vargas
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Medellín, Colombia, es la ciudad más innovadora del mundo desde que así fue premiada en 2013 por el diario Wall Street Journal y desde hace ahora 14 años también es la ciudad con la mayor fosa común a cielo abierto del mundo, La Escombrera. La cineasta colombiana Valentina Vargas (Medellín, 1992) decidió recordárselo a los suyos con el documental “Resilencia” en torno a la lucha silenciosa de las más de 300 familiares de desaparecidos forzosos y cuyos cuerpos descuartizados descansan en las laderas de la escombrera de la Comuna 13 de la ciudad. “No podía entender cómo nos enorgullecemos de ser los más innovadores cuando nuestras laderas ocultan la muerte de miles de personas. La paz también debe llegar a las víctimas de las desapariciones forzosas y ellos también deben de formar parte del desarrollo de una ciudad”. Ahora cuenta también la historia de La Escombrera al mundo al recorrer los diferentes festivales de cine que proyectan su documental por América y Europa. Estos días ha visitado Bilbao durante la proyección del Festival Internacional de Cine Invisible.

P. El mismo año que Medellín recibe el premio a la ciudad más innovadora, 2013, usted decide rodar un documental sobre la mayor fosa común del mundo: La Escombrera, también en Medellín.
R. Amo a mi país, amo a mi ciudad, y no podía entender que Medellín alardeara tanto de ser la más innovadora del mundo cuando sus laderas acogen todavía a la mayor fosa común urbana del mundo y nadie es consciente de ello. Quería que el desarrollo de la ciudad tuviera en cuenta la lucha de las mujeres que durante más de una década no han dejado de buscar a sus hijos, maridos y amigos entre esos escombros donde fueron arrojados sin vida cientos de personas durante los peores años del conflicto armado.
P. Y en especial durante la Operación Orion liderada por el Ejército contra las guerrillas instalada en esa zona de la ciudad. Una operación que este mes cumplía 14 años. ¿Cómo se ha vivido el aniversario?
R. El pasado 16 de octubre se cumplían 14 años de una Operación orquestada en 2002 por el Ejército junto con la policía y el grupo paramilitar Cacique Nutibara que sitiaron la comuna durante más de 20 días y realizaron 358 detenciones arbitrarias. El entonces presidente del país, Álvaro Uribe, sigue justificando la operación por terminar con la presencia de la guerrilla de las FARC en la ciudad. Sin embargo, la mayoría de los muertos y la mayoría de los desaparecidos forzosos eran civiles inocentes, completamente ajenos al conflicto. Son sus familiares los que reclaman ahora que se esclarezcan los hechos, les devuelvan los cuerpos y se pongan las bases para que no se repita jamás. La paz empieza por aliviar el dolor de quienes perdieron a sus familiares y por acabar con las desapariciones. Los mayores crímenes sufridos en este país durante el conflicto han sido las desapariciones.
Colombia quiere una paz sin crímenes de Estado ni desaparecidos
P. En estos 14 años, lejos de esclarecerse los hechos, las excavadoras han arrojado más escombros en la zona.
R. Hay tres escombreras en la Comuna 13: dos activas y una paralizada para realizar la exhumación de los cuerpos. Sin embargo, tras los primeros meses de búsqueda las tareas se paralizaron también. La que no se paraliza es la resistencia de las mujeres. Son “resilientes”: resisten, persisten y nunca desisten. Ellas sólo buscan la verdad. No quieren indemnizaciones como el Estado pretende resolver las desapariciones. Ellas no, ellas quieren la verdad y que se cuente al mundo quiénes fueron las personas que ordenaron su ejecución. Ellas ya conocen la verdad, ahora necesitan que todos la sepamos y se convierta en la verdad oficial.
P. Sin embargo, esa verdad no llega.
R. Lo más chistoso es que existen declaraciones juradas de exparamilitares desmovilizados, como el del comandante del bloque Cacique Nutibara extraditado a una cárcel estadounidense que asegura que tenía la orden del Ejército y de la Policía de entrar a sangre y fuego en la Comuna. También contamos con el testimonio de muchos otros sobre cómo llevaban los cuerpos descuartizados a la Escombrera. Sin embargo, la verdad oficial sigue justificando la acción.
P. ¿Cómo se vive la reaparición pública del expresidente Uribe impulsor del no en el plebiscito por la paz?
R. El expresidente Uribe sigue justificando la operación militar y durante la campaña por el no en el plebiscito del 2 de octubre se permitió el lujo de visitar la Comuna para asegurar que la paz que disfruta el barrio es gracias a su acción. Es cierto que se avanza hacia la paz, pero queremos que se cuente también con la voz de las víctimas no sólo de los victimarios y de la oligarquía.
P. El resultado del plebiscito, lejos de frenar la paz, ha sacado a los colombianos a la calle y en especial a los grupos sociales que más luchan por ella.
Reclamamos una paz no sólo para las élites, sino también para los pobres
R. La gran lección que hemos obtenido ante el no mayoritario del plebiscito del pasado 2 de octubre ha sido que tenemos que movilizarnos más por la paz, no la podemos dar por hecho la paz. En Medellín acudimos más de 30.000 personas a la calle los días posteriores a las votaciones. Todo el mundo gritaba en la calle: “No más guerra”. El clamor de la gente es que no quiere más guerra. La gente se ha dado cuenta de que al margen de la ideología, hay que convivir en paz: se nos va a desangrar el país porque siempre es el mismo sector el que muere. Así que toca seguir saliendo a la calle y escuchar más a estas mujeres resistentes. La Escombrera es una buena oportunidad para afianzar la paz, terminar con el dolor que han provocado las desapariciones y reconocer el valor de estas mujeres. Basta de estremecerse sólo por las imágenes que nos llegan de la guerra de Siria, cuando en nuestra propia ciudad existen montañas de tierra que esconden la misma crueldad sin que nadie haga nada.
P. ¿Cómo ha reaccionado el resto de la ciudad al documental y al conocer la otra verdad sobre La Escombrera?
R. Mis propios compañeros de Facultad no conocían lo que había ocurrido en las laderas de la Comuna 13. Y los que lo sabían, lo justificaban según la versión oficial. Para mí ha sido muy bonito contárselo no a través de los ganadores sino de las víctimas. La gente ha comprendido que la paz definitiva la deben de construir todas las personas, así como el mismo desarrollo de la ciudad.
P. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir ahora al mundo con el recorrido del documental?
R. Que en Colombia los desaparecidos nos faltan a todos y que debemos hacer todo lo posible hasta encontrarlos para que no se repita una violencia así en ningún otro lugar del mundo. Para mí, la gran innovación de Medellín es la fuerza de estas mujeres, familiares de los desaparecidos, que han sabido convertir su dolor en resistencia silenciosa contra el olvido, la mentira y la violencia. En la Comuna donde más violencia se ha sufrido es donde más vida popular hay de toda la ciudad: rutas de grafitis, festivales de cine, grupos de hip hop... Y para mí, es un orgullo contarle al mundo cómo nacen una nueva Colombia y una Medellín innovadora de la mano de todas estas mujeres.

Resilencia, el cine como arma contra el olvido

El documental Resilencia de la cineasta colombiana Valentina Vargas Sosa da voz a los familiares de desaparecidos durante la Operación Orión realizada el 16 de octubre de 2002 en la Comuna 13 de Medellín contra las guerrillas de la Farc por parte del Ejército, la Policía y grupos de paramilitares. La operación se saldó con la detención de más de 358 personas, todavía hoy desaparecidas, y cuyos cuerpos se cree que fueron arrojados descuartizados sobre La Escombrera, convirtiéndola en la mayor fosa común urbana del mundo. El documental fue editado en 2015 y rinde homenaje a la resistencia de las mujeres que todavía esperan la llegada de sus hijos, maridos y amigos y que dan vida al movimiento Mujeres Caminando por la Paz.

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