Negociaciones políticas
A finales de febrero, me marché de España para estudiar y dejé el mismo país sin Gobierno que he visto al regresar. Como tantos jóvenes de mi generación, ahora marcho a trabajar fuera, volviendo a dejar detrás un país bloqueado por los vicios históricos de su clase política. He de confesarme culpable, como tantos otros, de haber pensado (el 20-D y el 26-J) que el pluralismo parlamentario del que gozan otras naciones europeas traería a España una época de negociación política y consenso. Que la cantidad de opciones electorales, al fin y al cabo, beneficiaría al ciudadano. Nada más lejos de la realidad: sin calidad, la cantidad no es nada. Dos comicios no parecen haber servido para que vayamos a estar gobernados en el medio plazo, y la sombra de una tercera convocatoria electoral se acerca en medio de un tedioso bucle diario de arrogancia e irresponsabilidad. De acudir nuevamente a las urnas en diciembre, lo lógico sería que los líderes políticos de los cuatro principales partidos, vista su inoperancia e incapacidad para el acuerdo, se sacrificasen en pos del bien común. Pero lo lógico, como sabemos, en este país nunca ocurre.— Roberto Herranz Martín. Talavera de la Reina (Toledo).
El PSOE y el PP han logrado acuerdos con Ciudadanos. Entonces, ya que estos acuerdos no han servido para formar un Gobierno, me pregunto si no sería posible lograr un Gobierno de coalición de estos tres partidos bajo la presidencia de un candidato de Ciudadanos o de un independiente acordado por los tres.— Bernard Arthur Evans. Espartinas (Sevilla).
No entiendo nada de lo que está pasando en el Congreso. No sé si habrá terceras elecciones. Soy italiano, conozco bien el teatro político, los enjuagues, los acuerdos inverosímiles, etcétera. Pero esto me supera. Me supera Rajoy, me supera Pedro Sánchez, me supera Pablo Iglesias. Pero el que más, Albert Rivera. ¿Hacia dónde va? Primero, sí. Luego, no. Luego, quizás nos hayamos equivocado. Primero, sacrificio patriótico. Luego, sacrificio no viable, “buscad a otro candidato”. Primero pacto, luego ruptura. Primero con Sánchez, luego con Rajoy. Me parece que he vuelto a mi país.— Marcello Caprarella. Madrid.
Es una vergüenza que este Gobierno en funciones nos quiera hacer comulgar con ruedas de molino con el nombramiento de Soria como director ejecutivo del Banco Mundial. Menudo enchufe, con un sueldazo libre de impuestos. ¿Cómo tiene tanta cara este Gobierno con los defraudadores y corruptos que tienen a sus espaldas? Nos toman por tontos e ignorantes. Solo saben apretar y no nos dejan protestar. Menuda soberbia.— Luisa Pascual Gil. Tres Cantos (Madrid).
