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Un poema para defender los derechos de los LGTBI

Lee Mokobe es un poeta sudafricano que ha convertido su experiencia de discriminación como “negro, pobre, queer, transgénero” en poesía comprometida

Carlos Bajo (Wiriko)
Lee Mokobe en una imagen cedida por él mismo.
Lee Mokobe en una imagen cedida por él mismo.

Lee Mokobe se ha puesto delante de un auditorio y ha explicado cómo se siente un joven que se enfrenta a un entorno en el que no se acepta que se sienta como un chico a pesar de haber nacido con un cuerpo de chica.

Fui un misterio anatómico, una pregunta que se quedó sin respuesta, un caminante por la cuerda floja entre el niño torpe y la niña que pide disculpas. Y al cumplir los 12, la fase muchacho dejo de parecer encantadora. Encontró tías nostálgicas que querían verme las rodillas a la sombra de las faldas y me recordaban que mi actitud nunca iba a traerme un marido en casa, que yo existo para el matrimonio heterosexual y la procreación. Y me tragué sus insultos junto con sus afrentes. Naturalmente, no salí del armario.

Es un fragmento de la historia de Lee. La que contó durante el evento TEDWomen2015 en la ciudad californiana de Monterrey. Habría que decir, más bien, la que declamó. Lee Mokobe es un poeta sudafricano de 21 años, apenas 20 durante la conferencia, afincado en Estados Unidos y que se ha convertido en uno de los estandartes de la lucha por los derechos del colectivo LGTBI.

Su poesía en la iniciativa TED ha superado ya el millón de visualizaciones y así es cómo ha explicado al mundo cómo se siente un joven transexual y cómo se enfrenta a un entorno hostil. También, aunque no está en su poema, Lee Mokobe transmite su compromiso durante su actuación. Sí, Lee es un artista comprometido. “Creo que cuando tocas las emociones de alguien, cuando apelas a la conciencia de alguien, le estás empujando a posicionarse, a dar una respuesta y habitualmente lo hace con mucha humanidad. Cuando creas arte que incite a una respuesta, obligas a las personas a ser introspectivas, a mirar dentro de sí mismo y de los demás para encontrar una solución”, explica Mokobe, para justificar su convicción en el poder transformador del arte.

Mokobe ha elegido la poesía declamada como su forma de expresión y de lucha. Los motivos por los que ha optado por este género, que se consolida con fuerza en las ciudades africanas, aparecen de manera sencilla en sus explicaciones: “Hablando honestamente, el arte de transmitir historias a través de la oratoria ha existido a lo largo de los tiempos. Mis ancestros compartieron relatos de dolor, de triunfo y enseñanzas morales alrededor de hogueras. Yo he intercambiado ese entorno por el escenario, pero el antiguo concepto permanece igual. Recitar es una forma de expresarse y de relacionarse con el mundo. Cualquier manifestación artística está pensada para expresar las emociones del individuo, esta también. Es expresión libre.

Es un tipo menudo, delicado y de cara aniñada, pero al mismo tiempo expresa determinación y da la impresión de que Lee Mokobe es brutalmente honesto. Así al menos responde a todas las preguntas, por ejemplo, cuando se le interroga acerca de su experiencia personal, íntima. “Soy negro, pobre, queer (no heterosexuales) y transgénero. Todo eso ha condicionado mi trabajo. Es difícil tener una existencia como la mía y no enfrentarse a la injusticia en cualquiera de sus formas. Escribir sobre ello me sirve para que esa injusticia sistémica y social no me derrote”, confiesa el poeta. Como sudafricano afincado en Estados Unidos también encuentra algunas diferencias: “En Estados Unidos, los poemas que hablan sobre los problemas sociales se hacen habitualmente virales y tienen mucha influencia porque los artistas influyen en la opinión pública. En Sudáfrica, también pasa pero en otra escala, todavía un poco incierta. El efecto dominó de la poesía, su capacidad para provocar cambios, es todavía escaso, pero va creciendo a pasos agigantados. He denunciado muchas situaciones de injusticia en Sudáfrica y quizá alguien pueda pensar que desprecio a mi país. En realidad, me encanta Sudáfrica, lo que no me gusta es cómo se trata a los desfavorecidos”.

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Este joven, que se ha hecho conocido a través de las redes por su defensa de los derechos del colectivo LGTBI, no se considera un militante, sólo una persona “que recuerda sin complejos que somos humanos, cada uno con sus particularidades”. A pesar de esos matices está convencido de llevar adelante su combate. “¿Cuándo has visto glorificar a personas que han luchado por sus derechos?”, se pregunta el poeta. “En ningún momento de la historia los oprimidos han sido alabados hasta que no han ganado, mientras tanto son, sistemáticamente, cabezas de turco, los enemigos de la sociedad”, concluye.

Corren tiempos duros para el colectivo LGTBI en África, con el endurecimiento de las leyes que les persiguen en muchos países del continente. Sin embargo, nunca hasta ahora los defensores de sus derechos han hablado tan alto, nunca sus reivindicaciones han sido tan públicas, nunca ha habido tantos artistas comprometidos dispuestos a utilizar su popularidad para dar voz a este colectivo. “A medida que los Gobiernos se vuelven más intolerantes contra las personas del colectivo LGTBI, los miembros de estos colectivos se ven obligados a unirse y a reivindicar para sobrevivir”, explica Mokobe. Y añade: “El maltrato a la gente diferente es un problema de respeto de los derechos humanos y hasta que no sea considerado así, no parará de haber actuaciones, discursos o protestas a cualquier nivel”.

De la misma manera, los raperos y los poetas se han ido convirtiendo en auténticos ídolos para la juventud africana, sobre todo la urbana. Su prestigio social y ascendencia les han convertido en modelo para muchos. Lee confiesa que es consciente de esa situación, pero que le resulta “muy duro”. El joven poeta no quiere cargar con esa responsabilidad: “A mí me gusta vivir sin complejos mi vida y mis sueños y es difícil hacerlo pensando que a veces le puedes fallar a alguien, que algunas personas se pueden sentir decepcionadas por algo que hagas. Pero a la vez creo que es importante aprovechar mi visibilidad para que algunos jóvenes sepan que hay más gente como ellos y que pueden habitar todos los espacios del mundo”.

Es difícil tener una existencia como la mía y no enfrentarse a la injusticia en cualquiera de sus formas

Lee Mokobe

Mokobe ha tenido reconocimientos y premios, pero sin duda su aparición en las charlas TED es lo que ha terminado de hacerle popular. “Es cierto que ha cambiado, en parte, mi entorno. Tengo mucha más visibilidad y hay gente que se fija en mí para entender mi experiencia y, quizá, para tratar de conocerse mejor a sí mismas. Hay gente que no era consciente de que hubiese personas transgénero en Sudáfrica, hasta que mi charla en TED no se difundió por internet. Eso ha ayudado a dar un sentido de comunidad que si no, no hubiese sido posible”, comenta.

Ahora, Lee está afincado en Estados Unidos y tiene un nuevo reto. Se ha propuesto “legitimar mi condición sexual”, según él mismo expresa. Mokobe es todavía muy joven y por eso trata de orientar sus esfuerzos en dos sentidos, por un lado, mejorar su técnica y sus condiciones artísticas. Pero, por otro, aprovechar su popularidad para beneficiar a los demás. “Estoy trabajando duro”, revela, “para mejorar como artista y mejorar mi formación. Y estoy trabajando duro porque, cuando lo consiga podré conseguir becas para jóvenes aspirantes a escritores sudafricanos”. “Por primera vez en años, me he dado cuenta de que debo trabajar para mejorar yo, con el objetivo de poder ayudar a otros en un futuro próximo”.

* Wiriko es una asociación cultural que tiene como objetivo la difusión de las manifestaciones artísticas y las culturales africanas contemporáneas. Desarrolla actividades de divulgación a través de un magacín en internet y de formación mediante un Aula Virtual.

Sobre la firma

Carlos Bajo (Wiriko)
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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