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FIERAS DIVINAS
Columna
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La pulpa

Moraleja: disfruten la pulpa sin culpa, que el invierno no existe

La cantante de samba Carmen Miranda.
La cantante de samba Carmen Miranda.

La fruta de verano, ¿no es deliciosa? Ya empezó el festival de sabor, olor y color que muestra lo bella que es la vida. Nísperos y albaricoques alegran mis mañanas y pronto lo harán también las sandías. El agua corre libre por los campos y la vegetación exuda una lujuria verdosa. Recuerdo cómo me gustaba colgarme cerezas de pendientes cuando yo era niña y mi lóbulo, virgen. ¡Me parecía tan femenino! Corría por el huerto de mis abuelos cual pequeña ninfa inocente, juguetona y alegre. Me encantaba perseguir barquitos improvisados en las acequias y rescatarlos antes de que se hundieran en la misteriosa fosa de musgo y ranitas que conducía a la mar eterna. Mientras, la familia entera digería bajo las moreras una magnífica paella. Como canta el aria de Gershwin en Porgy & Bess, “En verano la vida es fácil, los peces saltan y el algodón está de subidón” (traducción libre).

Eran tiempos muy frutales. Las canciones de verano hablaban de limones y limoneros enteros, y de una tal Juanita Banana que quería triunfar en la ópera italiana. Bailar Chica chica boom chic al estilo de la simpatiquísima Carmen Miranda era bello y natural, y ser fresca, una cualidad. Cuando empecé a madurar, las palmeras vieron en mí una joven diosa de la fertilidad. El que quiere fruta, trepa al árbol, pero a mí me llovían dátiles y plátanos. Los besos de tamarindo se me subían a la cabeza (todavía lo hacen). Me dieron a probar un extraño batido de aversión y deseo. Obedeciendo al clima social, perforé el lóbulo de mis orejas. Caí del paraíso. ¡Vaya piña!

Me alegró el retorno del ardor veraniego en la reciente moda de los estampados tropicalia, pero ¿saben que este look responde a la afluencia de dinero narco proveniente de países tropicales de América? Lo reveló la gurú de tendencias Nelly Rodi en el Museo del Diseño de Barcelona. Desvergonzadas versus sinvergüenzas, la artista norteamericana Stephanie Sarley ha puesto el dedo en la fruta y, a su pesar, se ha armado una macedonia en Instagram. (Escandalizar en la conversación global de las redes resulta tediosamente fácil, pero te da a conocer). Sarley ha rodado vídeos mostrando mitades de kiwis, mandarinas, pomelos, naranjas sanguinas, papayas, chirimoyas, limas, limones, melones y fresas. Sus dedos acarician las pulpas y, suavemente, les entran. De las frutas surgen, sugerentes, apetitosos néctares y jugosas simientes. Poder, amor, humor, sexualidad femenina y absurdo, vuelve banana a más de uno. Moraleja: disfruten la pulpa sin culpa, que el invierno no existe.

@patriciasoley

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