Un contrato dudoso
Soy investigador del CSIC, que depende del Ministerio de Economía. Pocos meses antes de las elecciones de diciembre, se firmó un contrato con una agencia de viajes para que ésta gestionara en exclusiva todos los viajes de trabajo de todas las Administraciones públicas, con el argumento de que suponía controlar y racionalizar el gasto y facilitaba la gestión. En el CSIC, los viajes de investigación (congresos, reuniones, estancias) son tan frecuentes como necesarios. Después de varios meses, el resultado es desolador: los precios ofrecidos por la agencia son entre un 20% y un 50% más caros que la media, y la gestión de los viajes, al menos en el CSIC, es tan complicada que la inversión de tiempo y esfuerzo por parte de los investigadores resulta agotadora. Me pregunto si la finalidad última del contrato en exclusiva, más que controlar y racionalizar el gasto, pudiera ser, en realidad, otra.— Francisco Javier del Barco del Barco.