Tuiteros y tertulianos
¡Qué lamentable espectáculo diario el de los mensajes de Twitter en el faldón de la pantalla de televisión! Toda una vida dedicada a la docencia, al fomento del uso correcto del idioma como vehículo de comunicación del pensamiento y el sentimiento, al matiz fonético, gramatical y semántico que enriquece la comunicación interpersonal, y ahora toca soportar este infierno de anarquía lingüística del todo vale: ni corrección ortográfica y acentual, ni correlación de tiempos verbales, ni respeto a la transitividad-intransitividad verbal, ni sensibilidad ante el anglicismo generalizado, usos preposicionales aberrantes por doquier, muletillas, vulgarismos, groseros tacos y lugares comunes que apenas aciertan a cubrir las carencias de quien habla más que piensa… ¿Participación informativa democrática es quizás esto? ¿A quién interesa esa opinión ajena, desinformada, visceral, vulgar, a bote pronto y sumarial, mal formulada, soez frecuentemente y peor escrita? ¿Hemos cometido algún delito los lectores, oyentes o videntes para merecer tal pena? O tempora! Ubinam gentium sumus? Ha llegado la hora del cultivo exitoso de la ignorancia, de la antiescuela, de la pontificación lingüística de los políticos que ex cathedra sancionan lo políticamente correcto aunque sea lingüísticamente horripilante.— Heliodoro Fuente Moral.