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Un día como hoy, usted escribió en Facebook la frase más boba de la historia

La red social destapa el baúl de los recuerdos virtuales. Y vuelve a darnos una lección

Hace más de 40 años Karina buscaba en el baúl de los recuerdos a ritmo de la-la-la. Hoy, si queremos echar la vista atrás es suficiente con tener perfil en Facebook, plataforma que ya cuenta con casi 1.500 millones de usuarios en todo el mundo.

Desde el pasado mes de marzo, la madre de todas de las redes sociales activó una nueva función bautizada con el evocador nombre de Un día como hoy (On this day). La aplicación se encarga de recordar al usuario qué publicó tal día como hoy hace un año, o dos, o siete. Otro modo de acceder al contenido nostálgico pasa por pinchar sobre Ver tus recuerdos cuando un contacto publica en su muro esos momentos del pasado. Este canto a la añoranza plantea ciertos riesgos.

En poco tiempo, se hizo evidente que el "algoritmo cruel", que es como se llamó al sistema responsable de rescatar de la memoria virtual nuestros recuerdos, carecía del toque humano que podía evitar que su expareja reapareciera sin previo aviso en su vida o que la fotografía de un familiar fallecido en los últimos meses le hiciera revivir momentos dolorosos de forma involuntaria.

Como no podía ser de otra manera, Facebook tomó cartas en el asunto y lo zanjó rápidamente, permitiendo al usuario que sea él el que decida, a través de filtros de fechas y personas, quién reaparecerá en su muro y quién no.

Más gasolina (emociones) al fuego

Todos los cambios que introduce Facebook están pensados para agradar al usuario y que, en última instancia, permanezca más tiempo en la red social" Andreas Schou, consultor y cofundador de Social Ocho

¿Recuerda el día en que uno de sus post del pasado irrumpió en su muro? ¿Le gustó o le horrorizó? Poco importa que fuera una cosa o la otra, lo realmente relevante (especialmente para Facebook) es que pasó un ratito más en la red, lo que se traduce en el silogismo: más tiempo de navegación, más ingresos por publicidad. "Todos los cambios que introduce Facebook están pensados para agradar al usuario y que, en última instancia, permanezca más tiempo entre Likes y Shares. No debemos olvidar que en Facebook, el producto es el usuario. Así que sus desarrolladores harán todo lo posible para que pase cada vez más horas buceando entre contenidos", argumenta Andreas Schou, consultor y cofundador de Social Ocho.

Para lograrlo, una herramienta fundamental es el uso de las emociones. Al menos así lo afirma el experto en redes sociales, quien sostiene que "incluir contenidos emocionalmente excitantes aumenta nuestra atención, por lo que apelar a las emociones es ideal para mejorar la eficacia de la comunicación". Además, asegura que no importa que sean emociones positivas o negativas, ya que, "ni las unas ni las otras nos dejan indiferentes y siempre estimulan la interacción".

En este sentido, una de las emociones más eficaces es la nostalgia. Desde el punto de vista del fortalecimiento del vínculo entre el usuario y la red, hacernos recordar momentos importantes de nuestra vida es infalible. "Se podría decir que si los contenidos son la leña de la hoguera, las emociones son la gasolina que hace arder (crecer) las redes sociales", compara el experto.

El efecto positivo de la conexión

¿Tal día como hoy hace un año se intercambiaba anillos con su actual marido? ¿Saltó por primera vez en paracaídas el pasado mes de diciembre? ¿La última cena de Navidad de empresa fue, con diferencia, el mejor momento del año? Rememorar esos momentos al tiempo que se comparten también es bueno desde el punto de vista de la psicología. Así lo afirma Alicia López de Fez, fundadora y directora del Centro de Psicología López de Fez: "El ser humano necesita recordar en soledad, pero también compartir sus recuerdos. Una vida no compartida es una historia no vivida", afirma la psicóloga.

Al estar interactuando continuamente, las personas se sienten protagonistas y muchas de ellas olvidan su soledad" Alicia López de Fez, psicóloga

Precisamente, compartir momentos, pensamientos o emociones es la razón de ser de las redes sociales. "Al estar interactuando continuamente, las personas se sienten protagonistas y muchas de ellas olvidan su soledad", explica la especialista, quien, aunque ve con buenos ojos el uso de Facebook y alaba sus beneficios para la salud mental, también advierte de que "si nos limitamos a expresar nuestras emociones a través de la red podríamos perder la habilidad de hacerlo en vivo y, en consecuencia, acabar en el aislamiento". En efecto: es un arma de doble filo.

¿Eso dije yo?

Pero volvamos al componente nostálgico. Hasta ahora, cuando subíamos una fotografía a Facebook, nuestra única intención era compartir ese momento, sin más pretensiones que mostrarlo al mundo en un instante. Un impulso que quedaba satisfecho ipso facto y que, en poco tiempo, se desvanecía. Lo que nadie esperaba era que Un día como hoy recupera de la memoria virtual esa fotografía (recuerdo) sepultada entre otras gracias virales. La fórmula, según cuentan los expertos, es magistral: nostalgia más compañía. Como rememorar ese viaje de estudios con sus amigos de Facultad trece años después. ¿A que nunca es suficiente? La diferencia reside en que en la tradición oral vamos moldeando la historia, pero Facebook muestra los hechos tal y como ocurrieron, incluso un comentario en el que ahora no se reconoce o una foto que no entiende cómo pudo compartir. Esa falta de sintonía es natural. Lo explica López de Fez: "La huella de la memoria siempre está impregnada de emociones. Recordamos las sensaciones, pero no las imágenes o las frases exactas".

En cualquier caso, los recuerdos son beneficiosos, procedan de un algoritmo o de una vetusta caja de fotografías. Nos roconozcamos en ellos o no. "Hay que incorporarlos a nuestra historia global. Integrarlos significa reconciliarse con la trayectoria personal, con lo bueno y con lo menos bueno, y aceptarla plenamente. Se trata de un gran reto de madurez personal", concluye la psicóloga. Gracias, Facebook.

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