Boda y divorcio
He decidido desconectar un ratito del Apocalipsis Now de Cataluña. O eso, o la muerte súbita por aburrimiento supino
Me van a perdonar que esta semana me vaya por los cerros de Mairena del Alcor (Sevilla) y me escaquee de significarme sobre el Apocalipsis Now de Cataluña. Doctores tiene el Colegio de Tertulianos de Oficio y Beneficio, y yo estoy expedientada por no tener una opinión inamovible sobre nada ni nadie, requisito indispensable para destacar en el colectivo. No es que eluda la responsabilidad social que se le exige al columnista medio en estas encrucijadas históricas, que también. Pero es que, a estas alturas de la desconexión unilateral de la mitad de los catalanes de la otra y del resto de España por las santísimas gónadas de los señores y señoras independentistas, quien ha decidido desconectar un ratito es la que firma. O eso, o la muerte súbita por aburrimiento supino. O viceversa.
Además de El Cataclismo, suceden otras cosas ahí fuera. La boda de Eva González y Cayetano Rivera, entre otras noticias del siglo. ¿Que quién? Venga, a otra con esa presunta ignorancia de eremita. Una ex miss España y un extorero que se han casado en el pueblo de ella después de años de convivencia, una melodramática ruptura y un reencuentro de película. O sea, la vida en verso. Fíjense si será bombazo que ¡Hola! ha sacado dos ediciones en cuatro días con el evento. Para amortizar la exclusiva que le ha pagado a los novios, de acuerdo. Pero si alguien vende la moto es porque alguien la compra, yo la primera. Nos gusta una ceremonia, una foto épica, un vídeo para la historia, aunque sea falso. Hoy termina en Madrid el Festival Internacional de Cine de Bodas, en el que España es líder planetaria. Ya sabemos que esos documentos son tramposos, un tributo a la vanidad, una pantomima, una égloga a mayor gloria de los novios y los suyos. Pues como el divorcio de sus compatriotas que han escenificado Mas y Baños de cara a su galería sabiendo que es nulo ante el resto del orbe. ¿Ven? Ya me he mojado a lo tonto.