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Tentaciones
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Malena Pichot: la loca de mierda quiere conquistar España

Saltó a la fama en YouTube y ahora es una de las cómicas más famosas de Argentina. Este sábado actúa en el festival 'Princesas y Darth Vaders' de La Casa Encendida

“La loca de mierda está en todas nosotras”. Así terminaba el video que catapultó a Malena Pichot a la fama. La historia ficcionada e hilarante de su propia tragedia personal. La de una chica dejada por su pareja que en vez de dedicarse a llorar por las esquinas, atiborrarse a helado y chocolate y plantarse ojerosa delante del televisor a engullir una comedia romántica tras otra como los cánones sociales femeninos dictan, decidió hacer todo eso, sí, pero delante de una cámara, para quitarse poco a poco la pena arrancándonos a nosotros risas.

El primer video de La loca de mierda fue subido a Youtube el 30 de agosto de 2008. Dura apenas dos minutos y medio y tiene una descripción concisa y al grano: “sos una mierda seca”. “El problema que tenemos las mujeres” dice “es que nos define el tipo con el que estamos. A mí me dio tanta vergüenza que me pasara eso, para mí fue tan humillante y tan vergonzoso, que lo llevé al extremo haciendo los videos”.

Ahora es imposible hablar de Malena Pichot sin hacerlo también del feminismo, pero ese 30 de agosto, ni siquiera se consideraba a sí misma feminista. “Pero por falta de información, porque sí tenia muchas cuestiones de genero claras desde muy chica”. Fue antes de que le ofrecieran la oportunidad de llevar su historia a la MTV latina. Antes de crear Por ahora, una serie para Cosmopolitan. Antes de originar sketches con tendencia viral para Cualca en la televisión argentina. Antes de trabajar con Campanella en El hombre de tu vida. Y antes de ponerse delante del público con sus propios monólogos.

Un video de dos minutos y medio, dice Malena, que “me salvó la vida”. Atrás quedaban los estudios y los trabajos tristes en oficinas: había encontrado la forma de convertir el desamor en su propia auto realización. Siete años después, La loca de mierda no está solo en todas nosotras. Este fin de semana, por fin, estará también en España. El sábado 24 la podremos ver en Madrid dentro del festival Princesas y Darth Vaders de La Casa Encendida y el día 7 de noviembre actuará en el Teatro Goya de Barcelona dentro de la 5ª Semana del Humor Latinoamericano de Casa América Catalunya. Además, no viene sola, lo hace acompañada de Charo López, con la que también comparte escenario en Buenos Aires con el espectáculo Persona.

Malena no sabe, o no le sale, convencernos para acudir a verla. “Soy muy mala vendiéndome. Somos dos pibas que hacen humor y ya”. No le gusta hablar mucho de su propio trabajo en los escenarios. Asume (con razón) que hay suficiente material suyo ahí afuera (sólo en su propio canal de Youtube tiene cientos de videos propios) para que determinemos por qué ir y qué nos espera.

"Se puede hacer humor de cualquier tema. La cuestión es el objetivo"

Sí es más vocal, no obstante, para hablar del humor de los demás. O, para ser más justos, del estado del humor (y más específicamente, de la escena del monólogo) en Latinoamérica. “En América, la comedia está muy atrasada porque tenemos una trayectoria misógina y simplista del humor” dice. “No quiero que parezca que digo que todo es una mierda, hay excepciones, pero sí creo que a nivel popular es una mierda. No hay conciencia de nada, no hay conciencia social en ningún sentido y creo que ese es el problema mayor del stand up y del humor en general en Latinoamérica”.

No es una cuestión exclusiva de su entorno cultural. Por cada Miguel Noguera que hay en España, docenas de cuñados metidos a cómicos se plantan, micrófono en mano, a arrancar carcajadas a golpe de escupir tópicos y malas palabras. “Hay maneras de usar la ordinariez para decir algo más”, comenta. La clave del asunto parece estar en para qué usamos el humor. Cuál es la función de eso que contamos y para qué. “En general te preguntan cosas como ¿cuál es el límite del humor? ¿De qué cosas no puedes hacer chistes? En realidad hay que diferenciar tema y objetivo. Se puede tocar cualquier tema. Puedes hacer chistes con la prostitución, con la homosexualidad, con las violaciones, con todo. Todos los temas se pueden usar. La cuestión es el objetivo. Si el objetivo es reírte de ellos, es ridículo. Si el objetivo es reírte de los homofóbicos, bien”.

"Me gusta pelearme en Twitter, lo disfruto"

A ella le encanta Seinfeld y Sarah Silverman, Amy Schumer y Kristen Schaal. “Todos los obvios” dice. Como Louis CK o Muchachada Nui (sí, resulta que el humor chanante no tiene problemas a la hora de traspasar fronteras). Sin embargo, considera que internet es donde se están haciendo las cosas realmente interesantes ahora mismo. Ella lo debe saber mejor que nadie, porque no se pierde una. Tiene (y muy bien alimentados) canal en Youtube, cuenta en Twitter, en Vine, en Instragram… “Internet te ofrece que te ve todo el mundo en cualquier momento. Y por supuesto tengo el control de todo lo que pasa”. Es probable que aquí resida la clave de su éxito. El por qué ese pelotazo de La loca de mierda se ha convertido tantos años después en un fenómeno consolidado. El control absoluto de su obra y mensaje, por encima de otros alicientes, incluido el económico. Malena, dice, no trabaja en situaciones que no pueda controlar. “Tengo muy claro lo que me gusta y lo que no me gusta y eso es una gran ayuda. Si algún día no tengo más público, bueno, no funcionó, pero nunca sufrí. Hice lo que quería hacer y lo que creía que era lo mejor, y eso te deja tranquila”.

Y sí, ese control pasa por expresarse, directamente, a través de las redes sociales. Incluso cuando los troles llaman a su Twitter: “Me gusta pelearme, lo disfruto”, dice. “Hay algo muy relativo y muy efímero en esa gente que te insulta en Twitter. Es muy de mentira y después de tantos años ya no me afecta”. Ella lleva mucho tiempo usando sus redes sociales como altavoz desde el que compartir preocupaciones, pensamientos y cuestiones feministas “Trato de explicar todo sencillo, rápido y fácil. Y es un buen ejercicio explicar conceptos complejos sobre cuestiones de género en las redes sociales”.

Es innegable que el debate sobre la desigualdad de género jamás ha estado tan candente como ahora. Hace cinco años era impensable escuchar a la plana mayor de Hollywood discutir su percepción de los roles de género, ver a mujeres célebres plantarle cara a preguntas machistas o contemplar estupefactos pero estáticos a la mayor estrella musical del planeta (y aquí mencionamos a Queen Bee, aunque de las declaraciones feministas de Taylor Swift también podríamos hablar) posar orgullosa delante de un cartel que rezara en letras gigantes "Feminista". Está claro, comenta, lo diferente que va a ser todo para la generación que viene. La del acceso constante a internet en la que niñas de 15 años pueden encontrarse al día cinco memes diferentes con la definición de feminismo. Son las mismas que descubren sus posibilidades más allá de los roles de género que la sociedad les ha impuesto gracias, entre otras muchas cosas, a mujeres como Pichot que trabajan esta percepción social con su humor.

"No tienes nada que opinar sobre mi cuerpo. A mí no me suma que nadie me diga que soy linda"

Malena no tiene paciencia para los tibios. Ni para los que no quieren escuchar. No comprende por qué las estrellas de Hollywood necesitan irse a África para entender lo que es la pobreza “¿Realmente necesitaste coger un avión, irte hasta allá y verlo para entenderlo? Te lo explico yo y lo entendés”. No tiene miedo de pelearse ni de expresarse. No le preocupa no gustar, ni que los neo machistas se inventen términos ridículos como “hembrismo” o “feminazis” y le digan “qué feminismo está bien y qué feminismo está mal”. Ella no quiere que la llames bonita si te la cruzas, “no tienes nada que opinar sobre mi cuerpo. A mí no me suma que nadie me diga que sea linda” y como a Amy Poehler en esa anécdota que contaba Tina Fey en su libro Bossypants, le importa una mierda si crees que es mona o no. Ella está aquí para hacer humor. Y eso es lo único que importa.

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