Detener la guerra

¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora reaccionamos ante tanta petición de refugio fuera de las fronteras de un país que se ve reducido a escombros? ¿Acaso ha ocurrido así de repente? Por supuesto que no. Los conflictos con el Estado Islámico y otras bandas terroristas vienen ya de tiempo atrás en países como Siria, pero el primer mundo solo ha sabido reaccionar ante ellos cuando el problema penetra en nuestras propias fronteras. Las políticas más duras contra el terrorismo solo se han puesto en marcha en cuanto los atentados se producen en nuestras grandes ciudades (sin faltar el respeto a las víctimas) y las más humanitarias para los refugiados en cuanto estos llegan por miles y no a cuentagotas, suponiendo así un aparente desbarajuste administrativo el cual, ante la gran cubierta que se le da en los medios, puede suponer una vergüenza y a la vez una preocupación para nuestros líderes. Pero esto siempre ha sido así, pues nunca antes había sido tan importante detener la guerra en Oriente Medio ni las crisis sanitarias como el ébola lo fue en su momento. El tipo de cambio parece claro: una vida humana en el primer mundo equivale a miles en el tercero.— Mauro Bastón Piñeiro.