La brújula
El otro día, paseando por Barcelona, encontré un paquete abandonado. Me picó la curiosidad y lo abrí. Dentro había una nota en la que figuraba un nombre: Artur Mas. El paquete contenía una brújula, quisiera saber si él la ha tirado porque no le interesa saber dónde está el Norte o si alguien se la quería dar para que él supiera orientarse y extravió el paquete.
La cosa es que, por curiosa, ahora tengo un problema: no sé qué hacer con la brújula. Yo no quiero lo que no es mío. ¿Cómo se la puedo entregar a Mas? Soñar despierto no es bueno para aquel que lo hace, pero si el que lo hace es un político, es nefasto para la sociedad; luego prometen que van a bajar la Luna, cosa que es imposible. También tienen su responsabilidad quienes les creen estando despiertos.— Margarita González Rodríguez.