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“Nos vemos para el ‘sunset”

La costa sudoeste de Bali atrae a famosos, surfistas y mochileros

Margot Molina
Puesta de sol en Seminyak, Bali (Indonesia).
Puesta de sol en Seminyak, Bali (Indonesia).RIBEIRO DOS SANTOS

Decir sunset [puesta de sol] en Bali es casi un mantra. Propios y extraños se congregan cada día para celebrar el momento mágico cuando el astro se retira en esa parte del mundo bendecida por los dioses con una naturaleza exuberante y unas playas paradisiacas. “Nos vemos para el sunset”, se oye continuamente en la isla, la más turística de Indonesia. Para los locales se trata de un momento sagrado en el que realizan ofrendas a sus deidades y no pierden la oportunidad de agradecer al mar todo lo que hace por ellos con esos pequeños cestitos con arroz, frutas y sándalo. Pero también es la hora del descanso, de desconectar jugando un partido de fútbol o dándose un chapuzón. Mientras que los extranjeros —residentes y visitantes— aprovechan el broche dorado de la jornada para dejarse caer por los lugares de moda copa en mano o ponerse a bailar al son de famosos DJ’s.

La ceremonia se repite cada día pasadas las seis de la tarde y no hay mejor lugar que la enorme playa —unos 10 kilómetros— del sudoeste de la isla. Un arenal que va desde la ruidosa Kuta, en la que se dan cita mochileros y hippies trasnochados que persiguen olas, hasta la tranquila y casi virgen Canggu. Tamaña costa, una joya para surferos y bañistas, tiene para todos los gustos y los bolsillos. A medida que se avanza por la playa hacia el norte el bullicio de arenales como Double Six (plagado de escuelas de surf, restaurantes y tumbonas para masajes) desaparece para dar lugar a un paisaje natural, casi inalterado.

La isla entera se paraliza al atardecer. Contemplar el ‘sunset’ en el gran arenal de Bali junto a los lugareños es la mejor forma de acercarse a su espiritualidad.

La playa de Seminyak, con locales tan exclusivos como el Kudeta, es una de las más solicitados para despedir el día entre famosos. Y es que por este espacio, con modernas tumbonas mirando al mar y DJ’s internacionales, han pasado la cantante Ana Torroja, el actor Pepón Nieto, la actriz y presentadora Esther Arroyo o las exmodelos Cristina Piaget y Jacqueline de la Vega. Entre copa y baño, también se puede visitar el vecino templo de Petitenget, uno de los más importantes de la isla.

Después de la boda de Mick Jagger y Jerry Hall en 1990, Bali se ha convertido en objetivo de muchas parejas [aunque la mayoría han corrido la misma mala suerte que la del líder de los Rolling Stones] como Alejandro Sanz y la también modelo mexicana Jaydy Michel o la intérprete Christina Aguilera y el productor Jordan Bratman.

Más hacia el norte, en la playa de Batubelig, los chiringuitos en la arena sustituyen a los locales de lujo, y son ideales para disfrutar de una cerveza o un combinado. El gran arenal termina en Canggu, un lugar que hasta hace pocos años permanecía virgen y que ahora, a pesar de albergar varios hoteles de lujo, mantiene gran parte de su salvaje encanto.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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