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Los 'merfins' y otras 18 cosas que arrasan en las playas este verano

Qué 'snack' se consume, qué se bebe, qué es el 'flyboard', qué aplicación se utiliza más, qué funda de móvil... Esto es lo que está de moda en la arena

Esta es una de las cosas que no se deben hacer en casa: triple salto mortal con champagne incluido.
Esta es una de las cosas que no se deben hacer en casa: triple salto mortal con champagne incluido.Getty Images

Sombrillas, toallas y seres humanos con poca ropa (o sin ella) forman la fisonomía habitual de una playa, invariable de un año a otro. Sin embargo, cada verano las costas se convierten también en un barómetro de los gustos del momento, acogiendo diferentes tendencias que serán el último grito ese año y caerán en desgracia al siguiente o al cabo de dos. Gafas de sol, estilismos, utensilios digitales, deportes acuáticos, accesorios infantiles y hasta la clase de bebida que nos ofrece el vendedor ambulante también sufren los rigores de la moda. Si ya ha tenido ocasión de pisar la playa este verano habrá visto mucho de lo que enumeramos a continuación; si aún no ha tenido esa suerte, tome nota para que, llegado el momento, no se quede en fuera de juego.

Gafas de sol polarizadas, que son molonas y encima las recomiendan los especialistas

Jennifer Lopez ya tiene su kimono playero.
Jennifer Lopez ya tiene su kimono playero.Getty Images

Año tras año nos han ido conquistando hasta convertirse este 2015 en las lentes reglamentarias de todo bañista que se precie. Conocidas por algunos como “gafas de tronista” (las promocionan los participantes de Hombres, mujeres y viceversa), es de esos complementos con los que uno puede tirarse el rollo y decir que usa no porque estén de moda sino por sus beneficios, que realmente tiene: bloquean la luz reflejada mediante una lámina especial que se les ha añadido a tal efecto. Lo explica Enrique Orellana, portavoz del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España: “A diferencia de las gafas de sol tradicionales, estas usan un filtro que solo permite pasar los rayos de luz que giran en una sola dirección, de forma que elimina los reflejos que se producen, por ejemplo, en el agua. Y también protegen al ojo de la radiación que le llega, como las lentes oscurecidas”. Tienen algún inconveniente, apreciable cuando se mira algún objeto también polarizado, como las pantallas de algunos móviles: dependiendo de la inclinación de la pantalla puede darse el curioso efecto de dejar de verla.

El kimono gana al pareo

Esta es la mano de Beyoncé, que ha puesto de moda estas calcomanías de motivos dorados. Arrasan entre las chicas.
Esta es la mano de Beyoncé, que ha puesto de moda estas calcomanías de motivos dorados. Arrasan entre las chicas.

Cuando todos pensábamos que el pareo era la solución definitiva para acudir a la playa a medio vestir, resulta que hay una opción aún más sofisticada: el kimono. Liso o estampado, largo o con apariencia de camisa desabrochada, siempre vaporoso y ligero (y muy sugerente), ha sido la última apuesta playera de las principales firmas de moda. Inicialmente puede parecer un complemento femenino pero, como con el pareo, siempre hay voluntarios para probarlo. “El kimono se ha puesto de moda porque es una prenda sencilla, que por lo general tiende a un precio asequible”, sostiene la bloguera de moda Pilar Pascual del Riquelme (Lareinadellowcost.com). “Resuelve varios looks con una misma prenda. Para ir a la playa, para darle un toque diferente a un vestido e incluso para combatir el fresquito de la brisa nocturna”.

Pulseras inteligentes que te avisan si te quemas al sol

Con el sol pasa un poco como con las copas: uno nunca sabe exactamente cuándo se está excediendo. Y cuando se da cuenta ya es demasiado tarde. Menos mal que la última tecnología siempre está dispuesta a echarnos una mano. Algunas de estas pulseras tienen la apariencia de lujoso brazalete (como la de June; 129 euros), que mide la exposición solar y la envía al móvil con la recomendación pertinente. También las hay desechables (Smartsun: 7 euros el paquete de siete), parecidas a las pulseras de los festivales: hay que impregnarlas de crema, como nuestra piel, y nos indicará con cambios de color lo que la dermis necesita en cada momento (más crema o más sombra).

La actriz Amaia Salamanca practicando el 'paddle surf' y con las gafas polarizadas. Una chica a la ultima.
La actriz Amaia Salamanca practicando el 'paddle surf' y con las gafas polarizadas. Una chica a la ultima.Getty Images

Calcomanías doradas como las de Beyoncé

El actor Jesús Olmedo elevándose sobre el mar con el 'flyboard'.
El actor Jesús Olmedo elevándose sobre el mar con el 'flyboard'.Getty Images

Otro aviso para padres: es probable que su hijo o hija, incluso si es preadolescente, le diga que quiere hacerse un tatuaje. La visión de cuerpos tatuados en la playa resulta de lo más inspirador para los pequeños. Para complacerlos siempre podemos recurrir a los tatuajes temporales, que engloban una gran variedad de estilos, desde los que parecen los de verdad hasta esos en tonos metálicos (dorados o plateados) que imitan joyas y pulseras y que han sido vistos en la piel de Beyoncé en Instagram. Son como las calcomanías de toda la vida: se pegan con agua, no duelen y duran más o menos una semana.

Christopher con su madre en 'Supervivientes'. Dentro están Fortu y su novia, que han puesto de moda en las playas españolas la 'tienda nidito amor'.
Christopher con su madre en 'Supervivientes'. Dentro están Fortu y su novia, que han puesto de moda en las playas españolas la 'tienda nidito amor'.

Porterías hinchables para que nuestros pies no ardan

Como se sabe, uno solo puede disfrutar al máximo de la playa si tiene buenos pulmones: allí todo es hinchable. También las porterías de fútbol, accesorio indispensable si queremos echar una partidita con nuestros hijos (o los colegas) a media mañana. No son ninguna tontería: al disponer de red, nos evitamos tener que caminar 40 metros sobre la arena ardiente cada vez que marcamos un gol. No requieren un gran desembolso: a partir de 15 euros ya existen modelos pasables.

Definitivamente, es incómoda para andar, pero la aleta de sirena (o 'merfin') es la mar de exótica.
Definitivamente, es incómoda para andar, pero la aleta de sirena (o 'merfin') es la mar de exótica.Getty Images

Olvida el 'surf': este año mola el 'paddle surf'

¿Se ha fijado en esos temerarios que se adentran en el mar remando de pie? Están practicando paddle surf, stand-up paddle o surf de remo, una modalidad que nació en las islas polinesias en los años sesenta, cuando los instructores de surf se ponían de pie sobre la tabla para fotografiar a sus alumnos y tener una mejor perspectiva de las olas en el horizonte. “Esta año ha sido el petardazo”, dice Gerard Sánchez, de la escuela Delta Paddle Surf de Peñíscola (Castellón), que ofrece cursos de dos horas desde 35 euros. “Es un ejercicio muy completo en el que trabaja todo el cuerpo. Una vez que estás remando de pie, estimulas la coordinación y la estabilidad”, añade.

El bañador de neopreno, que, si tienes un cuerpo estilizado, queda así de bien.
El bañador de neopreno, que, si tienes un cuerpo estilizado, queda así de bien.

Baterías portátiles para (no) desconectar en vacaciones

Atrás quedaron los días en que nos íbamos de vacaciones para desconectar. Hoy, durante el veraneo, estamos igual de conectados que el resto del año o más. No es raro ir a la playa convenientemente provistos de smartphone, tablet, libro electrónico, cámara de fotos e incluso MP3 (para muchos, mejor opción que las plataformas de streaming cuando no hay conexión wifi disponible). Y quedarnos sin batería, incomunicados, a merced de la brisa y el sonido de las olas sería lo último que querríamos en nuestras vacaciones, ¿no? Para eso se han inventado los cargadores portátiles (también llamados externos o de viaje) que nos sacan del apuro cuando el móvil o cualquier otro artilugio con cable USB está en las últimas. Los hay del tamaño de un paquete de chicles y a partir de 20 euros.

Pones unas estacas a la toalla y, 'voalá', tienes una tumbona.
Pones unas estacas a la toalla y, 'voalá', tienes una tumbona.

Quiero ser como Fábregas y practicar 'flyboard'

De todos las modalidades deportivas que se pueden practicar, el flyboard es una de las más espectaculares. Esta mezcla de tabla de surf, moto de agua y manguera de bombero ha ganado muchos adeptos en muy poco tiempo. Muchos famosos se han atrevido a practicarlo, como el actor Jesús Olmedo o el futbolista Cesc Fábregas, quien fue avistado sobrevolando las aguas ibicencas enchufado a uno de estos artefactos a primeros de julio. Este deporte náutico se inventó en 2011 y consiste en conectar un extremo de una manguera de 20 metros de largo a la turbina de una moto de agua, y el otro a una tabla que, por la presión, sale propulsada hacia arriba. La gracia radica en eso: hacer piruetas por encima del agua y tirarse de cabeza cuando a uno le apetece. “Este mayo tuvimos el doble de clientes que en mayo del año pasado”, señala Denise Scalary, de Flyboard Malloca. Según ella, cualquiera que pese más de 45 kilos puede probarlo. “Normalmente en cinco minutos ya estás en la onda y ya vuelas”, asegura. La sesión de una hora cuesta 250 euros.

La funda piña. En efecto, si le das la vuelta aparece un móvil.
La funda piña. En efecto, si le das la vuelta aparece un móvil.

Tiendas de campaña individuales para utilizarlas en pareja, como hizo Fortu

¿Recuerda cuándo Fortu se encerró en una de ellas con su novia durante la emisión en directo de Supervivientes? El cantante de Obús solo estaba siguiendo otra de las tendencias de este verano. En teoría, estas pequeñas tiendas sirven para poder echar una cabezada al resguardo del sol, con más intimidad que bajo la sombrilla; en la práctica, de individuales nada: poder aprovecharlas en compañía es claramente el subtexto. Una un poco buena cuesta 75 euros; algunas llevan incorporada su propia sombrilla, a modo de porche.

Los 'merfins', o aletas de sirena

Bien pensado, no tiene mucho sentido, pues La sirenita se estrenó en 1989, pero el caso es que las sirenas han invadido las playas esta temporada. Si repara en grupos de niñas dándose trompazos por la arena se debe a este artilugio que generalmente consta de dos partes: unas simples aletas de buceo unidas formando una sola pieza y unos leggings a juego que imitan la piel escamada de Ariel. Su nombre oficial es merfins, y las auténticas, creadas por la nadadora australiana Kazzie Mahina (que se define como “una sirena real profesional”), cuestan 88 euros.

Oiga, reaccione, ¡que su hijo se está ahogando!

El Internet-de-todas-las-cosas es ya una realidad, y hoy es posible asegurarse desde el móvil de que su hijo pequeño no pasa más tiempo del necesario con la cabeza bajo el agua. Aplicaciones como iSwimband funcionan fijando un sensor en la cabeza del niño mediante una banda (se puede encajar en la goma de unas gafas de buceo), que nos enviará un estruendoso aviso sonoro al smartphone si el pequeño lleva sumergido demasiado tiempo. El paquete con la banda y el sensor cuesta 52,80 euros.

Este año, cuatro trencitas laterales

Si nuestras hijas no van al Caribe, el Caribe viene a nuestra hijas. Las trencitas, una costumbre en las playas exóticas, son obligadas en las nuestras desde hace años. Esta temporada la variante más demandada son el peinado de cuatro trenzas laterales, simétricamente distribuidas por la cabeza. Teniendo en cuenta que en hacer cada una se tarda por lo menos media hora, localice la terraza más cercana y siéntese a esperar.

Bañadores de neopreno, que no acaloran y estilizan

El look deportivo está de moda, así que ¿por qué no aplicarlo al traje de baño? La tendencia irrumpió en Inglaterra el verano pasado, cuando la edición británica de Vogue revistió a la modelo Kate Upton de este material de inspiración surfera (muy apropiado, por otra parte, como barrera de contención de su abultada anatomía), y de ahí se extendió a Estados Unidos y el resto del mundo. “El neopreno es un tejido que se está empezando a incorporar a los armarios, porque no da calor y además estiliza”, dice la bloguera de moda Pilar Pascual del Riquelme. Rosas o azules en tonos flúor con costuras en negro son los que más verá. “Resaltan el tono moreno de nuestra piel”, añade.

La revolución: las toallas-tumbona

En muchas zonas del litoral español ha empezado a proliferar este ingenio que permite lo que hasta ahora era imposible: acudir a la playa con tumbona y, sin embargo, con las manos en los bolsillos. Estas toallas pueden llevarse enrolladas y colgadas del hombro, extenderse sobre la arena cuando queremos tomar el sol, servir (cómo no) para secarnos y (aquí viene lo bueno) elevarse por uno de sus extremos, haciendo de respaldo para la cabeza, mediante un juego de estacas que hay que clavar en la arena. Las de la firma Origama se fabrican en Portugal, donde algo saben de toallas, y cuestan 44,90 euros.

¿Cruasán de dulce de leche en verano? Pues sí

A los vendedores ambulantes no se les escapa una, y saben que de un tiempo a esta parte a todo el mundo en este país le interesa la alta gastronomía. ¿Cómo conjugar ambas cosas? Pues ahora, además de las latas de cerveza frías y las bolsas de patatas fritas es posible que nos ofrezcan delicatessen como cruasanes caseros rellenos de dulce de leche. Por el módico precio de 1,50 euros estará usted pagando no solo el manjar sino la osadía de los vendedores, que tienen la furgoneta llena de bollos aparcada a 50 metros y son capaces de llevarnos hasta la toalla en tiempo récord estas y otras exquisiteces.

Mojitos veloces

La técnica es la misma, o todavía más compleja. Detrás del cóctel que a usted le sirven (a 5 euros) hay tres personas perfectamente organizadas: una encerrada en un piso aledaño elaborando los combinados a destajo, otra vendiéndolos a pie de toalla y una tercera pendiente de los movimientos de la poli para avisar a las otras dos y salir por piernas. En playas como la de la Barceloneta (Barcelona) llevan dos años funcionando y se les conoce como “mojiteros”. La policía los acecha porque considera que no cumplen las condiciones mínimas de salubridad.

Funda de móvil de piña, o de chancla

El agua del mar y el sol son fantásticos, pero que se queden lo más lejos posible de nuestro preciado smartphone. Para protegerlo de los posibles daños de la vengativa naturaleza, lo que se lleva es usar la clase de carcasa que uno nunca llevaría a una sala de juntas: con forma de piña, de helado o incluso de chancla. Que todo el mundo sepa que, aunque siempre ceñudos pegados al móvil, somos tipos con gran sentido del humor.

El masaje 'shiatsu'

El masaje relajante es año tras año el número uno en ventas, pero este 2015 le ha salido un duro competidor: el shiatsu. El auténtico consiste en realizar presión sobre puntos concretos del cuerpo con el objetivo de que los músculos se relajen. Bien aplicado, pude ayudar a combatir dolor de espalda, migrañas y rigidez del cuello.

Minions por todas partes

La película de animación del verano acapara el merchandising playero. Balones hinchables, tablas de surf, flotadores, manguitos, minipiscinas y colchonetas: todo lo que esté marcado con la imagen de estos personajes amarillos vuela de las tiendas. A diferencia de otros iconos infantiles, los Minions son unisex, aunque las niñas aún siguen perdiendo la cabeza por todo aquello que lleve impresas las caras de Elsa y Ana, protagonistas de Frozen.

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