_
_
_
_
Tentaciones
_
con j de joystick

El Comecocos nació de una pizza. Lo dice su creador

Toru Iwatani nos cuenta cómo creó cada elemento del PacMan, el mítico videojuego de 1980 que cumple 35 años

Helena Exquis

Toru Iwatani (Meguro, 1955) es un profe. De los que empieza a explicar cualquier cosa hablando en mayestático: “Imaginemos que estuviéramos en 1980…”. Es también el tío que ha creado el Pac-Man o Puck-Man, como lo llamaron en Japón. Ese que, según las cuentas de los expertos del arcade Twin Galaxies, es el videojuego de recreativos que más pasta ha recaudado de todos los tiempos, más de 2.000 millones de euros. Ese que cuando cumplió 30 años causó una pérdida de productividad en todas las empresas del mundo durante tres días porque a Google se le ocurrió encasquetarlo en un doodle jugable.

Iwatani, de visita en Barcelona por el congreso de videojuegos Gamelab, es lo contrario a una diva insoportable. Es un señor adorable, humilde al extremo y entusiasta incansable de su obra. Tanto como para sacar durante esta entrevista los dibujos de diseño originales que conserva escrupulosamente en una carpeta plastificada. “Toca, toca”, dice Iwatani, ofreciendo un pedazo de la sábana santa de los videojuegos. Pero aparte de tocar, queríamos saber cómo y por qué este crack del videojuego —que se retiró en 2007 de su compañía de siempre, Namco, para dar clases en la Universidad de las Artes de Osaka— diseñó cada elemento del Pac-Man. Esto es lo que contestó.

El quid de la cuestión

“Imagina una sala recreativa de los 80. Es un sitio lúgubre y oscuro, solo para chicos, donde se mataba a los marcianitos de los Space Invaders. Por aquel entonces no había consolas en casa. Si uno quería divertirse para jugar, tenía que ir a estos recreativos. Pero con este aspecto sórdido ninguna chica se pasaría por allí. Así que pensé en cómo hacer un videojuego que les interesara a las mujeres. ¿Y qué les interesa? Pues la moda, el amor… Pero es difícil visualizar eso. De pronto di con la palabra clave. ¡Comer! ¡Las mujeres comen! ¡Parecen tener un segundo estómago para los postres!”.

El comecocos

“El mismo día que se me ocurrió la idea de comer, me estaba pidiendo una pizza. Le arranqué un pedazo y por casualidad bajé la vista. Allí estaba. ¡Mi Pac-Man! ¡Ese tenía que ser el personaje de mi videojuego! Lo hice amarillo porque es un color neutro. No es como el azul o el rojo, que asociamos con conceptos muy concretos (hombre-mujer, etc.). Es un color universal, para todos. Para ese sonidillo que se oye cuando come, nos fijamos en mí. Hice esto: ‘Gokum, gokum’ [Iwatani traga exageradamente] y eso es lo que usamos [ríe]”.

Los fantasmillas

“Pac-Man va comiéndose estos puntitos, como galletitas. Pero debe de tener algún enemigo para que tenga gracia. Y ese enemigo también tiene que ser atractivo para las mujeres. Los monstruos, o fantasmas como los llamáis vosotros, no pueden ser algo verdoso y baboso, que de asco. Nos inspiramos para los colores en unos pastelillos muy populares en Japón, los sanrio, que los hiciera apetecibles”.

El Laberinto

“Vemos el laberinto en un solo plano porque el jugador tiene que entender el objetivo. Al visualizarlo entero, el jugador sabe que tiene que completar el recorrido y comerse todas las galletitas. ¿Y cómo te mueves en mi laberinto? Pues a ver, lo siento mucho, pero era algo para las mujeres, así que tenía que ser sencillo. Arriba, abajo, derecha e izquierda. Lo siento, lo siento mucho, pero es mi manera de expresarme [Iwatani cabecea varias veces para disculparse a la traductora y nuestra fotógrafa, que se ríen]”.

La sorpresa

¿Puede estar pensando aún Iwatani en cómo darle una vuelta de tuerca a su archiconocido Pac-Man? El maestro se saca el móvil del bolsillo y pone un vídeo. En él se ve a un tipo vestido con un traje clavado a los de Tron, de fondo negro y de contornos LED. Pero por entre esos contornos, de un brillante azul eléctrico, circula un Pac-Man. El cuerpo humano se ha convertido en el laberinto del Pac-Man. El Comecocos se ha hecho wearable. “Te tienes que mover como un bailarín. Pac-Man se desplaza por tus brazos, por las piernas, por la cintura. No tienes joystick. Tu propio cuerpo es el joystick”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_