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Columna
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Alma

Si aceptamos que el alma pesa 21 gramos, ¿de qué depósito extrae Dios tal cantidad de materia?

Manuel Vicent

¿Cuánto pesa un alma? El doctor Duncan MacDougall, de Massachusetts, en 1901 realizó el experimento de pesar con una báscula extrasensible a muchos pacientes inmediatamente antes y después de morir. Como el cadáver pesaba siempre 21 gramos menos, cosa que no sucedía con los animales, llegó a la conclusión que esa diferencia era el peso del alma humana, que acababa de abandonar el cuerpo. Según la cultura judeocristiana el alma la infunde el Creador y los grupos ultra católicos afirman que este hecho se produce en el instante de la fecundación. Cuesta admitir que un embrión microscópico pueda soportar esa carga. Si aceptamos que el alma pesa 21 gramos, ¿de qué depósito extrae Dios tal cantidad de materia? Por otra parte, en los casos en que el embrión se divide para formar gemelos, tendrá que dividirse también el alma o tal vez será Dios quién repare el error con una segunda donación. Desgraciadamente se producen cada día millones de abortos naturales o no, de modo que las almas podrían salir con el embrión a través del cuello uterino hacia el desagüe o traspasar la pared del cuerpo femenino y empezar a volar por el universo. De cualquier forma, sería interesante saber adónde se dirigen. Si se tiene en cuenta que a los abortos hay que añadir la alucinante cantidad de muertos que se han producido desde Adán y Eva, sin duda, el peso de todas las almas supondría miles de millones de toneladas. Puede que esas almas formen en el espacio un arsenal capaz de ser reutilizado y tal vez a esa masa espiritual reciclable se deba que el espíritu humano no cese de dar vueltas sobre sí mismo sin destino, con las almas ya usadas, nobles o encanalladas. Alma también se dice del hueco o parte vana del cañón de un arma. En este caso el alma no pesa nada, lo que pesa es la bala que mata.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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