¡A pitar!
Es el día. La gran final. La madre de todas las pitadas, perdón, finales. Nos acercamos al estadio, emocionados, exultantes, cuando se abalanzan sobre nosotros individuos con cajas llenas de silbatos de plástico para regalarnos un ejemplar a cada uno. Cuando yo te diga: pita; ¿vale? Vamos a pitar al Rey y a España. Se van a enterar, ¿de acuerdo? Que a nuestro honorable presidentle da la risa y se divierte mucho. Os voy a estar mirando. ¡A pitar!
Pero al dinero sucio y a la corrupción que hay dentro de vuestros clubes no los vamos a pitar. Tampoco vamos a pitar a que se haga todo un símbolo “nacional” a unos niñatos inflados a dinero que solo saben dar patadas a un balón. No, no, a eso no pitamos, ¿vale? Tampoco pitaremos a lo aberrante del negocio del fútbol y lo poco edificante que suele ser. Solo pitaremos a lo que yo os diga y cuando yo os diga. Y que sepáis, todo esto forma parte de nuestra lucha por “el derecho a decidir”. ¿Eh?— Francisco Irigaray.