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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Qué prioridad dan los partidos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

Construir el futuro que queremos requiere un fuerte compromiso político

El pasado 24 de mayo, los españoles elegimos a nuestros representantes en los ayuntamientos y en una gran parte de nuestras comunidades autónomas. La crisis económica y el paro, así como los cambios en el escenario político tradicional han marcado la agenda. Hay, sin embargo, un elemento común a éstas y otras preocupaciones igual de relevantes que merece una mayor atención por parte de los ciudadanos, los partidos y los medios de comunicación. Quienes han salido elegidos para gobernar nuestros municipios y autonomías serán quienes deban fortalecer y corregir las políticas públicas necesarias para hacer realidad los objetivos de desarrollo sostenible.

Tras un largo y participativo proceso de discusión, Naciones Unidas respaldará el próximo mes de septiembre la adopción de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con sus correspondientes metas e indicadores. Ya no se trata exclusivamente de una agenda pensada para la pobreza extrema y el subdesarrollo a los que, por supuesto, hay que vencer definitivamente. Se trata de una agenda integral, de cambio de modelo, que incumbe a todas las regiones del Planeta, de una llamada fuerte de atención para lograr una transformación colectiva que nos permita ganar en inclusión y equidad, en respeto ambiental, prosperidad económica y mejora social.

Construir el futuro que queremos requiere un fuerte compromiso político y el acierto en las decisiones a tomar. Hasta ahora, nuestra tendencia natural ha sido pensar en la vocación internacional de estos objetivos. Es obvio que la solidaridad internacional en un mundo interdependiente debe fortalecerse, pero después de la reciente cita con las urnas, conviene no olvidar la trascendencia de la dimensión local de esta agenda. Los 17 ODS incluyen la eliminación de la pobreza y el hambre, la mejora de la nutrición y la consolidación de la agricultura sostenible, la promoción de hábitos de vida saludables, la educación de calidad y accesible para todos, y la igualdad de género; persiguen asegurar el acceso a agua potable y a sistemas de depuración, así como el uso racional y sostenible de los recursos hídricos; garantizar energía sostenible para todos; promover modelos económicos incluyentes y trabajo decente, infraestructuras adecuadas e industria e innovación acordes con estos patrones; reducir las desigualdades a nivel global, pero también dentro de cada país; hacer que las ciudades sean incluyentes, seguras y sostenibles; promover patrones de producción y consumo sostenibles; impulsar políticas adecuadas para afrontar el cambio climático y sus impactos; conservar los recursos marinos y garantizar la protección y el uso sostenible de los ecosistemas, la biodiversidad y el suelo; lograr sociedades pacíficas e incluyentes con pleno acceso a la justicia e instituciones eficaces en la aplicación de estos objetivos.

Cabe preguntarse, por tanto, qué piensan hacer nuestros partidos y nuevos dirigentes al respecto. Cómo garantizarán ciudades saludables y sin contaminación, en las que todos sus ciudadanos tengan acceso a energía limpia a costes razonables, servicios e infraestructuras, educación de calidad en igualdad de oportunidades, disminución de las diferencias e inequidades; ciudades resistentes a los impactos del cambio climático promotoras de pautas de producción y consumo sostenibles y con infraestructuras y servicios que fortalezcan la reducción de desigualdades en el respeto por el entorno.

Muchos de estos temas cuentan hoy con referencias clave en el debate público: pobreza energética y contaminación local; preocupación por la tendencia al aumento de las desigualdades en los países OCDE, incluida España; calidad y mantenimiento de servicios públicos básicos como la sanidad o la educación; políticas de género y servicios sociales… Una de las finalidades más importantes de la Red de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (UNSDN, por sus siglas en inglés) es, precisamente, generar conocimiento y facilitar la divulgación de estos ODS contribuyendo a su mejor implementación. Desde la recién nacida versión española (REDS, Red Española para el Desarrollo Sostenible) queremos destacar la importancia de fijar la atención en estos ODS y pedir un mayor compromiso. La REDS invita y anima a todos los partidos a incluir estos objetivos en sus políticas de forma prioritaria.

Estos son ya, y cada vez lo serán más, los referentes más importantes de una política al servicio de los ciudadanos y la vara de medir de una sociedad que entiende los retos de ser muchos más ciudadanos disponiendo de los mismos recursos naturales finitos, por lo que una gestión inteligente y justa de los mismos que garantice la equidad y la prosperidad colectiva es la mejor manera de asegurar un futuro común.

Teresa Ribera y Miguel Ángel Moratinos, presidentes de REDS

Teresa Ribera es directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI), miembro del Consejo Asesor de SDSN de Naciones Unidas y copresidente de la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS) adscrita a SDSN.

Miguel Ángel Moratinos es exministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, miembro del Consejo Asesor de SDSN de Naciones Unidas y copresidente de la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS) adscrita a SDSN.

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