Madres y directivas
Ahora hace dos años que soy madre, y prácticamente hace el mismo tiempo que estoy en el paro. A las tres semanas de nacer mi hija me llamó por teléfono el director, no precisamente para felicitarme, sino para decirme que una vez finalizara mi baja por maternidad estaba despedida.
La presencia de la mujer en cargos directivos es una lucha continua en un entorno laboral e institucional donde el reparto de poderes no es homogéneo. Vivimos en una sociedad en la que la mujer directiva está poco representada, a pesar de su elevada cualificación y su capacidad para asumir responsabilidades y/o decisiones.
Hoy en día, existen medidas de apoyo a las madres trabajadoras, pero estas soluciones son insuficientes en una sociedad en la cual todavía se ve a la mujer, en primer lugar, como madre, tenga o no la intención de serlo, y, después, como profesional.
El talento no tiene género y las empresas están dejando escapar una parte muy importante del talento femenino. La igualdad total no solamente es deseable y posible, sino que también es la única vía para conseguir una sociedad justa y sostenible donde las mujeres puedan ser madres y directivas (o lo que elijan ser).— Cristina Quesada.