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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Expresiones chuscas

No estaría de más elevar el nivel de los cargos públicos ante expresiones como "la repera patatera"

Marcos Balfagón

El director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, ha descrito con un concepto peculiar el panorama que ha dejado tras de sí la amnistía fiscal: los datos de los contribuyentes que tiene sobre la mesa son “la repera patatera”. ¿Qué ha querido decir con esta expresión, que ni siquiera está recogida en el diccionario de la Real Academia? Vayamos por partes: el término “repera” —que remite a “reoca”— se presta a la ambigüedad, ya que valdría tanto para calificar algo de manera “positiva o muy negativamente”. Y “patatera” equivale a “chusquero”. O sea, que no sabemos si los datos que duermen en la Agencia Tributaria son buenos o malos, pero por el tonito empleado por su responsable durante la comparecencia parlamentaria se intuye que pueden desencadenar un terremoto político.

Utilizar expresiones coloquiales no está reñido con una óptima explicación —a veces puede incluso contribuir a entender conceptos—, pero en este caso Menéndez ha echado mano de un ingenio y una jocosidad más propia de El club de la comedia que del Congreso de los Diputados.

Tan tosco y chusco vocablo remite inevitablemente a aquel “cero patatero” que le espetó en el año 2000 el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, a quienes le pedían explicaciones por la trama de subvenciones en el Ministerio de Trabajo. “No admito”, dijo Aznar, “lecciones del PSOE, que tuvo un cero patatero en asunción de responsabilidades”.

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Además de las palabras gruesas que se pronuncian desde la tribuna parlamentaria —como aquel “váyanse a la mierda” de Labordeta— están otras barbaridades que se lanzan desde los escaños. En otro orden de cosas, el intento del jefe de la oposición, ayer, de disfrazar el mal uso de “miembras” como un chiste tiene... escasa gracia.

No es necesario citar a Shakespeare en los debates, pero no estaría de más que los políticos —y también los cargos públicos— hicieran un esfuerzo para elevar el nivel en el uso del lenguaje, ese instrumento que, como decía Lázaro Carreter, “ordena la visión del mundo y su perversión es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta la democracia”. e, ese instrumento que, como decía Lázaro Carreter, “ordena la visión del mundo y su perversión es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta la democracia”.

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